Hace tiempo es una práctica habitual en Hollywood. Cuando un cineasta impone su dominio en un género, luego cuenta con la libertad de ejercitarse como mecenas de otros directores que recién empiezan su camino. Lo han hecho desde Steven Spielberg a Guillermo del Toro. Hoy, todavía con el éxito de El conjuro 2 muy fresco,  el director James Wan sirve de enganche para Cuando las luces se apagan, una nueva apuesta de terror que produce con su compañía Atomic Monster.

A diferencia de su vínculo con Annabelle -el spin off de El conjuro-, en esta oportunidad la implicación de Wan bien puede llevar el rótulo de apuesta personal. La cinta está basada en un corto de tres minutos que en 2013 puso en el mapa el nombre del sueco David F. Sandberg, que hasta ese momento no tenía largometrajes. Sin diálogos y con nulo presupuesto, se centraba en una mujer acechada por una presencia paranormal.

La popularidad del corto fue creciendo y el productor Lawrence Grey fue quien le sugirió a James Wan convertirlo en película. “Cuando me mostraron el corto viral, se veía muy cool, hecho por un tipo en su departamento en Suecia. Aprecié la cabeza que había ahí, me gustó mucho el título, era tan sencillo y decía tanto”, aseguró Wan a La Tercera en medio de la promoción de El conjuro 2.

Así, el cineasta sueco pasó por primera vez a la silla de director -con guión de Eric Heisserer (Pesadilla en la calle Elm)-, mientras que Lotta Losten, su esposa y la protagonista original, se quedó con el personaje de una trabajadora de una fábrica, que aparece en la primera escena de la cinta. Es ella quien advierte de algo extraño a Paul (Billy Burke), un hombre inquieto por el bienestar de su hijo y su esposa Sophie (Maria Bello). Ella ha empezado a hablar con una mujer muerta; como la enorme casa que comparte con su retoño ha dejado de ser un hogar tranquilo, Rebecca (Teresa Palmer), la hija de su anterior matrimonio, decide llevarse a su hermanastro. Aunque, como dice un personaje más adelante, ningún lugar es seguro.

“Siempre pensé que daría más miedo si la madre tenía un amigo invisible”, dijo Sandberg en la pasada WonderCon sobre una de las novedades, a lo que se añade el prescindir de la crudeza de otras apuestas de terror. Al menos en la respuesta de los críticos, la jugada parece haber salido bien. “Nunca se aleja demasiado de su fuente, repitiendo esencialmente el mismo susto, una y otra vez. Lo sorprendente es lo bien que todavía funciona”, sentenció Variety.