Indiana Jones y la última cruzada es una gran película para ver en este Día del Padre

Probablemente algunos de ustedes no pueden estar con sus padres por la contingencia o en el encierro desean compartir con ellos. Sea cual sea el caso, la tercera entrega de esta saga los entretendrá mientras presenta una de las dinámicas entre padre e hijo mejor construidas de este tipo de ficción.


Comencemos por sacar lo evidente del camino. Cuando pensamos en el Día del Padre, probablemente Indiana Jones no es la primera franquicia que viene a nuestra mente. Después de todo, por estos días internet y las tiendas están llenos de vasos, pantuflas y cuanto producto exista con el icónico “Yo soy tu padre” del Imperio contraataca e incluso abundan los productos estampados con Darth Vader.

Pero aunque en ese panorama parece sencillo dejar al Episodio V como la película ideal para revisar en el Día del Padre, a continuación queremos invitarlos a abandonar por un momento a la galaxia muy, muy lejana para posicionar su vista en otra película protagonizada por Harrison Ford: Indiana Jones y la última cruzada.

La tercera entrega de la franquicia de Indiana Jones se estrenó en 1989 por lo que probablemente la vieron en el cine cuando eran niños o, si son más jóvenes, sus padres la vieron por primera vez cuando ustedes todavía no nacían.

Pero aunque ya han pasado tres décadas desde que La última cruzada llegó al cine, la que por muchos años fue la despedida de Indy sigue siendo un verdadero clásico y es una entrega digna de revivir en este Día del Padre ¿Por qué? Bueno, simplemente porque entre toda la acción y las aventuras de Indy esta producción dirigida por Steven Spielberg se alza como una de las cintas de este tipo con una de las mejores dinámicas entre un padre y su hijo.

Como recordarán Indiana Jones y la última cruzada comienza remontándose a la infancia de Indy para mostrarnos una de sus primeras aventuras donde, más allá de toda la emoción de entender su aberración por las serpientes y su afán por llevar los artefactos a un museo, podemos conocer Henry Jones Sr (Sean Conery).

El padre de Indy se presenta como un investigador algo distante con su hijo y quien, además de ser bastante estricto, pasa día y noche sumergido en su investigación sobre el Santo Grial. En ese sentido, si bien la búsqueda de artefactos históricos no es algo cotidiano para todo el mundo, la película plantea una relación base que para muchos puede resultar conocida: un padre que no es malo pero que trabaja demasiado.

Pero aunque la película arranca pintándonos a Henry Jones Sr como una figura poco entrañable, a medida que comienza a avanzar la trama esa visión que tiene el espectador- y esta marcada por los propios sentimientos de Indy- comienza a cambiar.

Todo empieza cuando “Junior” no tarda en embarcarse en la peligrosa búsqueda del Santo Grial para dar con el paradero de su padre, quien había desaparecido en Venecia mientras realizaba la misma tarea. Después de todo, pese a los reparos con la actitud de su padre, Indy no estaba dispuesto a dejar que nada malo le pasara.

Así, Indy comienza a seguir los pasos de su padre y gracias a su ingenio logra descifrar las pistas que eventualmente lo llevarán a resolver un milenario misterio. Pero mientras avanza en sus emocionantes aventuras, el intrépido arqueólogo comienza a dar indicios sobre la relación con su progenitor y lo recuerda mientras explora lugares que le aterraría conocer, como las catacumbas plagadas de ratas.

Gracias a eso la película logra establecer una imagen de Herny Jones Sr antes de la presentación del personaje que finalmente se da en la base plagada de nazis. Pero apenas Indy entra por la venta, esa percepción comienza a matizarse.

Henry Jones Sr no es un señor frío y malvado, es un investigador obstinado que está empeñado en cuestionar a Indiana y decirle “Junior” pese a su disgusto. Así, mientras Indiana es todo un aventurero, su padre es un poco más tranquilo y en la primera conversación entre ambos no tarda en maravillarse cuando su hijo le cuenta que descifró el misterio que había perseguido durante toda su vida.

De ahí en más La última cruzada construye una dinámica entre Indiana y su padre que se basa en las diferencias de ambos pero que de cierta manera está marcada por el aprecio que se tienen y aún son muy tercos para demostrar abiertamente. Después de todo, ambos han pasado décadas alejados y el dolor que Indy sintió al crecer con un padre distante no se resolverá con un reencuentro y 2 minutos de trama.

En su lugar, la película apuesta por explorar esta nueva etapa de la relación entre Indy y su padre siguiendo al arqueólogo titular mientras realiza uno de sus clásicos escapes. Todo ante la sorpresa, criticas y asombro de Henry Jones Sr, y es que la secuencia en que los Jones huyen de los nazis en el castillo es simplemente notable porque mientras mezcla comedia y acción va retratando la dinámica entre ambos y finalmente concluye con un emotivo momento que no solo pondrá en marcha la siguiente parte de esta historia, sino que definirá el estado de este lazo padre e hijo al final del día.

Después de los sucesos en Berlín, los Jones logran escapar en un dirigible (donde ocurre el memorable momento cuando Indy pide los tickets) y en ese contexto la aventura se detiene para dar pie a una franca conversación entre ambos que demuestra que mientras Herny Jones Sr cree que no fue un mal padre, Indy todavía siente que él pudo haber hecho mejor las cosas tras la muerte de su madre y ambos no tendrían que haber pasado tanto tiempo solos.

Pero aunque ese momento es clave para entender la relación entre ambos personajes y probablemente es una de las mejores escenas de este dúo en la película, la instancia definitiva de la historia de los Jones ocurre mucho más adelante.

Tras escapar del dirigible Henry e Indiana continuan destacando sus capacidades individuales y poco a poco se van complementando, ya sea con Henry tomando las riendas del bombardero o espantando a las gaviotas o con Indy recordando los conocimientos que le impartió su padre.

Todo hasta llegar al enfrentamiento con los nazis en el tanque, donde la propuesta de La última cruzada respecto a la relación de los Jones sale a relucir. Como recordarán, Indy aparentemente muere cuando el tanque cae desde un precipicio y Henry se lamenta porque no tuvo la oportunidad de manifestarle su cariño a “Junior”. De hecho, el investigador que dedicó su vida a rastrear el Santo Grial reconoce que le habrían bastado solo 5 minutos para decirle lo que necesitaba.

Pero obviamente Indiana no había fallecido y cuando eventualmente reaparece junto al grupo Henry no duda en dejar que su alegría se desborde antes recomponerse rápidamente.

Así, la película comienza a completar una evolución de Henry desde una sombra que asechaba a Indiana, pasando por un padre que estaba más preocupado del supuesto jarrón chino en el primer reencuentro con su hijo, hasta a un hombre que se dio cuenta que quizás no siempre fue justo con Indy.

Finalmente en el punto culmine de la película Indiana Jones debe mezclar sus propias habilidades con la investigación y enseñanzas de su padre para salvar su vida, concluyendo esta historia con una reconciliación definitiva entre ambos. Algo mucho más valioso para los dos que cualquier reliquia o secreto de vida eterna, como queda claro cuando Henry Jones Sr le dice a su hijo que deje ir al Santo Grial ya que en última instancia la vida de su hijo es más importante que aquello que persiguió durante toda su carrera.

Sí, Indiana Jones y la última cruzada es una historia de aventura, acción y en cierta medida de origen del mítico arqueólogo, pero también es un película sobre una relación entre padre e hijo que vale la pena volver a revisar.

Indiana Jones y la última cruzada está disponible en Netflix.

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