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Por qué la temperatura de tu oficina puede ser "sexista"

Un estudio afirma que la actual temperatura promedio de 21°C no es la adecuada y es la razón de por qué las mujeres sienten más frío. Científicos proponen una solución.

Si eres de esas mujeres que al llegar a su oficina no puede comenzar un día con un café para el frío y luego envolverte en una manta por el resto de la jornada, probablemente no estás sola. Esto porque a pesar que tus compañeros de trabajo se sientan cómodos con camisa y aún cuando el termostato indique una temperatura agradable, existe una razón para el frío.

El culpable es Povl Ole Fanger, científico danés especialista en percepción de entornos habitados y cerrados, que en 1960 desarrolló un modelo que aún se utiliza en muchas oficinas de todo el mundo y que supone un promedio de temperatura "cómoda" para una oficina: 21°C.

Esta temperatura está determinada por una medición que se basa originalmente en un "modelo de confort térmico" de la Sociedad Americana de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado, que considera una ecuación con factores como: tasa metabólica o energía generada por el cuerpo humano, cantidad de ropa utilizada, temperatura del aire que rodea a la persona, promedio de todas las temperaturas de las superficies que rodean a una persona, velocidad del aire, humedad relativa y porcentaje de vapor de agua en el aire.

El problema es que estos aspectos están diseñados pensando en un hombre de 40 años y un peso de 70 Kg. con un traje de tres piezas, un trabajador de oficina común en los años 60.

¿Qué ocurre con las mujeres?

Para Boris Kingma, biofísico de la Universidad de Maastricht en los Países Bajos, es necesario un cambio. Kingma es el investigador principal de un estudio publicado en Nature Climate Change, que decidió actualizar el actual enfoque.

"Las mujeres son generalmente más pequeñas que los hombres y tienen un porcentaje de grasa corporal más alto, por lo que su tasa metabólica es de 20 a un 35 por ciento más bajo", señala. Esto explica por qué los hombres, con más músculo que grasa, sienten tan bien las temperaturas de la oficina.

El hecho adquiere importancia si consideramos cómo ha aumentado la fuerza laboral femenina en el trabajo, donde sólo en EE.UU. el porcentaje de mujeres estadounidenses adultas empleadas pasó de un 37% en 1965 a un 55% en 2008.

Además, un estudio de la Universidad de Cornell en 2004 también mostró que los trabajadores de oficina tienden a cometer más errores y ser menos productivos en ambientes fríos que en los cálidos.

En la nueva investigación se genera un modelo que fomenta una zona termoneutral (ni fría ni caliente) para el mayor número posible de personas. Esto implicó incorporar datos biofísicos en la producción de calor de ambos géneros, por medio de la medición de un promedio de temperaturas de la piel y temperatura corporal de las mujeres en la oficina para luego ajustar el promedio metabólico en el modelo biofísico, representando un nuevo resultado: 24°C.

De acuerdo al investigador, esto asegura que los empleados se sientan más cómodos en su trabajo y la empresa ahorre dinero al reducir los costos de calefacción y refrigeración. Asimismo, se conservará energía en el proceso. Según el estudio, los edificios de oficinas representan ael 30% de las emisiones globales de dióxido de carbono.

¿Y en Chile?

"En Chile no existe una norma que aborde puntualmente este tema", según la ergónoma Marta Martínez de la Mutual de Seguridad CChC. Lo más cercano es el Decreto Supremo N° 594 que habla de temperaturas, pero en situaciones extremas como trabajos en un frigorífico, por ejemplo.

Asimismo, afirma que en la Mutual de Seguridad existe un documento basado en la misma norma estadounidense de los años 60 que indica que en oficinas la temperatura interior debe mantenerse entre 20 y 24 ºC en invierno y entre 23 y 25.5 ºC en verano (dependiendo de la humedad ambiental), de modo que el cambio de temperatura entre el interior y el exterior no sea muy fuerte.

Esto porque se asume que en invierno nuestra vestimenta es más gruesa y en verano más liviana. También es importante considerar que la temperatura ambiental se relaciona fuertemente con las condiciones de ventilación y humedad, por tanto no se trata sólo de regular los grados del termostato.

"El tema de la temperatura tiene la complejidad que cada ser humano es diferente y en un grupo de trabajadores nunca se podrá dar en el gusto a todos", asegura la experta.

Fuente: Nature Climate Change, New York Times, Live Science

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