Cómo los narcos desafían al Estado de Francia desde Marsella
El asesinato del hermano de un activista ecologista puso en alerta al gobierno de Emmanuel Macron, en un país donde, según estadísticas oficiales, 200 mil personas estarían “viviendo del narcotráfico”.
“Un punto de inflexión”. Hasta el momento, los narcos en la mediterránea Marsella se mataban entre ellos, y sus actividades parecían restringirse a la venta de drogas, pero luego de un asesinato para intimidar, la lucha contra el narcotráfico se encuentra en el centro del debate público francés. El pasado jueves 13 de noviembre, el joven Mehdi Kessaci fue abatido a tiros a plena luz del día.
El crimen habría sido un acto de intimidación dirigido contra su hermano, Amine Kessaci, un joven activista comprometido con la lucha contra el narcotráfico. Tras esta tragedia, los más extremistas se aventuran a decir que el país se está volviendo un “narcoestado”, mientras el presidente Emmanuel Macron pidió una intensificación de la lucha contra el narcotráfico, adoptando el mismo enfoque que se utiliza contra el terrorismo.
Marsella es, de momento, “la capital” del narco en Francia, pero otras ciudades como Béziers, Grenoble y Perpignan se hacen fama con noticias de balaceras, asesinatos y decomisos en sus periferias.
El jueves pasado, el asesinato del hermano menor del activista medioambiental Amine Kessaci, un firme opositor al narcotráfico, marcó un punto de inflexión para Francia. Según el fiscal Nicolas Bessone, se trató muy probablemente de un “crimen de advertencia” contra el activista.
Este crimen aumenta así la violencia extrema y las tácticas de presión que emplean las redes de narcotráfico, que ya de por sí no dudaban en amenazar a jueces y personal penitenciario. Un ejemplo contundente: a finales de 2024, la directora de la prisión de Baumettes en Marsella, amenazada de muerte por un recluso vinculado a una banda de narcotraficantes, fue puesta bajo protección y finalmente destituida de su cargo.
Esta vez, sin embargo, el asesinato de Mehdi Kessaci, de 20 años, marca el punto de no retorno, en cuanto la víctima no fue ni un narco ni una víctima accidental en un ajuste de cuentas. Su hermano, Amine, había entrado hace poco en política, luego de fundar la asociación ecologista Consciente, y llevaba escolta policial desde hace meses.
La policía ya sabía que la DZ Mafia estaba detrás de los pasos del activista, pero al ver los problemas que implicaba asesinarlo, por la misma protección policial, habrían decidido matar al hermano.“Lo que ocurrió en Marsella es un crimen destinado a infundir miedo, un crimen que apunta a la República y al Estado. Por eso utilizaremos un dispositivo a partir del 1 de enero similar al que utilizamos contra el terrorismo”, anunció al respecto Laurent Nuñez, el ministro del Interior.
Desde hace un tiempo que Francia viene intentando detener el fenómeno del narcotráfico, y en abril aprobó una ley contra este fenómeno, que entrará en vigor el 1 de enero. Imitando las leyes italianas contra la mafia, la norma implica la creación de una fiscalía especial, cárceles de alta seguridad y endurecimiento de las penas.
Ya este martes, se celebró una reunión de crisis sobre narcotráfico en el Palacio del Elíseo tras el asesinato de Mehdi Kessaci, hermano de un activista medioambiental que luchaba contra este flagelo. “Un crimen de intimidación que marca un punto de inflexión”, denunció el ministro del Interior al salir de la reunión.
Las autoridades francesas prevén, sin duda, nuevas represalias por parte de los capos de la droga. “En nuestros países vecinos más afectados, como los Países Bajos o Bélgica, los narcotraficantes intentan decirle al Estado ‘basta’, atacando a jueces, políticos y periodistas. Pero no nos rendiremos, nuestras acciones empiezan a surtir efecto”, afirmó el funcionario.
En una entrevista con el diario Le Figaro, el escritor Roberto Saviano, conocido por el libro “Gomorra”, aseguró: “Francia se encuentra en una situación dramática porque ignoró el problema del narcotráfico durante 30 años. Es fundamental comprender que la lucha contra el crimen organizado es una lucha global, ya que el capitalismo criminal es una de las fuerzas más poderosas del mundo”.
La principal banda sospechosa es la DZ Mafia, cuyas letras hacen referencia al nombre de Argelia en lengua árabe. Fundada en el narcotráfico, este grupo se ha consolidado en pocos años como “una grave amenaza” para Francia, según el informe de 2025 de la Oficina Antinarcóticos francesa (Ofast).Esta red criminal es considerada la más activa del sur del país. Se estima que genera entre 5 mil y 6 mil millones de euros anuales, según el ministro de Justicia, Gérald Darmanin.
Nacida de la alianza entre tres reclusos y un narcotraficante recién liberado, como reveló una investigación del periodista Xavier Monnier de Blast, la organización saltó a la luz pública en 2023 al enfrentarse al clan Yoda. Marsella vivió entonces un verano sangriento, con más de un intento de asesinato por semana, 49 fallecidos, un récord para el siglo XXI, y más de 100 heridos. En ese entonces llegó a surgir un nuevo término en el vocabulario mediático francés: los narcohomicidios.
Este sábado unas 6.200 personas, según la policía, salieron a la calle vestidas de blanco en la mayor protesta que se recuerda contra el narcotráfico y denunciar el el asesinato de Mehdi Kessaci. Un punto de inflexión que devuelve a Marsella a los años 80, los tiempos en los que la mafia de la ciudad desafió al estado asesinado al juez Pierre Michel.
Según el diario El País, Francia ha interpretado el asesinato de Kessaci como un “desafío al Estado”, según el propio Nuñez. Y en la manifestación, justo donde Mehdi fue asesinado, estaba la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, “para afirmar la unidad nacional en la lucha contra el narcotráfico”.
“Necesitamos justicia social, compromiso por parte del Estado y de las administraciones locales, así como apoyo a las asociaciones que hacen el trabajo cada día con muy pocos recursos”, afirmó Amine Kessaci en su discurso.
La situación es “grave”, reconoce el vicealcalde de Marsella, Pierre Huguet, en conversación con El País. “Es un punto de inflexión inédito en Marsella que recuerda los años 80 con el asesinato del juez Michel. La situación es muy preocupante. El alcalde, desde el principio de su mandato, ha pedido instrumentos suplementarios de justicia y policía para lucha eficazmente contra el narcotráfico”, señala antes de expandir el problema a toda Francia. “Hoy la cuestión del narcotráfico es nacional, no solo marsellesa. Pero la seguridad y la lucha contra el narcotráfico es una competencia del Estado”, matiza apuntando a ciudades como Grenoble, Nîmes o Toulousse, profundamente afectadas por el fenómeno.
La Castellane (el barrio donde nació Zinedine Zidane), La Paternelle, La Savine, Les Rosiers o Frais Vallone, el barrio donde crecieron los hermanos Kessaci, a solo unos minutos del lugar donde fue asesinado Medhi. Durante un tiempo han sido territorios inexpugnables para la policía o para quien no fuera a comprar droga. En los últimos años, dos bandas rivales libraron una sangrienta guerra que dejó casi un centenar de muertos:la DZ Mafia (DZ se refiere a la palabra Argelia en árabe y en lenguas bereberes) y Yoda, detalla el periódico.
El ministro de Justicia elogió el jueves que 27 de los 30 líderes actuales de la mafia DZ se encuentren en prisión. El problema, sin embargo, es que siguen operando con normalidad desde la cárcel y ordenando asesinatos, como ya ha ocurrido en ocasiones anteriores -hace un año, quemaron vivo a un niño de 14 años en un contenedor de basura- y todo apunta a que también están detrás del asesinato del hermano de Amine.
El narcotráfico es un problema arraigado en Francia. La crisis ha afectado a las afueras de ciudades como Grenoble, Nimes, Béziers y Toulouse. En el primer semestre de 2025, las autoridades incautaron 37,5 toneladas de cocaína, un 45% más que en el mismo período de 2024, una cifra récord, al igual que el número de muertes; solo en 2024, se produjeron 367 asesinatos o intentos de asesinato relacionados con este tráfico.
Unas 200.000 personas en Francia se ganan la vida con el narcotráfico, que genera una facturación anual estimada de 5.500 millones de euros y suministra cocaína a 1,1 millones de consumidores, según datos de 2023 del Observatorio Francés de Drogas y Conductas Adictivas (OFDT). Por ello, el presidente Emmanuel Macron redobló la apuesta en su análisis del miércoles pasado, señalando a “la burguesía de los centros urbanos que la consume y la financia”.
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