La fórmula del éxito de Skármeta: gana segundo Premio Planeta en 8 años
Recibe el Planeta-Casa de América, de US$ 200 mil, por Los días del arcoíris.

A inicios de octubre de 2003, prácticamente toda la prensa cultural de España sabía que sería Antonio Skármeta quien 15 días después se alzaría con el Premio Planeta. Y así fue: el escritor chileno se quedó con el galardón y sus 600 mil euros (casi 700 mil dólares) por la novela El baile de la victoria. Hace dos días, en Santiago empezó a correr otro rumor: el ganador del IV Premio Planeta-Casa de América, versión americana del galardón español, que justamente se fallaba en nuestro país, sería para un chileno. Lo que nadie esperaba ayer en la Biblioteca Nacional era que el ganador fuera nuevamente Skármeta.
Por mayoría, el autor de Ardiente paciencia se quedó con el galardón dotado de 200 mil dólares por la novela Los días del arcoíris, centrada en la recuperación de la democracia en Chile y en el plebiscito de 1988 por el que Pinochet dejó La Moneda. "Pasamos momentos muy arduos para conseguir esta libertad de la cual ahora disfrutamos. Es una novela de movimientos dramáticos de liberación y del poder de la creación", dijo Skármeta, el segundo autor chileno que recibe un galardón creado hace cinco años: en 2008 recayó en La casa de Dostoievsky, de Jorge Edwards.
Tras ser entregado en Colombia, Argentina y México, el IV Planeta-Casa de América iba ser fallado a inicios de marzo de 2010 en Valparaíso, coincidiendo con el Congreso Internacional de la Lengua Española. El terremoto del 27 de febrero obligó a posponer todo. Pero la organización mantuvo a Chile como sede y trajo a nuestro país a cerca de 30 periodistas de Hispanoamérica para cubrir la entrega del galardón. El jurado, que incluyó a los escritores Alvaro Pombo, Guillermo Martínez y Angela Becerra, se decidió por una novela que desde el 2010 ya figuraba finalista.
En algún momento del año pasado, Skármeta evaluó retirar del certamen Los días del arcoíris, pero siguió adelante. "Cuando uno postula a un premio como este espera para la obra la mayor visibilidad posible", dijo el escritor, que entre los dos Planetas ha recibido unos 900 mil dólares.
Degollados y arcoíris
En 1983, Skármeta adaptó al cine con poco dinero su novela Ardiente paciencia y puso en el papel de Pablo Neruda a un antiguo profesor del colegio: Roberto Parada. Dos años después, el actor era golpeado por la dictadura: su hijo, José Manuel Parada, abogado de la Vicaría de la Solidaridad, fue asesinado por agentes de Carabineros junto a Santiago Nattino y Manuel Guerrero. El crimen fue conocido como el Caso Degollados e inspira buena parte de Los días del arcoíris.
En la novela, Skármeta hace eco de la relación entre Parada padre e hijo en uno de los narradores: Nico es un escolar comprometido con la democracia quien ve como su padre, un profesor de filosofía, es detenido por agentes del gobierno militar. A través de la mirada juvenil de Nico, Skármeta explora las zonas más oscuras de la represión en los 80.
Paralelamente, Skármeta narra la trastienda de la campaña del No en el plebiscito. Un publicista, absolutamente ficticio, primero es tentado por el gobierno militar para la campaña del Sí. Rechaza la oferta por razones éticas y se pone a trabajar ad honoren para la oposición. "En la novela, este publicista después de mucha reflexión y desanimarse, es quien encuentra el logo del arcoíris para la campaña de la Concertación", cuenta.
Una historia de amor liga las vidas de Nico y la hija del publicista, pero por sobre todo es la lucha por una idea común lo que los une. "Esta novela les puede interesar a lectores de todas partes del mundo: en tiempos en que se descree del poder de la fantasía y la imaginación, es bueno recordar que hay momentos en la historia en que la unión de la gente con los creadores puede producir cambios radicales en la sociedad", dijo Skármeta.
A más tardar, Los días del arcoíris será lanzada a fines de abril simultáneamente en 12 países de Hispanoamérica. Luego, Skármeta emprenderá una gira del Premio Planeta-Casa de Américas y recorrerá todo el continente. Son las grandes ligas donde hace tiempo se mueve el escritor. Siempre supo que era su destino: a fines de los 60 el editor Carlos Orellana le propuso a un joven Skármeta que presentara un libro al concurso de la Sociedad de Escritores de Chile. Orellana escuchó de vuelta: "Mira, yo no juego en cuarta especial: yo juego en primera división".
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