Michael Madsen dice que duerme poco, trabaja duro y a veces visita festivales alejados del mundo. Hace un año estuvo en el de Vladivostok, ciudad de Rusia que colinda con China, y quedó impresionado con la película chilena Matar a un hombre. Hoy, sentado en el salón Elqui del Hotel Hyatt, preguntaba si acaso el director de aquel “extraordinario filme” está en la sala. También, con naturalidad y buen humor, consulta dónde queda la ciudad donde transcurre el filme de Alejandro Fernández Almendras. Desde el otro lado de la mesa, uno de los periodistas de la conferencia le dice que es Tomé, en el sur costero del país. Madsen, que viste una vistosa camisa, le sonríe y dice que de Chile le gustaría conocer Isla de Pascua. “Tengo una reproducción a escala de un moai en el garage de mi casa”, dice.

Invitado al Festival de Cine de Santiago (Sanfic), donde hoy se le hará un homenaje en la noche en el Centro de las Artes CA 660, Madsen estará también mañana a las 11 de la mañana en el Centro de las Artes 660 (Rosario Norte 660), donde hará un encuentro gratuito con el público y se mostrarán escenas de las películas. Luego a las cinco de la tarde, estará en el Cine Hoyts Parque Arauco (Sala 5), presentando Perros de la calle, de Quentin Tarantino.

Nacido hace 56 años en Chicago, Michael Madsen ha estado en tres filmes de Tarantino, quien le dio el rol de Mr. Blonde en la mencionada Perros de la calle (1992). En esa cinta, Madsen practicaba una clásica escena de tortura al ritmo de una canción de los años 70. También fue una de sus primeras películas importantes tras casi una década actuando en Hollywood y también en televisión. "Le debo mucho al cine, sino fuera por las películas  quizás estaría en la cárcel o un lugar así.  Me han dado una vida y una familia", comenta Madsen.

Hasta el día de hoy el actor tiene claro que mantener a sus cinco hijos y permitirse un buen tiempo con la familia en las vacaciones, es cuestión de dólares. “Sé de dónde vengo, tengo orígenes muy humildes y no me gustaría volver ahí otra vez. Por eso actúo mucho y he estado en todo tipo de producciones, incluyendo muchos videojuegos donde presto la voz. Soy sólo un albañil, un carpintero de la actuación y jamás me he creído estrella. Eso sí, cuando trabajo trato de ser el mejor albañil y el mejor carpintero”, cuenta enfrentado a la prensa chilena en su primer encuentro público en Sanfic, hoy en el hotel Hyatt de Santiago.

El actor formado en la compañía teatral Steppenwolf de Chicago actuó más o menos por la misma época de Perros de la calle en la cinta Thelma y Louise, cinta de Ridley Scott donde interpretó al novio de Susan Sarandon. "En el fondo Ridley Scott y Quentin Tarantino se parecen en la libertad que te dan para trabajar y aportar tus puntos de vista. Pero Ridley es bastante más tranquilo que Quentin y no lo he visto mucho últimamente", cuenta,

Su más reciente trabajo con el director ítaloamericano, que también lo tuvo en las dos partes de Kill Bill, es el western The hateful eight, donde un grupo de forajidos queda atrapado en una cabaña durante un cruel invierno. "No es mucho lo que puedo hablar. a Tarantino le gusta mantener cierta sorpresa. Pero puedo decir que es quizás el mejor personaje que he hecho en mi vida. Todos saben que el primer guión se filtró en internet, pero Quentin lo escribió de nuevo y debo decir que es aún mejor que el anterior. Yo interpreto a un pistolero que pertenece a una banda y la historia transcurre durante la Guerra Civil. Tiene música de Ennio Morricone y es una grandísima película. Es más, ha sido difícil incorporarme a otras cintas después de ésta", explica.