El estilo kitsch de Jeff Koons se instala en Versalles
<p>Más de una decena de obras del artista neopop estadounidense abrirán mañana la temporada artística en París, con una intervención en el emblemático palacio.</p>

Los castillos de Versalles y de Fontainebleau abren esta semana la temporada artística de París con dos espectaculares intervenciones contemporáneas, un mes antes de que la capital francesa vibre con Picasso en los museos del Louvre, Orsay y el Grand Palais.
A partir de mañana, Versalles revelará algunas de las enormes fantasías de Jeff Koons, cotizado artista neopop considerado como el rey del kitsch, que el pasado noviembre subastó en 23,6 millones de dólares su obra Hanging Heart, un gigantesco corazón rosa cromado.
También este miércoles, Picasso ocupará la actualidad cultural con la presentación de la exposición Picasso y sus Grandes Maestros en el Grand Palais, que a partir del 8 de octubre reunirá 200 obras del genio malagueño y de los grandes artistas que lo inspiraron.
Fontainebleau se adelantó al doble evento mediático y celebró este fin de semana la llegada de una docena de artistas procedentes del Palacio de Tokyo, a 60 kilómetros de su cuartel general.
Sus trabajos podrán contemplarse en la residencia real de François I (1494-1547) hasta el 17 de noviembre, lejos de los casi 4.000 metros cuadrados construidos frente a la Torre Eiffel en 1937, dedicados desde 2002 a impulsar la joven creación francesa e internacional.
Bajo el título Chateau de Tokyo/Palais de Fontainebleau, el castillo de origen medieval y suntuosa decoración renacentista e ilustrada, donde solían residir los reyes de Francia hasta la caída del Segundo Imperio, acogerá obras de Daniel Firman, Urs Fischer, Luca Francesconi, Jacobsen, Gianni Motti, Werner Reiterer, Arcangelo Sassolino y Unabomber, entre otros artistas.
Los organizadores quisieron "dar a ver una manera contemporánea de habitar un monumento de historia, con obras que testimonian una presencia fantasmal que reactiva de manera irónica la dimensión histórica excepcional de un gran sitio patrimonial".
Gracias al ex corredor de Bolsa, Jeff Koons, el injerto del arte contemporáneo o "arte vivo" en el patrimonio nacional francés, dentro de la tendencia que tanto gusta practicar desde hace varios años el Museo del Louvre y otras instituciones de renombre internacional, dominará en Versalles hasta el 14 de diciembre.
La instalación del artista neopop en el territorio de Luis XIV de Borbón (1638-1715) promete ser algo "muy tónico para la vista y estimulante para la inteligencia", según el actual responsable del lugar, Jean-Jacques Aillagon, ex ministro de Cultura y ex director del Palazzo Grassi de Venecia, donde el millonario francés François Pinault expone su colección personal.
Colección que cuenta entre otras piezas la monumental escultura floral Split Rocker, gigantesca cabeza de medio caballo y medio dinosaurio, o medio perro, según se guste, instalada de manera sobresaliente en la Orangerie, entre otras razones por su gran altura y volumen.
Esta es una de las 17 obras reunidas en Versalles, a menudo prestadas por sus coleccionistas, que son también los principales mecenas del evento.
El coste de la manifestación ronda los dos millones de euros, de los que sólo 300.000 euros serán costeados por el palacio, según el diario Le Monde.
Aunque no siempre, las dimensiones de algunas de las piezas que el público podrá descubrir a partir del 10 de septiembre en los jardines o en los espacios más privados de los reyes, de la Galería de los Espejos al dormitorio de María Antonieta, pueden ser colosales y pesar varias toneladas.
Para los promotores de este inevitablemente gran evento, la reunión de Jeff Koons y el Rey Sol es como la cuadratura del círculo: uno de los monumentos más visitados del mundo recibe a uno de los artistas más exitosos del momento. El triunfo está asegurado, al igual que la polémica.
Hay quien lamenta ya la presencia del ex marido de Cicciolina, la ex estrella italiana del porno, en un espacio tan principal para la historia de Francia como Versalles, monumento nacional que recibe una media anual de 5,5 millones de visitantes y cuyos jardines atraen a 10 millones de paseantes al año.
Sin contar con el empuje dado al arte contemporáneo por los dos líderes franceses del lujo, el número uno mundial, LVMH, de Bernard Arnault, promotor del homenaje a Picasso en París, y PPR, de François Pinault, para quien trabajó Aillagon en Venecia tras ser ministro de Cultura y antes de llegar a Versalles.
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