Apariencia femenina de faraón Akenatón pudo deberse a desorden genético
Las sinuosas curvas del padre de Tutankamón han desconcertado a los científicos durante décadas. Un análisis de su morfología apunta a que pudo padecer ginecomastia.
Introdujo el monoteísmo en el antiguo Egipto y llegó a tener seis hijos, entre ellos el célebre Tutankamón. Pero algo no calzaba con su imagen de prolífico padre y también esposo de la no menos célebre reina egipcia Nefertiti.
La apariencia que el faraón Akenatón exhibe en monumentos y jeroglíficos lo muestra con amplias caderas, exuberante busto y finos rasgos faciales (imagen derecha). Rasgos que por décadas han intrigado a los científicos, que no contaban con la más mínima pista.
Tampoco con el permiso de las autoridades egipcias para investigar el cadáver momificado del soberano, que rigió los destinos en el Valle del Nilo allá por el año 1.300 a.C. Pero ahora un investigador médico de la Universidad de Yale sorprendió a la comunidad científica con una fresca hipótesis.
CUESTIÓN DE HORMONAS
El doctor Irwin Braverman asegura que la apariencia de Akenatón pudo deberse a una mutación genética que causó que su cuerpo convirtiera, de manera más que excesiva, las hormonas masculinas (testosterona) en hormonas femeninas (estrógeno), que son las encargadas de otorgar los rasgos femeninos.
Esta condición pudo ser causada por una ginecomastia (crecimiento de la glándula mamaria en el hombre), aseguró el científico, una enfermedad que lleva a la sobreproducción de estrógeno.
Y para alcanzar esta conclusión Braverman tuvo que basarse sólo en el análisis morfológico de las figuras del faraón, como estatuas y jeroglíficos, que además de curvas revelan una malformación craneana. La cabeza del faraón era deforme por una patología que produce que los huesos del cráneo culminen su desarrollo a temprana edad, dijo el científico.
Puede parecer pura especulación, pero el doctor Irwin Braverman no es ningún neófito en la materia.
LA CIENCIA DE OBSERVAR
Todas sus clases en la Universidad de Yale las realiza usando pinturas y retratos de personas que exhiben ciertas condiciones médicas, para que -mediante la observación- sus alumnos deduzcan qué mal padece el sujeto de la imagen.
Anteriores análisis realizados por el egiptólogo Donald B. Redford señalan que Akenatón pudo haber sufrido el síndrome de Marfan, un desorden genético que se caracteriza por producir formas alargadas, incluyendo los dedos y el rostro. Otras teorías apuntan a que el propio faraón ordenaba que su figura fuese esculpida de tal modo, debido a fines religiosos.
Los resultados del nuevo estudio serán dados a conocer el viernes durante la conferencia anual sobre la muerte de personajes históricos, que se desarrolla en la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland, Estados Unidos. Se espera que Egipto se interese en investigar a fondo el caso.
Algunas de las personalidades históricas cuyas causas de muerte han sido presentadas en esta conferencia en el pasado son el rey Herodes, Alejandro Magno, Mozart y el emperador romano Claudio.
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