Nuevo director de la RAE: "El próximo proyecto es el diccionario de los nativos digitales"
Filólogo y crítico literario, el académico de 64 años asumirá el mando de la Real Academia Española el 8 de enero.

Se dice que el escritor Julio Camba, que tenía al parecer asegurado un puesto en la Real Academia Española, lo rechazó afirmando que se le ofrecía un sillón y lo que necesitaba era una casa. Tras su salida irónica, había algo cierto: las elucubraciones filológicas requieren algunas bases económicas mínimas.
Darío Villanueva, quien se ha convertido en el trigésimo director de la Real Academia Española (RAE), fundada en 1713, tiene tanto de estudioso como de gestor.
Darío Villanueva es un filólogo reconocido, profesor universitario, ejerce además la crítica en diarios y es autor de una serie de libros sobre literatura comparada, el realismo o las relaciones entre cine y literatura. Además, después de ejercer cinco años como secretario de la Academia, conoce en profundidad los trabajos que allí se desarrollan. Tiene también experiencia en el manejo de instituciones (fue rector de la Universidad de Santiago de Compostela desde 1994 hasta 2002) por lo que hay quienes lo consideran el único capaz de salvar la situación compleja en el plano presupuestario: el Gobierno ha recortado desde 2008 la subvención a la RAE en casi un 60%, de manera que el déficit es cercano a los 2,5 millones de euros.
Además de los tiempos difíciles en lo económico, existen otros desafíos en lo académico: entre ellos, los trabajos preparatorios para la nueva edición del Diccionario de la Lengua Española, que seguirá a la 23ª edición, de 2014.
En Ud. conviven la crítica académica y la periodística. ¿Es un caso de doble personalidad o no son tan lejanas?
Yo soy Géminis (nacido un 5 de junio). La doble personalidad me es consustancial y constitutiva. Pero creo que como director de la RAE debo dejar de hacer crítica militante.
El puesto, considerando los recortes, ¿es más como un cuento de hadas o uno de terror?
Para mí será una novela sin ficción.
¿Ha golpeado muy fuerte la crisis a la RAE?
Sí. Pero no más que a los jóvenes y a los mayores de mis compatriotas, a las familias, las empresas, las instituciones y los gobiernos de mi país.
Ha estudiado el "realismo". ¿Para su labor en este escenario económico es mejor el realismo o el romanticismo?
Ambas cosas (Géminis): romanticismo para perpetuar la misión que la RAE ha sido capaz de mantener durante 300 años y realismo para aplicar una gestión a la altura del siglo XXI.
¿Qué se puede hacer para captar más recursos?
Explotar, simplemente, todas las fortalezas y las oportunidades que la RAE tiene, que son inmensas (con perdón).
¿Es el centro de la RAE su trabajo lexicográfico y lingüístico?
Sí. Lo ha sido, lo es y lo seguirá siendo.
Una Gramática, una Ortografía, el Diccionario de la Lengua, ¿hay algo más por publicar?
Un nuevo diccionario refundado, el verdadero Diccionario de la Lengua Española (DILE) que continúe al Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), el diccionario de los nativos digitales; una ortografía que resuelva los (pocos) errores de la de 2010; una gramática que perfeccione el panhispanismo de la de 2009; y, también, el repertorio completo de la Biblioteca clásica de la RAE, que constará de 111 títulos, desde el Mío Cid hasta Los pazos de Ulloa (de 1886), de los que hemos publicado hasta el final de este 2014 ya 26. Son 15 años más de tarea.
¿En qué va el proyecto de un Diccionario Histórico?
Es la gran deuda pendiente de la RAE. Ya tenemos el programa informático y digital para hacerlo y unos 3.000 lemas. La fase primera comprendería 50.000 lemas (entradas) y lo óptimo sería el triple. Pero este proyecto debería integrarse en el más ambicioso: el diccionario total, histórico más manual o de uso. En eso andamos.
¿Cómo ve la colaboración con las Academias hispanoamericanas?
Es el gran reto: nunca desmayar. Todos con todos, codo con codo, al servicio de la unidad de una de las dos lenguas globales con más futuro. Un proyecto de fraternidad por encima de las diferencias reales y legítimas. Citaré los versos de la premio nobel polaca Wislawa Szymborska: "Medio abrazados, sonrientes / buscaremos la cordura / aun siendo tan diferentes / cual dos gotas de agua pura".
La última edición del Diccionario, ¿es la con más modificaciones?
Sí, hasta el momento.
El Diccionario, ¿ha de ser más normativo o más descriptivo?
Evientemente, más descriptivo. Las palabras que no figuran en él no están proscritas: simplemente, no caben. El diccionario no es elástico. Tiene la cabida que le dan sus 20.000.000 de matrices tipográficas. El futuro diccionario de planta digital no tendrá este problema.
¿Seguirá siendo gratuito el acceso al diccionario en la internet?
Sí. El mes pasado tuvo 43 millones de consultas, con 20 millones de visitas y más de 8 millones de visitantes únicos.
¿Continuará publicándose en papel?
Sí. Pero ya no será, como hasta ahora, un libro que se digitaliza sino un diccionario digital que se imprime.
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