Cómo los fanáticos del K-Pop se instalaron en la contingencia política en Estados Unidos

Desde su participación en Black Lives Matter hasta el trolleo al mitin más reciente de Donald Trump, las acciones de los seguidores de la música surcoreana han llamado la atención en ese país.


Si ustedes pasan varias horas al día en redes sociales, de seguro se han topado con más de alguna cuenta de fanáticos del K-Pop. Generalmente pueden distinguir estos perfiles por las fotos de los ídolos de la música coreana en sus iconos y, más recientemente, porque están presentes en las conversaciones políticas que abundan en plataformas como Twitter.

Sí, al igual que muchos fanáticos de otras cosas, probablemente cuando los fans del K-Pop crearon sus cuentas en redes sociales solo querían discutir las últimas novedades sobre BTS o los videos más recientes de Blackpink. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, muchos integrantes de ese fandom se han dedicado a intercalar sus gustos con causas políticas.

Particularmente, en Estados Unidos, los fanáticos del K-Pop se han convertido en el foco de atención de los medios y de la administración de Donald Trump con una serie de acciones que ya tienen a muchos mirando con detención a estos fanáticos de la música surcoreana.

Si bien el fandom del K-Pop no explotó de la noche a la mañana y su participación activa en la política estadounidense tampoco es algo que sucedió de un día para otro, la reciente atención hacia ese grupo puede remontarse al movimiento Black Lives Matter que ha marcado la agenda en Estados Unidos durante las últimas semanas.

Como recordarán, un par de semanas atrás Estados Unidos se convirtió en el escenario de una serie de manifestaciones contra el racismo y la violencia policial. Todo luego de que George Floyd, un joven afroamericano, muriera después de ser arrestado brutalmente por la policía.

En ese contexto, mientras las manifestaciones se multiplicaban en distintos rincones de Estados Unidos, los fanáticos del K-Pop no solo se dedicaron a difundir material ligado a las protestas, sino que también decidieron ocupar su plataforma y su alcance para concretar otro tipo de acciones.

Así, a fines de mayo y comienzos de junio, decenas de fans de la música coreana se dedicaron a mandar registros de violencia policial, memes, fotos y fancams protagonizadas por sus ídolos a una aplicación que la Policía de Dallas había lanzado con el propósito de recibir denuncias contra los manifestantes.

¿El resultado? La aplicación se saturó y eventualmente la policía decidió sacarla de circulación.

Pero los fans del K-Pop no se detuvieron allí y un par de días después de saturar la app de la Policía de Dallas, los seguidores de la música coreana se apoderaron del hashtag #WhiteLivesMatter tanto en Twitter como en Instagram.

Dicho hashtag, que se puede traducir al español como “las vidas blancas importan”, originalmente se instaló como una respuesta racista a Black Lives Matter, pero en pocas horas los fans del K-Pop lo transformaron en repositorio de memes, fancams, videos e imágenes de las estrellas de la música surcoreana.

Lo mismo pasó con #BlueLivesMatter, un hashtag similar a #WhiteLivesMatter pero dedicado a la policía de Estados Unidos y que finalmente acabó lleno de contenido ligado al K-Pop o que derechamente tomaba la mención del azul para sacar a colación a personajes como Sonic.

Tras esas aciones, que captaron la atención de varios medios a nivel mundial, los fans del K-Pop continuaron sus campañas online en medio de sus actividades habituales dedicadas a sus artistas favoritos e incluso se dieron el tiempo para molestar a Donald Trump en su cumpleaños.

Además, particularmente los fans de BTS, recaudaron $1 millón de dólares para Black Lives Matter. Todo luego de que el grupo realizara la misma donación al movimiento.

Sin embargo, no fue hasta el fin de semana pasado que la acción de los fans del K-Pop captó completamente la atención de los medios y la administración de Donald Trump.

Con miras a la próxima elección presidencial de Estados Unidos, Trump realizó un mitin en estadio en la ciudad de Tulsa, Oklahoma.

El mandatario esperaba que cerca de un millón de personas se congregaran para apoyarlo, sin embargo, cuando llegó la hora de presentarse, solo habían cerca de 6.200 asistentes, según WIRED.

El estadio que Trump había reservado tenía una capacidad para 19 mil personas, por lo que mientras daba su discurso un montón de asientos figuraban vacíos. Además, los responsables de la campaña de Trump habían reservado un segundo estadio anticipando una posible saturación del recinto principal, pero evidentemente aquel recinto ni siquiera se ocupó.

Pero ¿por qué los responsables de la campaña de Trump estimaron tan mal la asistencia al evento?

La semana pasada Brad Parscale, el jefe de la campaña de reelección de Trump, señaló que se habían reservado más de 1 millón tickets para el evento.

Pero, luego de que el mitin se concretara en un recinto que ni siquiera tenía la mitad de su capacidad, Parscale culpó a “manifestantes radicales, alimentados por una semana de cobertura mediática apocalíptica” por la baja asistencia.

Sin embargo, aunque es probable que algunas personas se retractaran de participar del evento por temor al COVID-19, poco después de que surgieron las primeras noticias sobre la baja asistencia al mitin de Trump, comenzaron a circular reportes que vinculaban a los fans del K-Pop a esta situación.

Resulta que un par de semanas atrás los responsables de la campaña de Trump informaron que los interesados en asistir al evento en Oklahoma podían reservar tickets dobles para el mitin usando sus números de teléfono.

Algunos usuarios en TikTok se percataron de esto y comenzaron a hacer llamados para que personas que no quisieran asistir al evento reservaran las entradas que se estaban ofreciendo de manera gratuita. Todo con el fin de generar falsas expectativas entre los organizadores y jugarle una broma a Trump en plena campaña de reelección.

Por ejemplo, en un video de TikTok publicado el pasado 12 de junio, una usuaria llamada Mary Jo Laupp alentó a sus seguidores a usar sus números de teléfono para reservar tickets para el evento de Trump.

“Todos los que queremos ver este auditorio de 19 mil asientos apenas lleno o completamente vacío, vayan a reservar boletos ahora y déjenlo solo allí en el escenario”, sentenció la tiktoker.

Eventualmente la idea se expandió fuera de TikTok y fue acogida especialmente por los fans del K-Pop, quienes no tardaron en reservar asientos que no pretendían ocupar.

“Usé mi número de teléfono y el de mis padres, en realidad les conté todo lo que estaba pasando y les encantó”, señaló Ria, una fanática estadounidense del K-Pop que se enteró de esta campaña por Twitter y no dudó en participar, según contó a WIRED.

“En este tipo de proyectos nunca hay un líder, todos simplemente difunden el mensaje”, añadió la fan de 16 años. “Y dado que somos millones de nosotros, es muy fácil hacer que algo sea tendencia. También tratamos de mantenerlo discreto, como pueden ver, nadie nos vio venir hasta que se llevó a cabo el evento real y todos los tweets y TikToks fueron encontrados por los medios”.

Después de que los reportes sobre el rol de los usuarios de TikTok y los fans del K-Pop en el fracaso del mitin de Trump salieran a la luz, los responsables de la campaña de Trump descartaron que eso fuera un factor.

“Estas solicitudes de entradas falsas nunca están en cuenta nuestro pensamiento. Lo que hace que este penoso intento de piratear nuestros eventos sea aún más tonto es el hecho de que cada mitin es de admisión general: la entrada se realiza por orden de llegada y no se requiere registro previo”, señaló Parscale.

Pero la tensión entre ambas partes ya está instalada y aunque no sabemos cómo se seguirá desarrollando está dinámica a futuro, es preciso señalar que lo que está pasando en Estados Unidos no es una interacción sin precedentes entre los fans del K-Pop y la política.

Después de todo, pese a que los idols no hablan abiertamente sobre temas políticos, sus mensajes de conciencia social parecen haber calado hondo en sus fans de Estados Unidos y en general, de todo el mundo.

“El K-pop no es particularmente político, pero está socialmente comprometido”, explicó a The Guardian CedarBough Saeji, profesora asistente en lenguas y culturas asiáticas en la Universidad de Indiana.

“Las estrellas donan a causas educativas y de justicia social, y los fanáticos siguen esa iniciativa para ofrecerse como voluntarios o donar para temas como educación para familias de bajos ingresos, cuidado de ancianos o protección del medio ambiente”, añadió.

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