Claudio Silberman tenía sólo 10 años cuando iba de la mano de su madre a visitar a su padre, David Silberman Gurovich, en la Penitenciaría de Santiago. Corría ya 1974 y el ex gerente de Cobrechuqui estaba prisionero junto al PS Ricardo Núñez. El actual senador por la III Región recuerda bien esas visitas y que uno de sus hijos solía jugar con Claudio durante esos encuentros en la cárcel.

David Silberman había sido condenado por una corte militar a 13 años por tenencia ilegal de armas y traición a la patria, pero el 4 de octubre del 74, 15 días antes de que partiera amnistiado al exilio fue sacado de la cárcel por un grupo de militares. Nunca más se le vio.

A 24 años de su desaparición, el lunes 12, Núñez se reencontró con el hijo de su compañero de prisión. Y lo hizo en Israel, donde Claudio vive desde 1977 y adonde el senador PS y un grupo de parlamentarios chilenos llegó de gira, con motivo de los 60 años de la declaración de independencia de ese país. El lugar de la cita fue un restaurante de Abu Gosh, una pequeña localidad cercana a Jerusalén, habitada mayormente por árabes israelíes que dicen con orgullo vivir en el lugar más seguro de ese país.

AUTODIDACTA EN ISRAEL

Claudio Silberman tiene hoy 43 años y se siente algo más israelí que chileno, "aunque me emociono cuando veo la bandera o juega la selección".  Ha visitado Chile en tres ocasiones, pero "nunca pensé en volver a vivir allá, porque crecí acá desde los 13 años y me asimilé a la vida y a la mentalidad", cuenta. "Estoy casado con una israelí, tengo un hijo de 10 años y una hija de 8, que viven acá y se consideran israelíes-chilenos. No hablan, por desgracia, en español".

Hoy, es asesor tecnológico de varias empresas, oficio que aprendió de manera autodidacta, "porque no disfrutaba de los estudios". Cuando cumplió 18 años dejó la educación formal y cumplió con sus tres años de servicio militar. Como tanquista, debió pelear en la guerra del Líbano en 1982: "Pero lo que a mí me tocó vivir era un lujo al lado de lo que viven los soldados ahora", recuerda y dice que no tiene miedo de que sus hijos deban combatir en el futuro: "Susto no tengo, pero me da pena que estemos atrapados en un conflicto sin explicación. Tanto para nosotros como para los palestinos, porque al final de cuentas sufre la gente".

El reencuentro con Núñez parece ser más emotivo para el senador, quien recuerda con claridad a David y esas tiempos en la Penitenciaría, que para Claudio Silberman, quien conversa con el parlamentario como "una más de las personas que conocieron y quisieron a mi padre".

Si la Suprema ratifica la reciente decisión de la Corte de Apelaciones, Silberman, sus dos hermanos, su madre y sus dos tíos serán indemnizados con más de $1.000 millones.