Hasta hace poco, el hombre más millonario de Rusia, Roman Abramovich, dueño del club inglés Chelsea y vinculado al CSKA Moscú, reinaba en los mares con el yate más grande del mundo, el Eclipse.

Una verdadera mansión flotante de 175 metros de eslora, que posee nueves pisos, dos helipuertos, un mini submarino y una suite de 80 metros cuadrados con un moderno sistema que permite retirar el techo para que la habitación queda "a la luz de las estrellas", más otras dos suites y ocho camarotes para invitado.

También cuenta con jacuzzis, una piscina temporada, un cine, una discoteca y una sala de "juegos", donde se encuentran botes de velocidad y jetskys.

La embarcación, además, posee un moderno sistema antimisiles, vidrios blindados, sensores de movimiento y rayos infrarrojos para evitar las fotos de paparazzi.

La nave tuvo un costo de 500 millones de euros y tiene una tripulación de 80 personas. Su mantención anual tiene un valor de 20 millones de euros.

El más llamativo

El Eclipse es el yate más caro y más grande del mundo, eso es un hecho, pero no es el más llamativo. Según las páginas especializadas, la embarcación A, de Andrey Melnichenko, otro billonario ruso, es la que opaca a la nave del dueño del Chelsea.

Se trata de una embarcación de diseño futurista, que emula más a un barco militar que a un yate, y que cautiva a la gente donde recala. Su nombre, A, responde a la inicial de la esposa de Melnichenko, Aleksandra, ex miss Yugoslavia.

El barco del magnate de 38 años ligado al sector energético posee una eslora de 119 metros, está construido a prueba de bombas, con un helicóptero, tres piscinas, vidrios blindados y un inhibidor de radar.

También posee 44 cámaras de seguridad, sensores de movimiento y un sistema de huellas digitales para moverse al interior de la embarcación.

Tiene seis suites y la principal se encuentra en lo más alto de la embarcación, con una cama giratoria que permite observar en cualquier dirección.

Para la entretención, cuenta con un moderno sistema de proyección de películas, con más de 3.000 títulos. También posee 15 pantallas gigantes LED.

Su tripulación es de 37 personas, su mantenimiento anual es de 20 millones de euros y su costo es de 300 millones de euros.

Dos naves espectaculares que lideran la verdadera guerra de los yates de lujos.