Laboratorios de Europa lideraron el mayor caso de colusión conocido hasta ahora
<p>En 1999 Roche se declaró culpable de participar en lo que se conoció como el "cartel de las vitaminas", una concertación de laboratorios para asignar cuotas de mercado y fijar precios en el negocio de suplementos nutricionales.</p>

Pese a la controversia desatada durante los últimos días al hacerse pública la colusión de precios en el sector farmacéutico, en el mundo desarrollado los juicios por conductas monopólicas o que atentan contra la libre competencia son, sino frecuentes, al menos perseguidas con fuerza por parte de las autoridades respectivas y duramente castigadas si es que logran ser probadas.
No deja de llamar la atención que, a nivel internacional, el mayor caso de colusión y delación compensada que se haya conocido ocurrió precisamente en la industria farmacéutica.
En mayo de 1999 el laboratorio suizo F. Hoffmann-La Roche se declaró culpable ante el Departamento de Justicia norteamericano de liderar una conspiración internacional para aumentar y fijar precios, asignando cuotas de mercado para vitaminas más usadas en suplementos nutricionales vendidos en Estados Unidos y otros países, lo que le significó una multa de US$ 500 millones.
Sólo su director de marketing internacional tuvo que pagar US$ 100 mil y ser sometido a una condena a cuatro meses de prisión. El jefe de la División de Vitaminas y Químicos Finos, por su parte, fue obligado a pagar US$ 150 mil, más cinco meses en cárcel.
Según las pruebas del caso, por casi una década un grupo de 13 firmas del sector, denominado el "cartel de las vitaminas", dispuso de grandes cantidades de dinero para vigilar el cumplimiento de los acuerdos establecidos por ellas mismas, así como para montar métodos de compensación por parte de los miembros que abandonaran la asociación.
La compañía farmacológica Basf también reconoció su participación en el fraude, siendo multada en US$ 225 millones, que se sumó a una sanción grupal que totalizó US$ 1.000 millones.
No obstante, Rhone-Poulenc, la primera firma en admitir su participación y colaborar con la justicia, quedó absuelta de cualquier pena, adhiriéndose a la delación compensada que contempla la ley antitrust de EE.UU.
La Comisión Europea también abrió una investigación por el caso. Rhone-Poulenc nuevamente fue absuelta, mientras que La Roche y Basf fueron obligadas a pagar US$ 614 millones y US$ 393 millones, respectivamente.
Los otros laboratorios involucrados en la colusión terminaron por aceptar su implicancia en el caso y colaboraron con las autoridades, entregando pruebas e información, por lo que gozaron de rebajas de entre 10% a 35% en las sanciones. Los dos máximos implicados, pese a la calidad de la información manejada, no optaron a ningún tipo de beneficio al mantener su p0stura inicial.
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