Histórico

Fernando Flores: "La única lógica del alboroto contra mí es la de aferrarse al poder"

<p>El ex ministro de Allende, además, responde a las críticas por su apoyo a Piñera.</p>

El senador Fernando Flores está completando su primera semana como apoyo formal del candidato de la Alianza, Sebastián Piñera. El ex ministro de Economía, Hacienda y ex secretario general de la Presidencia de Salvador Allende, quien vivió el golpe militar en La Moneda y luego permaneció detenido en Isla Dawson y otros centros de reclusión hasta 1976, cuando partió al exilio, se convirtió así en el primer ex miembro del gabinete de la UP en respaldar a un candidato de derecha. Su decisión y la de su partido, ChilePrimero, de integrarse a la Coalición por el Cambio, gatilló duras recriminaciones en la Concertación y su ex colectividad, el PPD.

¿Cuándo se decidió a apoyar a Piñera?
Cuando desistí de una candidatura propia, como mucha gente de ChilePrimero quería. Pusimos ciertas condiciones: que previamente hubiera un acuerdo de ChilePrimero, que se dio, y que Piñera resolviera el fideicomiso. Ahora, si me preguntan quién hubiera sido mi candidato si no estuviera Piñera, respondería que Marco Enríquez-Ominami, que también representa el cambio.

¿Y por qué no lo apoyó a él?
Porque no fue nomás. Pienso que Marco va a ser un buen candidato, pero no creo que le alcance todavía.

Da la impresión de que, más que adherir a la Coalición por el Cambio, rechaza a la Concertación.
No, las dos cosas. Y por supuesto que no es una adhesión a la Alianza, eso no, pero sí a una nueva coalición. He dicho que hay una necesidad urgente de cambio y a la Concertación no la veo con urgencia de nada.

Sus ex aliados lo han criticado por eso.
Yo soy un tipo maduro, he votado por Aylwin, que fue un adversario terrible del Presidente Allende. Voté por Frei, que también había sido de otro sector. Hoy, el país está ensimismado en estupideces, en un discurso chato, banal de la clase dirigente. La Concertación es la mayor responsable de ese discurso, porque le ha dado el tono durante mucho tiempo. Yo apuesto a que Piñera va a ser diferente: él no tiene el prototipo de derecha, es una anomalía en sí mismo.

¿En qué sentido?
Viene de un sector ideológico distinto a la derecha, tiene una fortuna no heredada, ha aprendido a ser empresario y a muchos sectores en la propia derecha no les gusta. Llegó el momento en que los chilenos pensemos en las futuras generaciones y no vivir más haciendo gárgaras con derecha e izquierda. Si me hubieran dicho, cuando yo estaba preso, que el candidato de la izquierda era el hijo de Eduardo Frei Montalva, me habría reído muchísimo. Entonces, es payasezco: la única lógica del alboroto contra mí es la de aferrarse al poder.

Fuera del cambio, ¿qué otra cosa lo une con RN, la UDI, con Carlos Larraín o Jovino Novoa?
Mira, yo tengo cierto respeto por personas de todos los sectores. Por ejemplo, conozco hace muchos años a Hernán Larraín, quien entró a la UDI después de la muerte de Guzmán, y sé perfectamente que no entró antes porque tenía distancias. Sus hijos son bastante "progre", su señora es hija de un socialista... La verdadera historia de Chile tiene muchos recovecos, propios de los seres humanos.

Usted dice que encuentra payasezca la reacción que causó su anuncio, pero es insoslayable que usted es el primer ex miembro del gabinete de Allende que va a apoyar una coalición donde no está el socialismo, sino la derecha. ¿Por qué cree que fue usted el primero?
Siempre he sido más autónomo y no tengo intereses: no quiero ser ministro, no quiero volver a ser senador. En Chile a la gente le cuesta tomar estas decisiones, pero es divertido que, por otro lado, puedas decir: "Andrés Chadwick era del Mapu el '73, su cuñado era Viera-Gallo y es primo de Piñera. Uno está ahora en la derecha, el otro es ministro de la Concertación".

¿Dejará el Congreso decepcionado? Usted volvió a Chile a hacer un trabajo que pudiera conducirlo a una candidatura presidencial y hoy se retira de cargos políticos.
Pero lo hago porque gano grados de libertad: el propio Piñera se retiró un tiempo. Yo pienso que el mundo tiene que renovarse con la juventud y eso nadie me lo puede sacar en cara: estoy trabajando con juventud chilena hace harto tiempo, mucho antes de postular a senador, y lo voy a seguir haciendo. Pero también quiero recuperar parte de mi libertad empresarial hacia afuera. No se puede andar de senador asesorando empresas o haciendo proyectos fuera de Chile.

¿Va a pasar más tiempo fuera de Chile?
Espero pasar más tiempo, tengo mi hijo y mi nieto en California, pero hoy pertenezco a la sociedad cibernética: hago clases a distancia desde mi escritorio. Ahora, pienso que he contribuido a hacer una diferencia estos años y me ha servido mucho ser senador, porque he conocido la política por dentro. He conocido, como digo yo, "los intestinos del animal", y a un animal si no le conoces los intestinos no le conoces las debilidades ni las fortalezas.

¿Y cuáles son a su juicio esas debilidades y fortalezas?
Voy a contar una anécdota. Por ahí por 1996, una empresa mexicana muy grande quería saber más de la política democrática. Ellos estaban en tiempos del PRI y se imaginaban que toda la política era sucia. Los traje a Chile a seminarios con gente como Coloma, Büchi, Lavín, Insulza, Correa, Martner, y hasta metimos un par de generales. Los gallos quedaron fascinados: "qué país más maravilloso", decían, "son antagónicos, pero se tratan con mucho respeto y se siente la unidad que están construyendo". Ese Chile lo hemos ido perdiendo. Nos transformamos de nuevo en caricatura. Si uno mira bien, ¿se puede decir que, por ejemplo, Edmundo Pérez no está metido en el mundo de las empresas o no tiene parientes de derecha?

Usted mencionó en su discurso a autoridades que tenían acciones de LAN. ¿Se refería a Sergio Bitar?
Hasta hace cuatro ó cinco años sé que las tenía, pero no le veo nada ilegítimo.

Usted pide poner un límite al ejercicio de los cargos políticos.
El tiempo de "sacrificio por el servicio público" debe ser finito. Si no, se corrompe. Por ejemplo, entre parlamentario y alcalde debería haber, no sé, un máximo de 16 años para ejercer esos cargos. Lo digo así al tun tun, porque lo he visto en otros lados: en California, hace como 10 años se fijó un tiempo límite. Si todo el mundo pudiera reelegirse, los períodos sólo se acabarían con un golpe blanco o la eliminación de un grupo tremendo.

¿Y ve disposición en la Alianza para esa reforma?
Una de las cosas en que Piñera me da garantías es que él no es un político, sino un animal que busca la presidencia.

¿A qué se refiere con eso?
A que su manera de hacer política es diferente y no a través de cargos públicos. El estuvo en un cargo sólo los ocho años de senador. En cambio, la gente cuyo estándar de vida cambia muchísimo, porque accede a puestos superiores a los que podría haber tenido en el ejercicio de otras cosas, es muy difícil que suelte esa pega.

Hay quienes dicen que un aspecto común de usted y Piñera es que no tienen mucha inteligencia emocional. ¿Puede ser un obstáculo como candidato?
Yo me gané la vida dependiendo de mi carisma para obtener clientes, pero no me voy a hacer el simpático que está todos los días sonriendo. Digo cosas francas y en Chile decir cosas francas se llama ser pesado. Yo no sé si, por ejemplo, al Presidente Lagos le faltaba inteligencia emocional, pero tenía su carácter, ¿no? No sé si Escalona o Vidal tendrán inteligencia emocional. Yo no le doy mucha importancia a eso.

¿Qué evaluación hace del incidente que protagonizó con un periodista de CNN?
No lo considero un incidente; fue un comentario privado y fuera de cámara.

Pero esa actitud, ¿hasta qué punto refleja su personalidad?
Sí, efectivamente soy así, digo las cosas como las siento; eso tiene virtudes y defectos.

¿Como candidato, cómo describiría a Piñera?
Tiene una fuerza brutal. Hay que ser muy gallo para venir de la DC y ser el candidato de la derecha. Tiene el defecto de no escuchar, de estilo y es fácilmente caricaturizable: Kramer lo hizo bastante bien. Pero Sarkozy también es caricaturizable. A mí no me preocupa si los presidentes son más o menos simpáticos; no sé si Frei tiene mucha inteligencia emocional.

Más allá de las críticas, ¿está de acuerdo en que puede haber sido violento para algunos verlo junto al candidato de la derecha?
Sí. Puede ser, pero yo no puedo estar pensando en Chile en función de las emociones que ellos tienen.

¿Y qué explicación da a los que convivieron con usted en La Moneda, Isla Dawson o el exilio?
Les diría que es muy interesante que se preocupen tanto de si voto por un DC, que claramente estuvo celebrando el golpe con su familia, o por Piñera, que probablemente también festejó. Estamos eligiendo entre esas dos personas. Piñera estuvo con el No y debe haber tenido bastante coraje para ser empresario y estar con el No. La única diferencia entre los dos candidatos, es que Piñera se ha transformado en una de las fortunas de Chile y en un personaje anómalo. ¿Esa es una cosa tan terrible? Yo estoy tratando de elegir un grupo que me parece más serio que la Concertación y al otro grupo hay que darle tiempo para que recapacite y entienda que sí se puede ser feliz sin ser ministro ni embajador.

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