Fiscal Barros tras detención de Solar y Caballero: “Si la bomba enviada a Hinzpeter se hubiese activado, habría volado el piso entero”

El fiscal regional metropolitano sur Héctor Barros.

El persecutor busca una condena de 60 años para Mónica Caballero y Francisco Solar, los mismos que fueron condenados en España por delitos terroristas.


No se dio cuenta de que la detención fue justo un año después del día en que las bombas fueron despachadas por correo. De hecho, el fiscal regional metropolitano sur, Héctor Barros, tenía todo listo para hacer el operativo hace un par de semanas. Pero el coronavirus le cambió el plan: a Francisco Solar, sospechoso junto a Mónica Caballero de haber mandado los explosivos a una comisaría, al exministro Rodrigo Hinzpeter y al edificio Tánica, el resultado del examen de Covid-19 le dio positivo. Barros tuvo que esperar entonces que pasaran las dos semanas para que estuviese libre de contagio.

Este viernes 24, antes de las 7 de la mañana, el fiscal partió a las oficinas del OS-9 de Carabineros. Ahí, junto al general Mario Rozas, vio por las cámaras aéreas y de oficiales cómo resultaban los allanamientos y detención de Solar y Caballero; ambos imputados -sin condena- en el caso Bombas 1, cuando Hinzpeter era ministro del Interior, y luego apresados en España por delitos terroristas.

Fue un día largo para Barros. Terminó la audiencia de formalización pasada la medianoche, con los sospechosos en prisión preventiva. Para ellos quiere lograr una condena de 60 años.

¿Cómo llegó a Caballero y a Solar?

Yo no los sindiqué, fue la evidencia levantada de los sitios del suceso la que nos permitió concluir inequívocamente que son ellos quienes están detrás de estas conductas. El trabajo del OS-9 nunca se enfocó en personas, sino que fue el material genético hallado, las grabaciones y una serie de otras diligencias las que nos llevaron a ellos. Créame que no fue fácil, ellos planificaron muy bien estos delitos, de una forma muy sofisticada, pero cometieron errores y esas barreras de seguridad que los imputados tomaron pudieron ser superadas por los policías. Por eso que los detuvimos y hoy están bajo la medida cautelar más gravosa luego que una jueza de la República acreditara su participación.

¿Había visto antes una bomba confeccionada con dinamita como fue la enviada al exministro Hinzpeter?

No, y eso fue bien clave. Cuando estalla la bomba en la 54° Comisaría de inmediato seguimos la pista de si había más envíos de bombas, lo que nos permitió llegar a la oficina del señor Hinzpeter, que por estar en reuniones no había abierto la bomba. Ahí nos enfrentamos a una disyuntiva, hacerla explosar de forma controlada, como suele hacerlo el Gope, o arriesgarnos para desactivarla y así poder analizarla y levantar de ella algún material genético que nos diera posibilidad de dar con el o los responsables de estos hechos. En eso quiero reconocer el trabajo de Carabineros, gracias a esa pericia pudimos extraer ADN y cruzarlo con las muestras del imputado Solar que hicieron “match” y nos da un estándar científico para enfrentar esta imputación.

¿Qué hubiera pasado si esa bomba se hubiese activado?

Las dos bombas que se enviaron ese día tanto a la comisaría como a Quiñenco tenían la capacidad de causar la muerte. Lo que pasa es que la que le estalló a carabineros era de pólvora negra artesanal y que tuvo una eficiencia menor. De acuerdo a los análisis de los equipos especializados, si la bomba enviada al señor Hinzpeter se hubiera activado, habría causado la muerte de muchas personas, mutilaciones y la onda expansiva habría volado ese piso entero. Esa gravedad en la conducta es la que nos tiene persiguiendo penalmente a sus autores. Esa bomba estaba destinada a matar.

En la formalización expusieron las rutas de los imputados que trasladaron las bombas en taxis desde Santiago a Vitacura.

Así fue, hubo muchas personas expuestas al riesgo, conserjes, secretarias, las mismas personas que estaban en la comisaría. En las imágenes se ve a los funcionarios de correos moviendo y sacudiendo los paquetes cuando los reciben. ¿En qué cabeza alguien envía una bomba en un paquete que puede dañar a cualquier persona? Esa es la seriedad de lo que buscamos condenar y esperamos lograr una sentencia acorde a la gravedad de lo que estamos exponiendo.

A diferencia de otros casos, sorprendió que esta vez no invocara la Ley Antiterrorista, sólo formalizó por los delitos de la Ley de Armas, ¿por qué?

Porque en primer lugar nosotros tenemos una Ley Antiterrorista muy ineficiente, que no está adecuada a los tiempos que necesitamos, es una ley que nos hemos dado cuenta de acuerdo a diversa jurisprudencia que la posibilidad de lograr una sentencia condenatoria bajo esa normativa, en estos casos, es muy difícil. Además, si invocáramos la Ley Antiterrorista con el esfuerzo que implica demostrar un dolo terrorista ante tribunales, las penas podrían ser un tercio menos de las que podemos lograr ahora. Es decir, por la Ley de Armas, una ley ordinaria que por cierto se le aplica a cualquier persona en este país, las penas podrían llegar hasta 60 años, lo que nos parece que es una sanción acorde a estas graves conductas que formalizamos.

Sin embargo, ambos imputados fueron condenados por delitos terroristas en España.

Nosotros ya tomamos una decisión con las herramientas y leyes que tenemos en Chile. La legislación española es totalmente diferente a la que tenemos en nuestro país. Hay que arreglar la ley, pero eso no me compete como fiscal, sino que a otro poder del Estado.

Si ambos venían de una condena en España, y trasladaron bombas letales en taxi por Santiago, ¿qué pasó? ¿Falló una vez más la Inteligencia?

No me corresponde hablar del mundo de la Inteligencia, a mí sólo me corresponde hablar de las investigaciones penales judicializadas, pero le repito: en esta investigación no se buscó a alguien en particular como sospechoso, sino que al revés, fueron las evidencias en los sitios del suceso que apuntaron a los responsables y los errores que cometieron.

¿Como cuáles?

Ellos repitieron una ruta, que era tomar el taxi en la intersección de las calles Beauchef e Iñiguez, mismo lugar en que el sospechoso de los atentados contra el exministro Hinzpeter y la comisaría había botado el gorro, la bufanda y los lentes que utilizó para no ser reconocido en la sucursal de Correos. Más que un error, destacaría la pericia de Carabineros de levantar una gran cantidad de imágenes que nos permitieron el viernes mostrar a tribunales las rutas que hicieron los colocadores. En pocas investigaciones hemos tenido tal registro de cámaras que muestran claramente a los imputados trasladando las bombas desde Santiago Centro a la zona oriente de la capital.

¿Le sorprendió que quienes estaban tras los bombazos eran, según su evidencia, quienes fueron absueltos en el caso Bombas I?

La verdad es que uno como fiscal se sorprende poco ya a esta altura, porque, además, lo que prevalece siempre es actuar con objetividad y sin sesgos, pero sí fue un tanto anecdótico cuando en la investigación aparecen estas personas que habían llegado hace poco a Chile, de un país donde ya habían sido condenados por colocar bombas, y darnos cuenta de que estaban de nuevo instalando bombas acá. Pero de ahí mi preocupación pasó a ser reunir la suficiente cantidad de pruebas para poder detenerlos, y lograr su prisión preventiva, como sucedió el viernes. Estas son personas renuentes a insertarse a la sociedad y han sido insistentes en reiterar estas conductas. El propio tribunal consideró lo que dijimos: son personas peligrosas que, de estar libres, van a estar permanentemente colocando bombas, lo que es un peligro para nuestra sociedad. Fíjese que hay un cambio en la conducta: en 2010 las bombas que se instalaban eran de noche y en cajeros para no dañar a inocentes. Era contra el capital, los bancos, era más simbólico. Ahora se puso en riesgo la vida de muchas personas, no solo de sus objetivos. Acá se buscó la muerte de personas individuales, pero con el riesgo de que en el trayecto muriera cualquiera.

¿No le teme a un fracaso como fue el caso Bombas I, en que estos imputados fueron absueltos?

No hablo de investigaciones que no conocí y en ese caso yo no estuve, pero no tengo miedo, porque este caso es totalmente distinto y tenemos ya suficiente prueba para ir a un juicio y lograr condenas, así de seguros estamos del trabajo que realizamos.

¿Hay más personas tras estos ataques?

Sí. De acuerdo a los peritajes, hay ADN de otros perfiles y los estamos investigando.

Solar ha sido vinculado a la Coordinadora 18 de Octubre y a grupos anarquistas que se activaron tras el estallido del 18 de octubre, usted investiga los hechos más violentos de la crisis social. ¿Ya lo tenía en la mira?

Yo no investigo grupos, ni ideologías, yo investigo delitos y a personas vinculadas a esos delitos en particular. En este caso en concreto es trabajar con la evidencia que aparece en la investigación, sin importar lo que piensa esa persona. A mí no me importa si es anarquista, católico, si le gusta el chocolate, a mí lo que me importa es llevar a responsables de delitos ante tribunales. D

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