Programa exhibe el hallazgo de drogas alucinógenas en momias andinas
En un nuevo capítulo de Cazadores de Ciencia, se mostrará la investigación de un chileno que obtuvo la primera evidencia directa del consumo de sustancias para alterar la conciencia en tiempos precolombinos.

El investigador chileno Juan Pablo Ogalde, químico y antropólogo de la Universidad de Tarapacá en Arica, analizó el pelo de 32 momias descubiertas en el Valle de Azapa, en el norte de Chile.
Estas momias corresponden a personas que vivieron hace unos 1.000 años, en pleno apogeo de una misteriosa cultura que fue antecesora de los incas. Se trata de Tiwanaku, uno de los imperios de mayor duración en toda la historia de la humanidad, y que se expandió por Bolivia, Perú y Chile, entre otros países.
Luego de analizar químicamente el pelo de las momias, Juan Pablo Ogalde descubrió la presencia de alcaloides en dos individuos: un hombre adulto y un bebé de un año de edad.
Siempre se ha sospechado que numerosas culturas en América fueron consumidoras habituales de drogas alucinógenas para producir estados alterados de conciencia. Pero hasta ahora se trataba sólo de especulaciones basadas en pruebas indirectas, como la existencia de utensilios de cientos de años de antigüedad que supuestamente habrían sido usados para inhalar las drogas.
INTERCAMBIOS COMERCIALES
El hallazgo de Ogalde es importante no sólo porque se trata de la primera evidencia directa del consumo de sustancias alucinógenas en los Andes precolombinos. También revela la existencia en esa época de una extensa red de intercambios comerciales para disponer de estos productos.
El alcaloide que Juan Pablo Ogalde encontró en el pelo de las momias se conoce como harmina. Sorprendentemente, la única planta en Sudamérica que contiene este producto crece en el Amazonas y se conoce popularmente como ayahuasca. En el Valle de Azapa no contaban con esta planta, por lo que debieron existir comerciantes que transportaron la planta a través de cientos de kilómetros de distancia hasta llegar a sus destinatarios.
El hombre adulto al cual se le encontró restos de drogas en su pelo estaba enterrado con objetos que indican una posición de prestigio social, como un gorro de cuatro puntas (característicos de los Tiwanaku), además de una tabla para aspirar y un tubo, que también habría servido para la ingesta de hierbas sicoactivas. Pruebas de rayos X revelaron que su nariz presentaba daños internos, causados probablemente por aspirar estos productos.
Respecto del bebé, se sospecha que la droga habría ingresado a su cuerpo durante la lactancia, y que la verdadera consumidora habría sido su madre.
El esfuerzo del investigador chileno Juan Pablo Ogalde por resolver importantes misterios de la cultura Tiwanaku será presentado este domingo en un nuevo capítulo de Cazadores de Ciencia, realizado por Cábala Producciones. Además del uso de las sustancias alucinógenas, el documental también aborda los sacrificios humanos masivos que habrían practicado los Tiwanaku.
Cazadores de Ciencia es una serie premiada por el Consejo Nacional de Televisión y actualmente se emite su segunda temporada por TVN los días domingo. Excepcionalmente, este fin de semana irá después del partido "Brasil-Costa de Marfil", y justo a continuación de "Guerreros".
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