Histórico

El debate sobre la puerta giratoria

Frei cometió un error, pues si bien hay distintas visiones sobre cómo enfrentar el problema de la criminalidad, no conozco ninguna seria que plantee que es un problema exclusivamente judicial.

Hace diez años Joaquín Lavín acuñó la frase de "la puerta giratoria" para referirse a la facilidad y rapidez con que los delincuentes salen de la cárcel cada vez que son detenidos por algún delito.
Con el tiempo, la frase se ha incorporado al lenguaje común y generalizadamente se habla ya de la puerta giratoria, sus causas y posibles soluciones. Esta vez ha sido el senador Eduardo Frei quien ha encendido la polémica al responsabilizar al Poder Judicial. Se trataría únicamente de un tema judicial, pues son los jueces los que dejan en libertad a los delincuentes y, por lo tanto, son ellos los que deben hacerse cargo del problema.

Las causas de la criminalidad y sus soluciones más eficaces están entre los temas más complejos y que provocan mayor debate. Por ello, las campañas presidenciales no son realmente una buena instancia para discutir en detalle las soluciones de fondo y de largo plazo, pero sí lo son para que los candidatos planteen la prioridad que le asignan y den señales claras del tipo de política con el que la enfrentarán. 

Asumo que Sebastián Piñera sabe que no va a solucionar el problema de la inseguridad sólo incorporando 10 mil carabineros más, pero sí le está transmitiendo al país dos conceptos claros: que la delincuencia es para él un tema de alta prioridad que amerita un esfuerzo mayor del gobierno y que es partidario de un tipo de política pública que pone énfasis en la represión del delincuente. Esto último es perfectamente discutible, pero para eso es la democracia, para resolver sobre las diferentes visiones de los problemas y del tipo de solución que plantean las distintas alternativas políticas.

Por todo esto es que el senador Frei cometió un error. Hay distintas visiones sobre cómo enfrentar el problema de la criminalidad, pero no conozco ninguna seria que plantee que es un problema exclusivamente judicial. En definitiva, la frase de la puerta giratoria está graficando que la delincuencia y la reincidencia son problemas graves. En su solución el gobierno tiene un rol central e insustituible. Ya sea que se ponga énfasis en la prevención o en la dureza de la sanción, es indudable que aquí están en juego un conjunto de medidas de los más variados ámbitos. 

La prevención del delito a través de políticas públicas que apunten a dar oportunidades educacionales, de esparcimiento y de trabajo a los jóvenes; la prevención del consumo de drogas a través de los colegios, el fomento del deporte y el apoyo a la familia; la rehabilitación a través de la aplicación de penas alternativas que permitan el control efectivo del condenado y la aplicación de medidas de rehabilitación eficaces en las cárceles. Así, también, la modernización y fortalecimiento de la labor policial. 

En fin, son múltiples las responsabilidades que atañen directamente al gobierno en la solución de este problema. Algunos pondrán el énfasis en algunas políticas y otros lo pondrán en otras, pero lo que nadie discute es que el gobierno es un actor central.

En el programa presidencial de Eduardo Frei ha participado un grupo de destacados abogados, sus énfasis son diferentes de los que propone el candidato opositor, pero en ningún caso plantean que éste es un problema exclusivamente judicial. Entender la puerta giratoria en sentido literal, como un problema de libertades provisionales, es eludir el bulto. De hecho, a la luz de sus propias propuestas, se desprende que atribuirle el problema a los Tribunales no pasa de ser una frase desafortunada en el fragor de la batalla.

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