A pesar de las advertencias: ¿Cuáles son las razones tras la polémica visita de Nancy Pelosi a Taiwán?

La presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, y a su izquierda, el ministro de Relaciones Exteriores de Taiwán, Joseph Wu, en la llegada a la isla. Foto: AP

“La visita de nuestra delegación a Taiwán honra el compromiso inquebrantable de Estados Unidos de apoyar la vibrante democracia de Taiwán”, escribió la presidenta de la Cámara de Representantes en Twitter minutos después de su aterrizaje en Taipei.


La historia de tensiones entre Nancy Pelosi y Beijing no es nueva. De hecho, tiene más de 30 años de antigüedad. Era el año 1991 y la política demócrata se paró junto a otros dos parlamentarios estadounidenses en la plaza de Tiananmén con una pancarta en la que se leía: “A los que murieron por la democracia en China”. Dos años antes, ese mismo terreno había visto la muerte de miles de manifestantes.

Hoy, en medio de advertencias sobre la posible escalada en la tensa relación que China mantiene con Estados Unidos desde hace años y siendo la segunda persona en la línea de sucesión presidencial, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos arribó a Taiwán. Situación que tiene a los ojos del mundo puestos en ella. Sin embargo, el objetivo del viaje no está del todo claro para los analistas, quienes ven en este una declaración de principios, más no una política de Estado.

“La visita de nuestra delegación a Taiwán honra el compromiso inquebrantable de Estados Unidos de apoyar la vibrante democracia de Taiwán”, escribió a través de Twitter minutos después de su aterrizaje en Taipei. “La solidaridad de Estados Unidos con los 23 millones de habitantes de Taiwán es más importante hoy que nunca, ya que el mundo se enfrenta a una elección entre la autocracia y la democracia”, agregó.

En un comunicado emitido por la delegación estadounidense aseguraron que las “conversaciones con los líderes de Taiwán se centrarán en reafirmar nuestro apoyo a nuestro socio y en promover nuestros intereses compartidos, incluida la promoción de una región del Indo-Pacífico libre y abierta”, explicando de forma oficial las razones del viaje, pese a las numerosas advertencias sobre las posibles consecuencias.

La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, junto a otros miembros de la delegación en el aeropuerto de Taipei. Foto: Reuters

La presidenta de la Cámara de Representantes también envió una carta a The Washington Post explicando sus motivaciones. En la misiva aseguró que estaba haciendo cumplir la Ley de Relaciones con Taiwán, ley promulgada hace 43 años que considera como “uno de los pilares más importantes de la política exterior de Estados Unidos en Asia Pacífico”, argumentó.

Es en función de aquel compromiso que “hoy, Estados Unidos debe recordar ese voto. Debemos apoyar a Taiwán, que es una isla de resiliencia”, continuó. Haciendo un duro llamado a confrontar las decisiones políticas del líder chino, Xi Jinping, es que Pelosi aseguró que “frente a la agresión acelerada del Partido Comunista Chino, la visita de nuestra delegación del Congreso debe verse como una declaración inequívoca de que Estados Unidos apoya a Taiwán, nuestro socio democrático, mientras se defiende a sí mismo y a su libertad”.

Si bien, la administración de Joe Biden ha dejado en claro varias veces que el itinerario de Pelosi se maneja con total independencia a la Casa Blanca, pues se trata de distintos poderes del Estado, la suspicacia sobre la reacción de China ha sido material de amplia discusión.

El columnista de The New York Times y tres veces ganador del premio Pulitzer, Thomas Friedman, aseguró el lunes que pese a que tiene “mucho respeto por la presidenta de la Cámara de Representantes”, el riesgo que toma, incluso en contra de los deseos del Presidente Biden, es muy alto.

Un manifestante protesta contra la llegada de Pelosi a Taiwán. Foto: AP

“Nada bueno saldrá del viaje. Taiwán no será más seguro ni más próspero como resultado de esta visita puramente simbólica, y pueden pasar muchas cosas malas. Esto incluye una respuesta militar china que podría resultar en que EE.UU. se sumerja en conflictos indirectos con una Rusia y una China con armas nucleares, al mismo tiempo”, advirtió Friedman. “El momento no podría ser peor”, criticó el columnista.

De forma similar, Zack Cooper, codirector del think tank independiente Alliance for Securing Democracy, dijo a Deutsche Welle que “la razón por la que cuestiono la oportunidad de esta visita es porque no creo que haya mucho que alcanzar y, en realidad, pienso que erosiona la actual unidad estadounidense respecto a las relaciones a través del estrecho de Taiwán. Porque ahora tenemos a Joe Biden separado hasta cierto punto de Nancy Pelosi sobre un asunto político importante, y eso no es sano”.

Judy Chu, la primera mujer estadounidense de origen chino que llega al Congreso, dijo a CNN que “siempre ha apoyado a Taiwán”. Al consultarle sobre el viaje de la presidenta de la Cámara de Representantes a la isla, afirmó que “las relaciones son muy tensas ahora mismo. Pero, por otro lado, se podría decir que tal vez es ahora cuando Taiwán también necesita que se le muestre la fuerza y el apoyo”.

Por otro lado, la llegada de Pelosi despertó el entusiasmo tanto de autoridades como de ciudadanos de Taiwán. “¿Los taiwaneses están en pánico? No, ¡estamos muy emocionados! Bienvenida, presidenta Pelosi”, escribió la parlamentaria Lin Ching-Yi en su cuenta de Twitter. Huang Chao-yuan, dueña de un negocio en Taipei, dijo a The New York Times que la llegada de la autoridad estadounidense fue un “momento histórico”.

“Estoy bastante emocionada por su visita de hoy, porque es un ejemplo que demuestra que Estados Unidos no necesita discutir con el Partido Comunista Chino, (las autoridades estadounidenses) pueden venir aquí si quieren, y quienquiera que Taiwán invite puede hacerlo”, dijo la mujer de 53 años. “Este hecho demuestra la independencia de Taiwán”, agregó.

Ese sentimiento de que no están aislados también lo ve el experto en Taiwán del Centro Australiano sobre China de la Universidad Nacional de Australia, Wen-Ti Sung. “La mayoría de los taiwaneses estarán entusiasmados y lo verán como una señal importante de las sólidas relaciones entre Estados Unidos y Taiwán, así como un reconocimiento positivo del progreso de Taiwán hacia la democracia por parte de la principal superpotencia democrática del mundo”, explicó al medio neoyorquino.

Manifestantes expresando su apoyo a la llegada de Nancy Pelosi a Taipei. Foto: Reuters

Fuera de la isla, la situación militar estaba tensa al momento en que Pelosi aterrizaba. Varios aviones chinos volaban cerca de la línea que divide el estrecho de Taiwán durante la mañana del martes, dijo una fuente reservada a Reuters. Mientras, en el mar, buques de guerra enviados por Beijing llegaron el lunes y se mantuvieron en el lugar, explicó la agencia de noticias.

Ni las fuerzas de China ni las de Taiwán cruzaron la línea que las separa informalmente, considerando que el primero no admite como independiente al segundo, pues, siguiendo la política de “una sola China”, la isla les pertenecería. Por su parte, cuatro buques de guerra estadounidenses, incluyendo el portaaviones USS Ronald Reagan, se posicionaron al este de Taiwán. Según la Marina de EE.UU., era un “despliegue de rutina”, dijo a Reuters un oficial cercano a la acción.

A la espera de una eventual reunión con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, la visita de Nancy Pelosi ha puesto en alerta al mundo. Nuevamente, la relación diplomática entre dos de las potencias más importantes del globo se tensa.

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