Más de agraz que de dulce
Desde la perspectiva socioeconómica, este año ha sido para Chile un período donde han predominado más los aspectos negativos que positivos.

CORRESPONDE hacer un balance anual. Desde el punto de vista económico-social ha predominado lo agraz por sobre lo dulce. Cuando esto ha sucedido en el pasado, a menudo el origen del problema ha sido predominantemente externo. Pero esto no ha sucedido esta vez, en que el desplome de la tasa de crecimiento económico se debe en buena medida a la incertidumbre y a la desconfianza generada por la ejecución de un programa de demasiadas y profundas reformas.
A fines de 2013 las expectativas eran de un crecimiento anual del producto de al menos un 4% y de una tasa de inflación del 2,8%. Ahora es prácticamente un hecho que el PIB crecerá sólo en un 1,7%, que la inflación bordeará el 5%, y que el empleo se estancó absolutamente.
Este mal resultado se está dando a pesar de que el crecimiento del resto del mundo aumentó marginalmente, que la economía de EE.UU. creció más de lo anticipado, y que el precio del cobre sólo estuvo levemente bajo lo esperado. Tanto así, que han sido las exportaciones netas las que más han contribuido al escaso crecimiento económico observado. En cambio, el desplome de las inversiones y el ajuste de los inventarios -ambas variables muy relacionadas a expectativas- son las que han aportado más a la reducción de ese crecimiento.
Desde el exterior las mayores sorpresas llegaron a fin de año, pero son contundentes. Se trata de la fuerte caída del precio del petróleo, que se espera perdure por un tiempo largo, y el inesperado acercamiento político entre los EE.UU. y Cuba. La caída del precio del petróleo está afectando negativamente a países exportadores netos de petróleo, entre ellos Venezuela. Este país, que por diversos motivos ya estaba teniendo graves problemas socioeconómicos, probablemente entre luego en crisis y se verá forzado a suspender los subsidios a Cuba. Tal expectativa seguramente influyó en la voluntad de este último país por restablecer relaciones con los EE.UU. Si bien la proyección de este acercamiento, conjuntamente con la crisis en Venezuela, es incierta, es muy posible que signifique el fin de los últimos vestigios de la guerra fría en las américas. Como sucedió en Europa, es posible que estemos al comienzo de un proceso que culminará con el predominio regional de regímenes democráticos en lo político y de economías de mercado en lo económico. Buena noticia para Chile.
Internamente, en cambio, vamos de mal en peor. Ya se ha repetido hasta la saciedad que la incertidumbre y desconfianza generada por la forma en que se ha llevado el proceso de reformas está afectando la recuperación económica. La guinda de la torta es el reciente proyecto de un grupo de diputados de la Nueva Mayoría que permitiría -por una vez y desde ya- la inmediata reelección del Presidente de la República. Proposiciones así, con fuerte sabor a chavismo, además de inoportunas, son contrarias a nuestra tradición de respeto a las instituciones existentes y sólo contribuyen a exacerbar la incertidumbre y la desconfianza.
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