Líder de Chico Trujillo: "No somos precursores de nada, la cumbia siempre estuvo ahí"
Aldo Asenjo, vocalista del exitoso combo tropical, habla de la ética artística con la que se manejan.

Aldo Asenjo es el cumbiero del año y uno de los músicos más activos de la escena local. Pero este villalemanino de 42 años, más conocido como "el Macha", no tiene ninguna intención de colgarse una medallita en el pecho. "Esta no es una quermese escolar, donde premian al mejor compañero o al que se sacó las mejores notas. Esto es música, es algo que se hace con cariño, y no estoy dispuesto a prestarme para el circo de las calificaciones. Menos en un país lleno de exitismo barato y que, en el fondo, está como las huevas. Cuando tenga 90 años, pónganme una vela arriba de la torta, antes déjenme cantar tranquilo".
El hombre que sumaba siete años al frente de La Floripondio cuando en 1998 decidió armar una banda paralela llamada Chico Trujillo, dedicada a la cumbia y los boleros, es de esos tipos que hablan con un tono francote y que tienen las ideas bien claras. Una suerte de cumbiero intelectual que rehúye las entrevistas como la peste y que, en cambio, confía ciegamente en la política del afiche y el boca a boca. "No es que intente poner una espada de Damocles sobre la prensa", ríe al teléfono, "pero en tu gremio hay mucha ignorancia y derechamente no me interesa. Cuando partimos, no nos pescó nadie y nosotros decidimos seguir haciendo las cosas como siempre las habíamos hecho: por nuestra cuenta. Por eso, más que una nota en un diario o una entrevista en la radio o en la tele, a mí me sirve más un afiche pegado en la calle. Ahí llego altiro a la gente que quiero llegar y me ahorro la lata de tener que responder siempre las mismas huevás".
Por tres chauchas
Lo del "Macha" es un método más bien rudo que aprendió temprano en su natal Villa Alemana y en días en que para ser underground se requería mucho más que agendar un show de madrugada, como creen los aprendices rocanroleros de hoy en día. "Claro que tiene que ver de dónde vengo", explica. "Nosotros tocábamos por tres chauchas y compartíamos sala de ensayo con los cabros de 8 bolas y otras bandas porteñas de la época. Tocábamos en gimnasios, centros culturales y donde fuera, la verdad. También compartíamos con grupos folclóricos, de punk y de cumbia, y creo que eso me sirvió para cachar cómo era la cosa en la calle".
Aunque se resiste a aceptar los halagos y los datos duros de su popularidad, Chico Trujillo fue, a comienzos de la década pasada, la primera de las nuevas bandas en recuperar el gusto por la cumbia y sincerar los gustos del chileno medio. Un camino que luego han seguido Juana Fe, Banda Conmoción y, actualmente, Villa Cariño. "No somos precursores de nada", aclara, "porque la cumbia siempre estuvo ahí, en grupos como Los Viking's 5, que para mí siempre han sido extraordinarios. Nosotros tuvimos un papel bueno en tocar esas canciones después de algún tiempo y se ve que ahora hay harta gente haciendo lo mismo. Pero no nos propusimos 'rescatar' nada. Eso habría sido oportunista y te aseguro que ningún proyecto que nazca con un plan de ese tipo va a durar ni va a ser respetado".
Fue cosa de tiempo antes que el apego popular se empezara a manifestar de manera rotunda a favor de Chico Trujillo. "Todo fue pasando de manera natural", cuenta. "Primero tocábamos en La Batuta y de repente empezó a quedar gente afuera. Después empezamos a tocar en el Galpón (Víctor Jara) y pasó lo mismo. Luego llegamos a Las Tejas y de nuevo lo mismo. Ahora, por primera vez vamos al Teatro Caupolicán y ya nos compraron todas las entradas. Y me siento agradecido por eso, porque creo que es fruto del trabajo que venimos haciendo".
La magia y Viña
El "Caupolicanazo" de esta noche, en el recinto de calle San Diego (con entradas agotadas desde el viernes pasado), asoma como el hito de un año excepcional para el combo tropical que completan Víctor "Tuto" Vargas (bajo), Juan Gronemeyer (batería), Rodolfo Fuica (percusión), Michael Magliochetti (guitarra) y Sebastián Cabezas (trompeta). Su sello Oveja Negra los va a premiar por las más de siete mil copias que han vendido por separado Chico Trujillo en… cumbia chilombiana (2006) y Plato único bailable (2008), y también se espera que los mismos Viking's 5 suban al escenario como invitados. "Esto es lo que me gusta a mí, los conciertos en vivo", cuenta Asenjo. "No me gustan los shows grabados como los del Festival de Viña, porque se pierde la magia y nunca va a ser lo mismo".
¿Es por eso que no han aceptado ir a Viña? Porque Canal 13 los tentó hace un par de años y ha trascendido que Chilevisión también está interesado.
Por eso, y porque también tiene que ver con una cosa de piel, de instinto. Es algo visceral. Mira, no voy a ir a catetear por algo antes de que me lo propongan. Cuando aceptamos tocar en algún lugar, veo lo que han hecho, quién está detrás, con quiénes nos vamos a comprometer. No me voy a casar con el Festival de Viña ni con nadie solo porque todos quieren ir para allá".
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
2.
3.
No sigas informándote a medias 🔍
Accede al análisis y contexto que marca la diferenciaNUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mes SUSCRÍBETE