Ni las cuarentenas, ni los cierres de fronteras, ni los toques de queda pudieron frenar la circulación de drogas durante estos meses de pandemia. Las cifras de la Jefatura Nacional Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado (Jenanco) muestran que aumentaron los decomisos de clorhidrato de cocaína y cannabis procesada. Mientras la primera sustancia ilícita creció en un 94% sus incautaciones, la segunda lo hizo en un 50%.

¿La explicación? “Como todo negocio criminal, tuvieron que hacer una reingeniería de su línea de producción. Nosotros sabíamos que iba a tomar un auge la cannabis de producción nacional y en base a eso reforzamos el Plan Cannabis de este año, vaticinando que los cultivos y las cosechas se iban a adelantar”, dice el subdirector de Inteligencia, Crimen Organizado y Seguridad Migratoria de la PDI, prefecto general Sergio Muñoz.

En la policía civil habían previsto que el cierre de fronteras y las dificultades en los desplazamientos iban a forzar a los narcotraficantes locales a disponer de su producción de marihuana lo antes posible.

En cuanto a la cocaína, el análisis que realizó Jenanco revela que el gran aumento se debe a “aciertos policiales puntuales de larga data investigativa”. Específicamente, se comenta el operativo de fines de marzo que incautó más de tres toneladas de cocaína y marihuana.

Otra conclusión de la PDI es que a pesar de la casi nula actividad registrada en los aeropuertos por el cierre de fronteras, la incautación de drogas sintéticas casi no varió y apenas bajó un 2%. Según Muñoz, eso se debe a que aumentaron los envíos de estas sustancias por encomienda: “Se incautó menos en cuanto a los ‘burreros’, o personas que transportan la droga en su cuerpo o maletas, pero aumentaron los envíos vía courier”.

Otro hallazgo que llamó la atención de la PDI fue que las drogas sintéticas ya no estaban llegando dosificadas, sino que a granel, en polvo o líquido. Ese descubrimiento luego se unió a otro. La policía encontró en Iquique y en Valparaíso los primeros laboratorios de manufacturación. “Es un término que acuñamos hace poco, porque no se había visto en Chile. Encontramos en dos laboratorios maquinaria destinada a hacer las dosis de la droga que les llegaba a granel”, dice Muñoz.

Esto último es algo que también alertó a la Unidad Especializada en Tráfico Ilícito de Estupefacientes de la Fiscalía Nacional. El jefe del organismo, Luis Toledo, relata que el objetivo es encapsular el MDMA (conocida como éxtasis) en polvo, sólido o líquido para comprimirlo en pastillas con diseños. “Lo anterior implica un enorme riesgo. Como estos laboratorios son artesanales y no tienen control de calidad, obviamente el principio activo de una pastilla puede estar muy diluido, pero en otra existir a tal magnitud de ser capaces de provocar intoxicación o muerte del consumidor”, dice Toledo.

El jefe de la unidad además advierte que “las organizaciones criminales vinculadas al narcotráfico han sabido adaptarse a estas circunstancias de modo de generar espacios y lugares para acopiar droga a la espera de poder distribuirla en los mercados nacionales o internacionales en cuanto sea posible”.

El viernes, de hecho, la PDI junto con la Fiscalía Occidente detuvo a 15 personas involucradas en la operación “Moquegua”, logrando la incautación de más de 216 kilos de cannabis, cocaína y otras sustancias. Al respecto, el subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, dijo que “detrás de estas operaciones de tráfico de drogas hay asociaciones ilícitas que tienen toda una estructura para incorporar la droga dentro del país” y que se debe “coordinar y unir todas las fuerzas del Estado para combatir la delincuencia organizada”.