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La Novata: Con mi máscara de hipoxia

Cualquiera puede correr. Para eso hay dos caminos: el responsable y el irresponsable. Yo tengo 53 años y para mí es difícil decidirse a correr, por lo que cuando lo hice supe que debía realizarlo junto a la ayuda de profesionales. Partí de forma responsable y mi doctor, Mario Sandoval, me exigió realizarme un test de esfuerzo, uno de sangre (para ver el tema hormonal) y un ecocardiograma. Todo salió en orden.

Soy psicopedagoga y siempre le digo a mis alumnos que con disciplina y un método adecuado se pueden conseguir las cosas. Y uno de mis métodos favoritos es la preparación con hipoxia (que es similar a correr en la altura). Descubrí este tratamiento cuando quise correr por primera vez mi medio maratón y, la verdad, es que los resultados fueron fantásticos.

Comencé perdiendo peso, eliminando grasas (sobre todo abdominal) y ganando masa muscular, pero además el efecto colateral fue lo que más me convenció a seguir: sufrí durante mucho tiempo de una anemia aguda, y como aumenté la producción glóbulos rojos en la  sangre, ésta desapareció. ¡Fue fantástico!

El tratamiento lo realizo en 110 Sport & Health Center y aunque ya estoy terminándolo, sus efectos quedarán en mi organismo durante cuatro meses.

Una de las mayores pruebas de su efectividad es que ahora, cuando corro, me siento mucho mejor. El jueves, cuando hicimos un trabajo de pista junto a mi equipo, los Full Runners, fui la segunda mejor mujer, sólo detrás de una chiquilla de 20 y tantos años.

La hipoxia es un tratamiento que cuesta dinero, sus efectos lo valen. De verdad.

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