Brasil, las playas con más onda
<img height="16" alt="" width="60" border="0" src="http://static.latercera.cl/200811/193728.jpg " /><br /> Les presentamos algunas playas que hace rato vienen sonando y otras joyitas que recién se nos revelan.
NATAL, LA CIUDAD DEL SOL
La capital del Estado de Río Grande do Norte, lo que menos parece es una capital: extensas playas, mar azul y dunas que parecen sacadas del desierto del Sahara son el paisaje predominante en esta ciudad de poco más de 770 mil habitantes. Son famosos sus paseos en buggy por los alrededores, como el sector de la laguna de Genipabu. Otro gran atractivo es la playa de Maracajau, una tradicional y apacible villa de pescadores con aguas tibias y cristalinas, ideales para el buceo. Es conocida como "la ciudad del sol" por su situación climatológica exenta de tormentas, lo que garantiza una estadía aprovechable en un cien por ciento.
FERNANDO DE NORONHA, ESCALERA AL CIELO
Fernando de Noronha es lo más parecido al paraíso que usted puede encontrar en Brasil. De hecho, la historia lo ratifica: el humanista Tomás Moro se fascinó con las narraciones realizadas por Américo Vespucio sobre el archipiélago en el año 1503, y se inspiró en ellas para crear el término "utopía", que hace referencia al lugar donde existiría la sociedad perfecta.
Fernando de Noronha se ubica bien al norte del país, en el Estado de Pernambuco, a 545 km de su capital, Recife. Está compuesto por 21 islas, y tanta es su belleza y estado de conservación natural, que en el año 2002 le fue otorgado el título de Patrimonio de la Humanidad. Uno de sus atractivos más característicos es la rica y exótica fauna marina. En el mirador de la Bahía Golfinhos podrá admirar el juguetear de los delfines, y en sus numerosas piscinas naturales podrá tener contacto directo con peces coloridos, esponjas, moluscos, corales y tortugas marinas. Está de más decir que es un lugar idóneo para practicar buceo y snorkeling.
CANASVIEIRAS, LA PLAYA JOVEN
Acá todo es romance, vida nocturna, sensualidad y pieles doradas para admirar y lucir. La playa más famosa de Santa Catarina en Florianópolis, es popular entre los jóvenes, que dan rienda suelta a sus fantasías de verano. Su costa, que abarca unos 4 km de playa, es apacible y caliente, perfecta también para las familias. Bien preparada para los visitantes, su centro está provisto de todos los servicios necesarios para pasar vacaciones sin estar pensando en lo que olvidó en casa. Tiene, además, una amplia gama de hoteles y restaurantes para todos los gustos y variados bolsillos. Muchos de los turistas que recibe esta playa son argentinos, así es que muchos locales comerciales cuentan con personal bilingüe.
Muy cerca de Canasvieiras, la Isla del Francés, hasta donde se puede llegar en kayak o lanchas, es una buena escapada por el día con la familia y en cuyas aguas se pueden practicar diversos deportes acuáticos.
GUARUJÁ, DESPUÉS DE LA PLAYA, LA CIUDAD
Conocida como la Perla del Atlántico,Guarujá, en la isla de San Amaro, a 90 km de Sao Paulo, es una mezcla de relajo vacacional con todas las comodidades de la ciudad. Shopping centers, cines, discotecas, varios supermercados, entre otros servicios, son parte del centro de Guarujá. Para el relajo, Pernambuco –famosa por sus enormes casas de veraneo–, Asturias y Ensenada, son sus mejores playas. Esta última famosa, sobre todo, por ser ideal para la práctica del jetskiing. Así también Pitangueiras, llena de surfistas, amantes del sol y vendedores, quizás sea mejor apreciada cuando el sol ya comienza a esconderse. Para visitar con la familia, el Parque Temático Acqua Mundo, el más grande de Sudamérica, es la opción cuando ya es hora de esquivar la luz del sol.
JERI, EL DIAMANTE EN BRUTO
Jericoacoara, ubicada a 305 km de Fortaleza, es de una belleza ruda. Una playa donde uno se siente el primero en llegar, el colonizador de lo indómito y recién descubierto. Conserva ese aire místico de los hippies que se asentaron acá en los años 70 y algo del espíritu de pueblo de pescadores, con calles sin veredas y electricidad que sólo llega a las casas. Acá en Jeri las noches las iluminan las estrellas y la luna cuando hace su aparición. La onda es relajarse y dejar que lo arrulle el ruido del mar y las canciones nocturnas de los que le entregan su alma a Jeri, como si fuera el paraíso terrenal.
Hasta acá, atraídos por sus vientos, llegan deportistas de todo el mundo que combinan una vida de relajo con la práctica del windsurf y kitesurf; otros, tentados por la excelente gastronomía de la zona –que a primera vista puede parecer extraño, considerando lo rústico del poblado– llegan para degustar incluso los sabores internacionales que ofrecen algunos de sus restaurantes.
Lo Último
Lo más leído
1.
3.
4.