Fracaso del Transantiago
Señor director:
De acuerdo a la última encuesta Origen-Destino (2012), los vecinos de La Pintana se deben levantar en promedio 45 minutos más temprano que quienes viven en Vitacura. Este dato es uno entre muchos indicadores que dan cuenta del empeoramiento de la calidad de vida de millones de santiaguinos por el Transantiago.
Convertido en la más nefasta política pública, el sistema de transportes capitalino exhibe las peores cifras desde que comenzó a operar, en febrero de 2007. Y en ello el renunciado ministro Andrés Gómez-Lobo tiene una responsabilidad ineludible, pues en vez de impulsar cambios estructurales optó por profundizar los errores que se arrastran por años.
Aquí no se trata de un ataque personal, sino de analizar las cifras que dejó la negligente gestión del ahora ex secretario de Estado. Pese a contar con el subsidio más alto que ha tenido Transantiago -cercano a $460 mil millones, es decir, un 28% más que en el gobierno anterior-, aumentó el costo por pasajero transportado un 18%, disminuyó la cantidad de personas que usan el transporte público en un 7% y fue incapaz de controlar la evasión, que alcanzó un récord mundial de 35%.
La renuncia de Gómez-Lobo, aunque tardía, podría implicar una señal positiva, siempre y cuando la nueva ministra decida enmendar el rumbo, reconocer que el sistema no da para más y consensuar con todos los sectores políticos, los cambios que requiere el transporte público. De lo contrario, en los próximos 30 días volveremos a presentar una solicitud de interpelación para que la ministra exprese las razones por las que el gobierno obliga a los chilenos a seguir enfrentando las humillaciones y el despilfarro de este sistema.
Jaime Bellolio A.
Diputado UDI
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