Alfonso Mohor anuncia su renuncia a la presidencia de la Fech tras caso de negligencia

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El militante del Movimiento Autonomista había sido suspendido de su cargo por tres meses en junio pasado por decisión del pleno, tras ser acusado de negligencia en un caso de acoso laboral al interior de la Facultad de Ingeniería de la U. de Chile. En su lugar, asumirá Karla Toro, de la Izquierda Autónoma.


A las 9.00 horas de hoy de manera oficial, Alfonso Mohor presentará su renuncia como presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, luego de que ayer, mediante un correo electrónico, se lo comunicara al pleno. Se trata, según se señala en su círculo más cercano, de un "gesto político", tras haber sido cuestionado por un caso de acoso laboral al interior de la Facultad de Ingeniería, y en miras, además, a la "refundación" de la institución.

En la actividad, donde leerá una extensa carta con los motivos de su salida, estará acompañado de dirigentes estudiantiles y de los diputados del Frente Amplio, Gabriel Boric y Gonzalo Winter.

En junio pasado, el pleno de la federación decidió suspender de su cargo al dirigente por un periodo de tres meses, por haber actuado de manera negligente en un caso de acoso laboral que fue denunciado en la universidad, ocurrido en 2017.

Según se confirmó desde la federación, Mohor consideraría que debido a los hechos ocurridos no estaría en condiciones físicas, psicológicas y emocionales de continuar trabajando.

La denuncia fue hecha por la presidenta del Centro de Estudiantes de Ingeniería (CEI), Nicole Martínez, donde se indicaba que Mohor e Iván Zimmermann, concejero Fech, actuaron con negligencia en un caso de acoso que afectó a una funcionaria. Esto, mientras Mohor era líder de la federación de esa facultad.

Según señala el informe final de la comisión que sesionó en junio, la funcionara advirtió a ambos miembros del CEI que se encontraba sufriendo acoso laboral por parte del coordinador Pedro Quintana (marginación de reuniones, omisión de dirigirse a su persona, amenazadas, gestos burlescos, decisiones unilaterales y tratos autoritarios del estudiante a la trabajadora). Estos hechos provocaron, además de la mala calificación que tuvo en su evaluación como funcionaria, que tuviera que solicitar licencia por estrés laboral.

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