
Nueva “ola de calor” invernal y falta de lluvias vaticinan una mala calidad del aire para resto de julio
El invierno atípico que pasa por la Región Metropolitana, dominado por un anticiclón que aleja las lluvias de la zona, mantiene a la ciudad sumida en oscilantes temperaturas mínimas y máximas, y una calidad del aire todavía desfavorable para la salud de los habitantes.

Entre mañanas frías y ausencia de lluvias, el clima en la zona central del país sigue mostrando una actitud atípica. A esto se suma que la calidad del aire ha sido desfavorable durante los últimos días, considerando que la Región Metropolitana viene de dos preemergencias ambientales consecutivas durante el fin de semana ¿Se aproximará un cambio en las condiciones climáticas durante este mes?
Esto se debe principalmente a la presencia de un anticiclón subtropical del Pacífico, que por ahora no ha mostrado señales claras de retirarse de la zona central, según comenta la directora del Observatorio Climático de la Universidad San Sebastián, Paula Santibáñez. “Aunque podría debilitarse de forma transitoria hacia fines de mes, los principales modelos siguen mostrando su persistencia como la principal barrera para la entrada de sistemas frontales”, agrega.
Si bien este comportamiento meteorológico se parece mucho a lo que podría provocar La Niña, este fenómeno se debe a otros motivos. De hecho, aunque el fenómeno La Niña no se encuentra activo, como lo confirman los análisis más recientes del Centro de Predicción Climática de National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), la atmósfera ha adoptado una configuración muy similar a la observada en los inviernos bajo su influencia: una mayor estabilidad, ausencia de lluvias y una intensificación del anticiclón subtropical del Pacífico.

“Este tipo de comportamiento puede explicarse por otros factores, como la fase negativa de la Oscilación Antártica (AAO) o la propagación de ondas planetarias desde latitudes medias”, detalla la experta. En conjunto, estos elementos pueden replicar algunos de los efectos típicos de La Niña, sin que el fenómeno esté presente oficialmente.
¿Y qué tan probable es que se presenten lluvias en el corto plazo sobre la Región Metropolitana? Al menos para Santibáñez, las condiciones actuales siguen siendo desfavorables para precipitaciones significativas en la zona central. “Aunque algunos modelos proyectan un posible debilitamiento transitorio del anticiclón hacia fines de mes, por ahora no se anticipan lluvias de magnitud”.
Eso sí, para este martes algunos pronósticos indican la posibilidad de precipitaciones débiles en Santiago, del orden de 1 a 2 mm, “pero se trataría de un evento puntual y de escasa relevancia hidrológica”, comenta.
Calor invernal y mala calidad del aire
El pronóstico para esta semana indica que a partir del jueves y probablemente hasta el sábado se vuelvan a presentar temperaturas máximas que superen los 20 °C. Tal como se presenció a principios de este mes, cuando gran parte de la zona centro y centro-norte fue testigo de una “ola de calor” invernal.
Este tipo de anomalías térmicas, de acuerdo a lo explicado por Santibáñez, se ha vuelto más frecuente en los últimos años, y responde a un patrón meteorológico típico: cielos despejados, vientos del este y subsidencia atmosférica. “Es decir, el descenso de aire desde niveles altos que se comprime y se calienta al acercarse a la superficie. Esta combinación favorece una mayor radiación solar y temperaturas inusualmente altas para la época”, complementa.
Aunque técnicamente no se trate de una “ola de calor” en términos formales, sí es una señal clara de un invierno cada vez más cálido y variable. Cabe destacar que para ser considerada ola de calor invernal en la RM, por ejemplo, debe haber temperaturas máximas por sobre los 21,2 °C durante al menos tres días seguidos.

Eso sí, estas condiciones son propicias para que empeore la calidad del aire en la zona central. “Las condiciones actuales de estabilidad atmosférica, inversión térmica matinal, escasa ventilación y ausencia de precipitaciones, conforman un escenario muy adverso para la dispersión de contaminantes en las ciudades del valle central”, anticipa la experta.
Asimismo, enfatiza que uno de los factores clave para fomentar la contaminación es la subsidencia asociada al anticiclón subtropical. “Al descender, el aire se comprime por el aumento de presión, lo que genera una capa más cálida y estable que actúa como una “tapa” que impide la mezcla vertical de la atmósfera".
Esta situación favorece la acumulación de material particulado cerca de la superficie, especialmente durante las mañanas frías, y explica la recurrencia de episodios críticos como las recientes preemergencias ambientales. “Si no se debilita el anticiclón ni se reactivan las lluvias, es probable que este patrón se mantenga durante el resto del mes”, concluye la investigadora.
Ante esto, el doctor Felipe Rivera, broncopulmonar del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, explica por qué cuando hay niveles altos de contaminación ambiental es importante no hacer ejercicio. “Cuando una persona hace ejercicio, respira más intensamente y lleva más aire hacia los pulmones. Al hacer esto, la concentración de los elementos tóxicos está en mayor concentración y, por lo tanto, hay más posibilidades de hacer daño, de entrar al torrente sanguíneo, y de provocar daño cardiovascular y pulmonar”.

Por su parte, el doctor Guillermo Zepeda, pediatra broncopulmonar y subdirector de la Escuela de Medicina de la U. de Chile, señala además que “cuando las personas hacen algún tipo de ejercicio, habitualmente respiran con la boca y dejan de respirar por la nariz y de esa manera, en condiciones normales, va a ingresar aire que está seco, frío y contaminado a través de la boca en desmedro de una correcta respiración por la nariz".
El académico del Departamento de Kinesiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Edgardo Opazo, llama a realizar ejercicios que permitan mantener el cuerpo activo sin comprometer la salud respiratoria. “Podemos y debemos mantenernos activos en días de preemergencia, pero adaptando tanto la intensidad como el entorno para proteger nuestra salud”.
Opazo asegura que lo ideal es moverse en espacios cerrados y protegidos del aire exterior. Si no es posible, es preferible ejercitar al aire libre en horas de menor contaminación, como temprano en la mañana o al final de la tarde, y lejos de fuentes de emisión directa como el tráfico vehicular.
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