Histórico

De condecorado oficial nazi a prolijo colaborador del Mossad

El ex teniente coronel de la Waffen-SS Otto Skorzeny colaboró activamente con el servicio secreto israelí para boicotear la participación de ex científicos nazis en el programa armamentístico de Egipto.

El mundo del espionaje tras la Segunda Guerra Mundial ha entregado muchas historias fascinantes. Y en esa amplia colección sin duda se sumará la que acaban de revelar un periodista de la cadena CBS, Dan Ravid, y un colega del diario israelí Haaretz, Yossi Melman: la de un condecorado oficial nazi que se convirtió en un importante colaborador del Mossad, el servicio secreto exterior israelí.

Se trata de Otto Skorzeny, un teniente coronel de la Waffen-SS, el brazo militar del partido nazi, de Adolf Hitler. Skorzeny ganó fama y fue condecorado por el mismo Führer por varias misiones que cumplió con éxito, como el rescate de Benito Mussolini en septiembre de 1943, la operación para derrocar al dictador húngaro Miklos Horthy cuando estaba a punto de firmar la paz con la Unión Soviética en septiembre de 1944, o la infiltración tras la líneas enemigas, después del desembarco en Normandía, incluida la captura de tanques norteamericanos para atacar y sembrar confusión entre las tropas aliadas.

Tras el fin de la guerra se entregó a los estadounidenses, pero tras dos años encarcelado y sometido a un proceso, los jueces militares aliados lo absolvieron en 1947. Nunca quedó claro si participó en crímenes de guerra o contra la humanidad, así como en hechos relacionados con el Holocausto, pero no esperó a que se acumularan los cargos en su contra en los tribunales de Nuremberg y huyó a España donde logró la protección del régimen franquista.

Ahí desarrolló su vida e incluso publicó un libro de memorias sobre participación en la guerra. Pero su permanencia ahí no era tranquila. Veía como muchos antiguos compañeros de armas eran amenazados por las acciones del Mossad o del caza nazis Simon Wiesenthal. Notoriedad mundial había tenido la captura de Adolf Eichmann en Argentina, en 1960, su juicio y ejecución en Israel, en 1962. Por eso suponía que podía ser en un próximo blanco.

Fue ese mismo año que el agente del Mossad, Joe Raanan, lo contactó en Madrid. Sin embargo, no para capturarlo o asesinarlo. Al contrario, para sumarlo como colaborador del servicio, con tal de obtener información sobre antiguos nazis y ex científicos que trabajaron el régimen nazi y que habían sido contratados por el gobierno Egipcio, para participar en su programa armamentístico. Aceptó la tarea siempre que lo sacaran de la lista de objetivos de Israel y de la lista de buscados de Wiesenthal.

Así comenzó a colaborar activamente con el Mossad en las operaciones contra los científicos que trabajaban para el régimen de Gamal Abdel Nasser. Y cumplió sus tareas de la misma forma como lo había hecho en su tiempo como oficial nazi. De esta forma envió cartas bomba, obtuvo valiosa información e incluso asesinó al científico alemán Heinz Krug, en Munich. La campaña de intimidación fue exitosa y poco después la mayoría de los expertos alemanes habían dejado Egipto.

Sin embargo, nuevas órdenes del gobierno de David Ben Gurion pusieron fin a la colaboración de Skorzeny, ya que se temía que el caso se transformara en un escándalo si se filtraba, o que complicara el acuerdo para la venta de armas que había sido firmado entre Israel y la República Federal Alemana. Como sea, el ex teniente coronel  pudo vivir tranquilo hasta su muerte en julio de 1975, en Madrid.

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