Crítica gastronómica de Don Tinto: La Orquídea Vietnamita, una picada de verdad

La Orquídea Vietnamita.


Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico

Aunque no hay mucho consenso en cuanto al término, podríamos decir que una picada es un lugar donde se ofrece una carta acotada de comida, con cierta especialización y con una buena relación precio–calidad. Justamente esto es lo que se puede encontrar en este pequeñísimo local de Avenida Salvador que desde hace algunos meses viene haciendo ruido en el ámbito gastronómico.

Por todo lo anterior, hace unos días me acerqué a conocerlo. Se trata de un recinto estrecho donde hay solo una mesa y el resto del espacio es ocupado por una estrecha pero muy ordenada y limpia cocina. Ahí trabajan -y soportan el calor- una madre y su hijo, obviamente vietnamitas, diariamente. La carta está a la vista y con fotos, así que es muy fácil pedir. Mi elección para ese día fueron unos Goi Cuon ($6.500) y un Mi Xao Thap Cam ($7.000). ¿Para beber? Tenían jugos naturales y té con leche, pero preferí una botella de agua sin gas, la cual tuve que comprar en una botillería vecina.

Tras una espera no muy larga pero sí muy calurosa se me entregó todo lo solicitado más cuatro salsas (una con soya y algo más, otra en base a maní, otra con pollo y una muy picante). Todo fue pedido para llevar, porque aunque la única mesa del local estaba desocupada, preferí almorzar en una sombreada esquina del Ñuñoa que se fue.

Partí con el Goi Cuon, que son arrollados de papel de arroz (5) rellenos con camarón, zanahoria, huevo, mango y algunas otras verduras. Todos bien grandotes y con las verduras al dente, muy sabrosos. Más sabrosos aún untados en la salsa soya o la picante. La verdad es que con este plato uno podía ya darse por almorzado. Pero luego vino el Mi Xao Thap Cam, que consiste en tallarines salteados con pollo, camarones, verduras y -en este caso- kanikama; aunque en la carta decía jaiba. Todo esto, bien aliñado. La verdad es que salvo el kanikama, que se ablanda con el calor, este plato sabía espectacular y se sentía muy bien en boca gracias a sus diversas texturas. Y con la salsa en base a maní quedaba incluso mejor. Un verdadero festín. Y ojo, se trataba de un plato para dos personas. Notable.

Aunque no son tantos los lugares que ofrecen comida vietnamita en Santiago (curiosamente por la misma Avenida Salvador hay uno muy antiguo), me atrevo a decir que en esta Oriquídea hay una sazón pocas veces vista. Es cierto, hace calor en el lugar y si te quedas a comer en su única mesa luego tienes que botar tu ropa. Pero mientras se mantengan cocinando como ahora, todo vale la pena. Al final, se trata de una picada de verdad. Cosa que, curiosamente, cada vez se encuentra menos.

CONSUMO TOTAL: $13.500

DIRECCIÓN: Av. Salvador 2322, teléfono 945175324, Ñuñoa.

HORARIO: Lunes a sábado 11:30 a 21 hrs.

ESTACIONAMIENTO: No tiene.

PÚBLICO: Todo público.

EVALUACIÓN: ✮✮✮✮

Calificaciones: ✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.