El mundo espera con ansias el estreno de La Guerra de las Galaxias: El último Jedi. En el nuevo capítulo de la saga cinematográfica más exitosa de la galaxia, uno de los puntos más atractivos será el regreso a la acción de Luke Skywalker, el recordado Jedi que vivía oculto y al que fueron a buscar para restablecer el orden contra el Imperio.

Luke Skywalker se convirtió en un personaje que, para los entendidos, superó al actor. Sin ir más lejos, el nombre Mark Hamill puede que a muchos no les sea extremadamente familiar, pero si se le menciona la denominación que tenía en La Guerra de las Galaxias, el panorama cambia.

Es que Hamill no tuvo una carrera en el cine que lograra cortar el cordón umbilical con el emblemático personaje. Sin embargo, los aficionados a las películas de autos recordarán un filme que para muchos es de culto.

Después del enorme éxito de Star Wars (1977), Mark Hamill protagonizó Corvette Summer (1978), una comedia adolescente dirigida por dirigida por Matthew Robbins.

La historia es simple. Kenny Dantley (Mark Hamill), es un amante de los autos. Un día acompaña a su profesor de mecánica a un cementerio de autos y rescatan un Corvette, el cual reconstruyen como trabajo escolar con sus amigos, dotándolo de una particular fisonomía, con unos enormes adornos en el capó, una punta de cohete en el frontal y pintura que asemejaba llamas en la carrocería. Además, debía llevar el volante a la derecha.

Si bien, no era un modelo para ganar un concurso de diseño, Dantley sufre el robo del vehículo al que habían bautizan como Stingray. Para recuperarlo, deben pasarse el verano buscándolo en una persecución que los llevará hasta Las Vegas.