El próximo 2 de junio llega a las salas X-Men: la primera generación, superproducción dirigida por Matthew Vaughn que muestra los orígenes de los mutantes creados para Marvel por Stan Lee y Jack Kirby. Pero el estreno no sólo significa un paso adelante en el universo de los personajes del cómic en el cine, sino que, además, marca un hito en la carrera de una joven actriz con el espectáculo en sus genes: Zoë Kravitz, la hija del rockero Lenny Kravitz y la actriz Lisa Bonet. Con este filme, ella se anota por primera vez una participación en un largometraje de abultado presupuesto -alrededor de US$ 120 millones-, después de iniciar su carrera por el camino del cine independiente.

"Cuando se presentó lo de los X-Men, no pensé que de verdad iba a obtener el papel", confesó la joven, de 22 años, en la última edición de la revista Wonderland, agregando que "audicioné porque los demás lo estaban haciendo y mi agente me decía 'por favor anda'". Lo que en ese momento Kravitz no imaginaba es que esa simple decisión la convertiría en protagonista de uno de los filmes más esperados de 2011, incorporándose a las "grandes ligas" hollywoodenses y dejando atrás papeles en cintas indie como Birds in America (2008), Yelling to the sky (2009) y Twelve (2010), que debutó en el reciente Festival de Tribeca.

En X-Men: la primera generación, la chica nacida en Los Angeles, pero neoyorquina de corazón, interpreta el rol de Angel Salvadore, una mutante con la habilidad de volar y que le significó una gran demanda física. "Estuve utilizando cables todo el tiempo. Debía permanecer en extrañas posiciones, pretendiendo que no existían los cables y que podía volar y flotar, como si eso fuera lo más normal", aseguró en una entrevista reciente con el diario The Independent sobre la cinta donde comparte pantalla con James McAvoy, Michael Fassbender y Kevin Bacon, entre otros.

De forma paralela, Kravitz continúa como cantante del grupo Elevator Flight -aunque para ella la música es un hobby- y tratando de mantener una vida normal. Como le aseguró a Wonderland, "mantengo una vida normal como una chica más de Nueva York. Hasta el momento nada ha cambiado". Además, trata de no olvidar el consejo dado por sus padres -un músico que estuvo de novio con Nicole Kidman y una actriz que actuó desde la infancia en El show de Bill Cosby- de no tomarse en serio el mundo del espectáculo. "La gente toma muy en serio la fama en Hollywood y la razón de que me mantenga alejada es que ellos no me criaron pensando que eso importaba".

En unos meses, su relación con la fama podría cambiar, porque, además de la cinta de aventuras mutantes, Kravitz tiene en carpeta Mad Max: fury road, la nueva cinta sobre el personaje que llevó a la fama a Mel Gibson y donde ella compartirá pantalla con Tom Hardy (El origen). "Estoy muy entusiasmada. Espero que comience luego el rodaje, porque los otros filmes de Mad Max son increíbles", afirmó la actriz sobre la película , que también aspira a arrasar en la taquilla.