Uno de los momentos más impactantes en Londres 2012 lo protagonizó un joven sudafricano Chad Le Clos, al superar al multicampeón Michael Phelps en la final de los 200 metros mariposa, con un tiempo de 1’52”96, apenas cinco centésimas menos que el estadounidense.

En aquel momento, el mundo se asombró con la brillante carrera del nacido en Durban, quien un año después establecería el récord mundial de los 100 y 200 mariposa en piscina corta.

A los pocos minutos, el nadador de 19 años aumentaría su popularidad de modo exponencial, cuando su padre, Bert, concedió una entrevista para la televisión británica, a cuyo público conquistó con una mezcla de tierno orgullo, una expresividad a toda prueba y un extraño acento sudafricano, además de una presencia física impactante (1,93 y sobre 130 kilos).

"Gané la medalla de oro, pero ahora él (Bert) es más famoso que yo", sostenía Chad entre risas, en un posterior encuentro con los periodistas británicos.

Ahí, la familia Le Clos demostró la férrea estructura que adquirió desde que sus padres emigraron desde Mauricio, el estado insular del oceáno Índico, habitado por 1,2 millones de personas y un auténtico crisol de razas, con presencia de franceses, indios, africanos y chinos. A ese lugar paradisíaco de la misma superficie de la provincia de Santiago (poco más de dos mil kilómetros cuadrados) volvía siempre en los veranos, con sus cuatro hermanos, durante la niñez.

Quienes conocen a Chad afirman que la fortaleza familiar ha sido una de las claves de su desarrollo como deportista, aparte del aporte del entrenador. Su padre y su madre, Geraldine (Ducre era su apellido de soltera), se turnaban para acompañarlo desde pequeño a entrenar a la piscina en Durban con jornadas que se iniciaban a las cinco de la mañana, para luego volver al agua durante la tarde. Un camino que se extendió por más de 10 años antes de concluir en Londres 2012.

Por eso el mundo se sintió impactado cuando el deportista reveló que sus padres eran afectados por el cáncer. Lo hizo a través de su cuenta de Twitter. "Mi madre Geraldine tiene un cáncer en el pecho, se trata de una recaída luego de su remisión en 2010. Se sometió a una doble mastectomía y ya está recibiendo la quimioterapia. Mi padre, en cambio, tiene un cáncer prostático y por eso se operó en junio", dijo Le Clos a través de esa red social.

"No ha sido un período fácil para mí, pero me estoy entrenando duramente para llegar a Río. Lo que más quiero, sin embargo, es que ellos ganen sus batallas", subrayó el nadador de 24 años, quien advirtió a la prensa que no concederá entrevistas a los medios en la cita carioca, pidiendo además respeto y distancia para sus cercanos, quienes viajarán a Río, independientemente del estado de salud.

Le Clos está clasificado para competir en cinco especialidades aunque no ha dejado claro si al final estará en todas. En principio debutaría este domingo en los 100 libres, pero también podría concentrarse en las pruebas de mariposa, donde cuenta con altísimas posibilidad de volver al podio de los cinco anillos.