De “lacra crónica” de la democracia de EE.UU. a “genocidios” en Xianjiang: los críticos informes que enfrentan a Beijing y Washington

El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habla virtualmente con el líder chino, Xi Jinping, desde la Casa Blanca en Washington, el 15 de noviembre de 2021. Foto: Reuters

“Así como EE.UU. tiene la democracia al estilo estadounidense, China tiene la democracia al estilo chino”, plantea la Cancillería de Beijing en un reporte lanzado el mismo día que uno del Departamento de Estado, que cuestiona la situación de los DD.HH. en el gigante asiático.


El lunes pasado, el mismo día que marcó el vigésimo aniversario de la invasión de Irak liderada por la Casa Blanca, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China publicó un crítico reporte sobre el estado de la democracia en Estados Unidos. Planificado o no, durante la jornada el Departamento de Estado hizo lo propio, con el lanzamiento de su informe anual sobre el estado de los derechos humanos en el mundo, donde señaló a dedo a Beijing por su retroceso en la materia.

Titulado “El Estado de la Democracia en Estados Unidos: 2022″, el informe publicado en el sitio web de la Cancillería china “repasa y presenta sistemáticamente el verdadero desempeño de la democracia estadounidense a lo largo del año pasado, y revela la situación caótica de la democracia estadounidense dentro del país, así como el desorden y los estragos que ha dejado en todo el mundo por vender e imponerla, de modo que el mundo pueda conocer mejor lo que realmente es la democracia de EE.UU.”.

Además del prólogo y la conclusión, el informe tiene dos partes tituladas “La Democracia de EE.UU.: Una Lacra Crónica” y “El Desorden Global por la Imposición de la Democracia de EE.UU.”. En la primera de ellas, asegura que, “haciendo caso omiso a los problemas de toda índole y la crisis institucional de su propia democracia, EE.UU. se obstina en creer que su democracia sigue siendo el paradigma y el faro para el mundo”. “Por esta arrogancia, la democracia de EE.UU. no sólo ha acumulado problemas más que incurables, sino que también ha causado graves daños a todos los países del mundo”, enfatiza.

En la segunda parte, el reporte es igual de crítico: “Pese a los problemas de su propia democracia, EE.UU., en lugar de hacer una introspección, obliga a otros a tomar medidas para curar sus propias enfermedades, y sigue exportando a todo el mundo los valores de la democracia estadounidense, y aprovechándose de los temas de la democracia para atacar y reprimir a otros países en procura de intereses egoístas, lo cual ha agudizado la división y la confrontación entre bloques en la comunidad internacional”.

En su conclusión, el informe del Ministerio de Relaciones Exteriores de China sostiene que “la democracia es un valor compartido de todos los pueblos, pero en el mundo no existe un modelo de sistema político aplicable para todos los países”. En ese sentido, plantea que “así como EE.UU. tiene la democracia al estilo estadounidense, China tiene la democracia al estilo chino, y todos los países tienen sus modelos peculiares de democracia acordes con sus respetivas realidades nacionales”.

“Si un país es democrático o no y cómo materializa mejor la democracia son temas que deben ser juzgados por el pueblo del propio país, en lugar de un pequeño número de países engreídos”, plantea el reporte, que asegura que “la libertad, la democracia y los derechos humanos son el anhelo común de la humanidad y valores que siempre persigue el Partido Comunista de China (PCCh)”.

Represión de los uigures

Considerado uno de los reportes insignia de la diplomacia norteamericana, el Departamento de Estado difundió el lunes “Informe sobre Derechos Humanos 2022″, un sumario que evalúa anualmente la situación particular de los derechos humanos de cada país y remarca ciertas cuestiones particulares a las que prestar atención.

Cada año, las embajadas y consulados de Estados Unidos recaban información sobre abusos y violaciones contra los derechos humanos en 198 países y territorios, material que da forma al informe.

Según explicó el secretario de Estado Antony Blinken, este reporte ha servido durante más de medio siglo como “un recurso vital para gobiernos, investigadores, grupos de defensa, periodistas y voces de conciencia en todo el mundo que trabajan para promover el respeto de los derechos humanos y la rendición de cuentas por la injusticia”.

En el caso de China, se describe al gigante asiático como “un Estado autoritario” en el que el Partido Comunista Chino “es la autoridad suprema”. “Los miembros del Partido Comunista ocupan casi todos los altos cargos del aparato gubernamental y de seguridad”, destaca.

En su versión para el año 2022, el Departamento de Estado acusa a China de “genocidio y crímenes de lesa humanidad” por la represión de los uigures, una minoría de la provincia de Xinjiang. Critica asimismo la situación en Tíbet y en Hong Kong.

“Durante el año se produjeron genocidios y crímenes de lesa humanidad contra uigures predominantemente musulmanes y miembros de otros grupos minoritarios étnicos y religiosos en Xinjiang. Estos crímenes continuaban e incluían: el encarcelamiento arbitrario u otra privación severa de la libertad física de más de un millón de civiles; esterilización forzada, abortos bajo coacción y aplicación más restrictiva de las políticas de control de la natalidad del país; violación y otras formas de violencia sexual y de género; tortura de un gran número de detenidos arbitrariamente; y persecución, incluidos trabajos forzados y restricciones draconianas a la libertad de religión o creencias, la libertad de expresión y la libertad de movimiento”, enumera el informe.

El Presidente chino, Xi Jinping, aparece en una valla publicitaria en el condado de Yarkent, en la región autónoma uigur de Xinjiang, en el noroeste de China, el 21 de marzo de 2021. Foto: AP

La semana pasada, en respuesta a las declaraciones del nuevo Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, el austríaco Volker Türk, quien pidió a Beijing que actúe frente a la situación de las minorías en la provincia de Xinjiang, el embajador de China en Chile, Niu Qingbao, fue categórico. “Creo que su acusación (de Türk) está basada en las mentiras inventadas por las fuerzas contra China. Su recomendación está llena de prejuicios y busca interferir en los asuntos internos de China y perjudicar la estabilidad de China, y por eso China la rechaza”, señaló el diplomático.

Niu Qingbao aprovechó la oportunidad para criticar a Washington en materia de derechos humanos. “Si el alto comisionado Türk realmente se preocupa por los derechos humanos creo que tiene que hacer llamados por los indios norteamericanos que fueron masacrados y culturalmente aniquilados en los supuestos internados, y por los George Floyd que vienen sufriendo la violencia policial crónica y tiene que responsabilizar a los que masacraron a los civiles inocentes en las guerras de Afganistán, Irak y Siria”, denunció en conferencia de prensa.

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