El Huevo
Si de preparar cosas entretenidas con huevo en casa, sepan que hay un mundo de objetos dispuesto a esto. Basta poner huevo o egg en Amazon para que más de 60 páginas se desplieguen con un mundo del huevo. ¿Qué hay? Pocillos para pochar los huevos de silicona, cortadores especiales, minisartenes con miles de formas, batidores, relojes y la sensación del momento, la bomba de goma que separa claras de yemas. La misma está en el Homecenter, donde también pueden encontrar varias otras cosas para el huevo, desde el ochentero rebanador para el huevo duro hasta batidores y paletitas para lograr el perfecto huevo frito.


Que levante la mano aquel ser que no se derrite -o al menos se alegra- cuando en la bandeja del desayuno aparecen unos huevitos revueltos. Son pocos. Es fácil ver como no hay hotel (o hasta pequeño albergue) que no los ofrezca en su carta de primera comida del día; también en nuestras queridas fuentes de soda en la mañana con la coqueta y siempre entrañable pailita. Y si uno se pone exquisito, entramos a la delicadeza del huevo a la copa o nos vamos directo a la opulencia de unos benedictinos. Lo que quiero demostrar es que sea como se les ocurra, el huevo es uno de los ingredientes clave para hacer de un desayuno o simple comida algo con un escalón más arriba. Y si antes existía el pensamiento de que debíamos ser cautelosos con su consumo, déjeme decirle que bien atrás quedaron esos mitos.
A mediados de los noventa se instaló el Día Mundial del Huevo en más de 150 países, una iniciativa de la Comisión Internacional del Huevo que se propuso derribar los cuentos que se colgaban y promover su consumo. El asunto era de una vez por todas separar la amenaza que ponía al huevo como directo responsable de la colesterolemia en los humanos. Nada más errado. Si bien el huevo tiene una buena cantidad de calorías y colesterol, también tiene un bajo contenido en ácidos grasos saturados y proteínas, dando como resultado una relación más positiva que negativa en cuanto a su consumo en personas con índices normales.
Entonces, ¿es bueno comer huevo? Vanessa Vega, nutricionista de la Clínica Santa María, lo confirma: “Sí, el huevo es un alimento que aporta proteínas de alto valor biológico, es decir de origen animal y de muy buena biodisponibilidad, a un menor precio que la carne. 3 huevos portan 10 g de proteínas, equivalente a 50 g de carne. Además está demostrado que un mayor consumo no aumenta el colesterol. Una persona en buen estado físico puede comer un huevo diario; por el contrario, si tiene colesterol alto, se restringe a 3 o 4 a la semana”. Agrega que hay que tener presentes los aminoácidos esenciales en la clara y colina en la yema, que ayudan a tener una mejor memoria, junto a otros beneficios para el organismo.
Huevos a la carta
A tanto llega su devoción que hoy es posible encontrar secciones de cartas que ofrecen distintas preparaciones con huevos. Más allá de los siempre ricos omelettes, aquí nos referimos a menús que se entreguen a ellos (donde por supuesto brilla el ondero brunch) junto a otras sorpresas. Tres lugares recomendados:

La Resistencia.
Conocido por sus platos con ingredientes ahumados (pollos y carnes), tienen una original sección llamada: “Par de Huevos”, servidos con tostadas y salsa holandesa, pochados, fritos o revueltos. Después vienen ricos agregados como cebolla y tomate fritos, tocino, jamón cocido, champiñones y queso azul, papas fritas y crocante de chorizo, espinaca y queso gratinado, y el rey máximo, albóndigas (un plato poderoso, lleno de sabor, de alma y cuerpo). Para quedar feliz en este mundo. Carta disponible todos los días. D Providencia 2124. Drugstore L. I. T 2335 0963.
Senso. En el hotel Hyatt de Santiago, un brunch (mezcla de desayuno y almuerzo) impactante. Entre muchas delicias dulces, saladas y en botella, usted encontrará la carta de huevos (todos de gallinas felices o libres), con más de 8 preparaciones que hacen agua la boca. Desde benedictinos -siempre pochados- (con jamón y salsa holandesa) hasta otro versión de benedictino a lo pobre, pasando por pochados a la española (sobre tortilla de papas, chorizo y pimientos marinados) a unos exquisitos fritos rancheros, con tortilla de maíz frita y salsa de carne con chile. Hay otras opciones y todo junto a copas de espumante va mejor. Solo los domingos, desde las 11 a las 16 hrs. en el Hyatt Santiago. d Av. Kennedy 4601. _x0007_t 2950 3179).
The White Rabbit. Los chicos gringos de Bellavista, estilo propio distintivo, que hace de este lugar un espacio diferente donde comer desde una rica hamburguesa a un crudo, pasando por una coctelería realmente creativa. Para el fin de semana tienen un brunch con carta especial de huevos. Hay benedictinos con tocino, el huevo pochado y la holandesa, sobre pan de Eric Kayser y una pequeña ensaladita. En el mismo formato hay florentinos (con espinacas salteadas) y el Royal (con salmón ahumado). Además tienen el Waffle Full: dos huevos fritos con tocino sobre un waffle y bañado con sirope de maple. Un suspiro de rico. Sábado y domingo de 12 a 16 hrs. dAntonia López de Bello 0118. t 2503 4246)
Paralelo a los esfuerzos de organismos de la salud internacionales por potenciar el consumo, está la pasión que desata su sabor. Además de pasar desapercibido en múltiples preparaciones (budines, tortas, panqueques, etc.), hay todo un recetario que llega a fantasear con platos en que el huevo es el protagonista. Agarre pancito y reviente la yema que esto es para salivar. _x0007__x0007__x0007__x0007__x0007__x0007__x0007__x0007_Partamos de la base de que desde los humildes huevos revueltos son irresistibles. Fundamental que estén húmedos, delicioso si se mezclan con tocino o con tomate para la once comida, un clásico nacional. Está el duro y sus miles de rellenos. El a la copa, que siempre ha guardado cierta sabiduría en su tiempo de cocción y comerse uno bien hecho es un deleite. Para eso vaya tempranito en la mañana al Blue Jar _x0007_(w bluejar.cl), restaurante cada vez más interesante y de muy buena mano donde ofrecen huevitos a la copa en lindos posahuevos con tostadas para el desayuno durante la semana.

Otra versión que cada día enamora a más bocas son los huevos pochados, un verdadero hit, flechazo, amor que no tiene límites. Una vez que se sabe cómo hacerlos, ya no se cambia por ninguna otra preparación. Hablamos de cocinar el huevo en agua muy caliente, con un poco de vinagre (que hace que la clara no se despegue de la yema y mantenga su color), logrando envolver la yema con la clara, dejando la primera cruda y líquida en su interior. Lo qué se hace después con ese pochado es un cuento eterno, desde comerlo solo y con un poco de aceites infusionados (como el clásico de trufas, que francamente explotan juntos como una pareja perfecta), hasta ponerlo arriba de papas, ensaladas, carnes, montaditos y así un festín maravilloso. Aquí, por ejemplo, ustedes pueden regodearse con el plato que ofrece el Mulato (d mulato.cl), “Lenguas de erizo sobre huevo pochado y yuca frita en confitura de cebolla y tomate”, una bomba de sabor que se envuelve en sus jugos, grasitudes, temperaturas, texturas. Ultrarrico y untuoso. Si usted es de erizos, esto es una experiencia. Si anda descubriendo nuevos sabores con los pochados, aquí se anotará varios puntos.
Ahora, si de nuevas experiencias se trata, vaya al Ópera (doperacatedral.cl) y pruebe su Œuf et salade, una belleza de plato compuesto de huevo mollet (hervido con cáscara y servido pelado) rebozado en panko y semillas de cilantro, con verduritas y emulsión de palta. Desquiciante cuando se abre el huevo y sale esa lava amarilla llena de sabor que toca las verduras y con el panko arman un rico juego de texturas.
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