Mi vida con Tati Penna

La periodista en sus días musicales junto al grupo Abril. Foto: Archivo histórico CDOC Copesa

Tati Penna y Jaime de Aguirre fueron dos figuras que con su estilo y personalidad -cada uno en sus respectivos roles- marcaron la TV chilena en los 90 y parte de los 2000. Pero también fueron matrimonio y tuvieron dos hijos cuando ambos consolidaban sus carreras en la pantalla. Aquí, el exejecutivo de TVN, CHV y Canal 13 recuerda el legado de la fallecida periodista y el último encuentro que tuvieron la noche previa a su muerte, debido a un cáncer de tórax descubierto sólo dos días antes.


Jaime de Aguirre recuerda que fueron sólo 10 minutos.

“Ella estaba hablando muy poco y le encantó que fuera. Hablamos brevemente de los niños y después se cansó, porque le habían dado unos remedios para el dolor. Fue un último acercamiento, por decirlo de alguna manera, porque en ese momento es la compañía más bien lo que se busca. Así que después me despedí y me fui”, relata en torno a la noche del martes 13 de abril: justo el día previo al fallecimiento de Tati Penna, la figura de la TV de la que fue pareja durante gran parte de la década de los 80 y los 90, y con quien tuvo dos hijos.

Pese a que no lo admite de forma explícita, la intención de ese último cara a cara -materializado en la residencia de la también cantante en Las Condes- fue el adiós definitivo. En la mañana siguiente, Penna murió de un agresivo cáncer al tórax, en el mismo lugar y rodeada de su madre, sus hijos, sus cinco hermanos y su último marido, el músico Claudio Nicholl.

Aunque desde 2014 estaba afectada por una esclerosis múltiple, finalmente la causa de su deceso fue un tumor descubierto apenas 48 horas antes, cuando por recomendación de sus doctores se realizó unos exámenes tras una serie de malestares que se habían acentuado en las semanas anteriores. “Lo que nunca vimos venir fue el cáncer que la mató. Eso fue muy duro, muy brusco, extraordinariamente repentino. No debe haber sido repentino, pero ella se lo guardó, o nunca sabremos. O se le echó la culpa a la esclerosis múltiple, no tengo idea. El cáncer estaba muy extendido y ella sintió muchos dolores. Eso es lo que a mí más me conmueve”, asegura De Aguirre.

Tras su partida, la noticia se multiplicó en los medios y los homenajes sobresalieron, sobre todo en televisión, donde se destacó el perfil opinativo y la actitud más frontal que la caracterizaron en días en que la pantalla chilena aún estaba atorada en un modelo más conservador.

Penna en sus años en televisión.

“Fue de forma natural una verdadera innovadora. Pero para mí lo que mejor la describió fue que tenía conciencia de su propia dignidad, eso fue lo que la hizo más particular. Se ha dicho mucho de eso y no tengo más que corroborarlo. Yo creo que ella se debe haber ido tranquila, porque de alguna manera no pasó desapercibido su paso por la televisión”, refuerza el exdirector ejecutivo de TVN y CHV.

Aunque, eso sí, subraya un matiz: “Ojalá que todo eso se lo hubiesen hecho saber antes. Si bien es cierto la gente de su generación se acordó mucho, tiene muy buenas amigas que siempre estuvieron preocupadas de ella, pero el reconocimiento a todo su paso por la televisión, por el periodismo y por el canto, siempre uno aspira que se lo hubieran hecho sentir un poco antes. Hubo un reconocimiento generalizado muy bonito de los canales. Pero ojalá se les hubiera ocurrido antes. Tan creativos que son en algunas cosas en la televisión, algo se les podría haber ocurrido”.

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Constanza Bernardita Penna Brüggemann (61) -el verdadero nombre de Tati Penna- y Jaime de Aguirre Höffa (69) se conocieron a principios de los 80, cuando ella encabezaba Abril, el proyecto musical que formó en paralelo a sus estudios de Periodismo en la Universidad Católica y con el que llegó a presentarse en la competencia folclórica del Festival de Viña en 1982. El conjunto fue por esos días a grabar a los estudios de la productora Filmocentro -donde De Aguirre se desempeñaba como ingeniero de sonido desde fines de los 70-, momento en el que comenzó la relación.

La por esos días cantante junto al grupo Abril. Foto: Archivo histórico CDOC Copesa

Se fueron a vivir juntos en 1985, justo cuando Penna impulsaba su carrera en solitario. Con De Aguirre ya como su productor musical, tuvo algunos capítulos legendarios, como cuando con otras cantantes de la época -Cecilia Echenique e Isabel, Tita y Javiera Parra- participó con la canción No lo quiero no en la campaña televisiva del No. O también otros menos recordados, como un dueto con Gervasio para uno de sus discos, o una colaboración junto al argentino Roque Narvaja para el casete Voces sin fronteras, que celebraba la visita del Papa Juan Pablo II en 1987.

Jaime de Aguirre en 1983, cuando era parte del grupo de jazz rock Tercera Generación. Foto: Archivo histórico CDOC Copesa

Hacia 1990 renovó su interés por el periodismo, por lo que postuló a un casting en el antiguo Canal 11 para conducir el matinal Canal 11 al despertar, en reemplazo de Susana Horno, quien partía a una nueva señal privada, Megavisión. Estuvo un año en el espacio, en un equipo que también integraban Felipe Camiroaga, Juan La Rivera y el director Mauricio Correa.

Por su lado, De Aguirre también se había distanciado de la música y en 1991 debutó como director de programación de TVN. A partir de ahí, el destino televisivo de ambos -ya convertidos en matrimonio- se empezaba a cruzar: en 1992, Penna, Camiroaga y Correa fueron fichados por la estación pública para dar vida a su primer proyecto matinal, Buenos días a todos, y para competir en la franja con Canal 11.

“No, yo no tuve que ver con su llegada a TVN”, rememora De Aguirre. Luego sigue: “Yo presenté un proyecto. Y claro, hubo que hacer un disclosure bien importante, yo estaba recién casado con la Tati. Era una decisión que no podía tomar yo, pero ahí tuve mucho apoyo del director ejecutivo de la época, Jorge Navarrete. Les pareció que era buena la idea de hacer un matinal”.

La vida de la pareja no sólo comenzó a estar encuadrada por la pantalla chica, sino que también en ese minuto sucedió uno de los cambios que definirían el rumbo en TV de Tati Penna. Cuando se fue de pre y posnatal en Buenos días..., fue reemplazada por Margot Kahl, quien finalmente se quedó con el puesto por una década.

De Aguirre sigue: “El que se fue para Melipilla perdió su silla (se ríe). Yo en esa decisión no participé mucho, por razones obvias. Me mantuve al margen”. Hasta hoy, el ejecutivo prefiere no profundizar en el hecho. Sin embargo, la personalidad menos provocadora de Kahl y un estándar de belleza mucho más “aspiracional” para esos años habrían convencido a parte del equipo del matinal a seguir con ella, detonando la posterior renuncia de Penna.

“Todas las personas con esa capacidad de ser innovadoras, de tener esa coherencia de principios, obvio que pagan costos. Se paga el costo”, puntualiza De Aguirre a modo de contexto.

Jaime de Aguirre entró a la TV como director de programación de TVN en los años 90. Foto: Archivo histórico CDOC Copesa

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Tras salir de la red estatal, la periodista volvió a CHV, para iniciar su etapa más exitosa al frente de programas como Embrujada o Escrúpulos, donde comenzó a tratar temas poco habituales en la TV nacional, como la sexualidad, la igualdad de género o el mundo más íntimo de sus invitados.

De Aguirre, quien observaba ese proceso a la distancia como parte de TVN, apunta: “Abrió muchos caminos. Y por supuesto que era consciente de que hacía algo distinto, si las presiones no eran pocas. En el establishment no era inicialmente bien visto y ponía nerviosa a mucha gente. Pero tuvo un buen apoyo en el canal. Me tocaba en lo personal también, sólo que yo no soy un hombre de pantalla”.

“Teníamos mucho respeto por el trabajo de cada uno -sigue De Aguirre-. Y respeto significaba que cada uno tomaba sus propias decisiones profesionales. Pero obvio que era imposible no comentar ciertas cosas”.

Foto: Archivo histórico CDOC Copesa

El productor musical afirma que la propia intensidad y exposición del trabajo en televisión fueron factores que finalmente influyeron en el matrimonio. “Ambos teníamos actividades súper absorbentes, entonces fue difícil mantener el matrimonio. Lo positivo es que hablábamos un lenguaje en que nos entendíamos perfectamente. Y, a su vez, es un cuchillo de doble filo: trabajar en lo mismo genera tanta cercanía. La TV, sobre todo en esos años y ahora también probablemente, tenía un grado de dedicación absoluto. Ella estaba en un matinal en que tenía que levantarse a las cinco de la mañana o un poquito antes. Se hace difícil el matrimonio de esa manera. Pero (nuestra convivencia) fue muy buena mientras duró (se ríe)”.

Penna y De Aguirre se separaron en 1997, luego de tener dos hijos: Constanza (30), psicóloga y participante en 2015 de la primera temporada del programa buscatalentos The Voice Chile, y Santiago (28), músico y productor.

El también empresario -hoy consultor de la productora AGTV y socio de la emisora Súbela Radio- cuenta que mantuvo una muy buena relación con la intérprete tras el divorcio, acrecentada además por la difícil esclerosis múltiple que empezó a limitar sus capacidades físicas y a alejarla de los medios.

“Nos mantuvimos muy cerca y bastante amigos. De hecho, nos visitábamos en la casa una par de veces al año, para los cumpleaños de los niños. (Con la esclerosis) yo la vi muy triste, muy triste, porque ella era una persona muy activa, muy social. Muy preocupada de lo que pasaba en el país, muy preocupada de sus hijos. Y esta es una enfermedad que hace que necesariamente tengas que cambiar tu manera de vivir. En el último año, ella estaba en la casa, acompañada muy noblemente por su marido, que se preocupó bastante por ella. No creo que después de la enfermedad haya extrañado la TV”.

En la mirada final, De Aguirre cree que en un futuro inmediato la figura de Penna puede exceder su labor musical o televisiva: “Quizás es un personaje que se debería mirar un poquito más en las universidades, por ser precursor de un periodismo que hoy pareciera ser normal. Creo que perfectamente se puede hacer, está todo el material ahí, el contexto histórico, el hecho de ser mujer y haber dado esa pelea. Hay un montón de cosas notables que sería bueno destacar”.

Los años 80 en la vida de la conductora. Foto: Archivo histórico CDOC Copesa

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