Teatro Municipal presenta ópera francesa Thäis tras 66 años
La última producción de la temporada empieza este martes, con la soprano Elizabeth Futral.
Se dice que el escritor francés Anatole France albergaba demasiados reparos contra la adaptación musical de su novela Thäis antes del estreno de la producción, en 1894. El compositor Jules Massenet y su guionista Louis Gallet habían reducido su trama romántico-filosófica a una ópera de amores imposibles. Al término de la función, sin embargo, France fue fulminado por el poder musical de la composición y todos sus reclamos se esfumaron.
Considerado uno de los grandes melodistas del siglo XIX, Jules Massenet compartió junto a su compatriota y contemporáneo Georges Bizet (Carmen) el gusto por lo exótico y la ópera Thäis se ambienta en Alejandría, en el siglo IV. Es la historia de una cortesana de vida lujuriosa, que en un momento decide convertirse en religiosa, instigada por el monje cenobita Athanael.
La inflexión llega cuando Athanael se descubre perdidamente enamorado de esta mujer que se entrega en forma definitiva a Dios para olvidarse de la pasión terrenal.
La obra de Massenet posee gran sutileza orquestal (uno de sus pasajes más famosos es la llamada Méditation para violín y orquesta) y, a diferencia de otras óperas del compositor, su representación no es tan habitual. En el Teatro Municipal han pasado 66 años desde su última función y le correspondió al director de escena chileno Pablo Núñez romper el largo paréntesis con la versión que se ofrece desde este martes 26 de octubre.
"Nunca me había tocado estar tras una ópera de Massenet. Es un músico muy delicado y con gusto por lo exótico. La puesta en escena es más bien minimalista y sólo la cama o el tocador de ella es más vistoso, con algo barroco. Eso contrasta con los muros, que son despojados. Es una versión atemporal", dice Núñez.
En la novela de France se trató de enfrentar a dos escuelas filosóficas: el estoicismo ascético, representado por Athanael, y el epicureísmo gozoso identificado en Thäis. La ópera en cambio habla de pasión mundana y pasión religiosa, con la paradoja de que el monje Athanael termina enamorado.
"Esta es básicamente una historia de amor, donde hay un elemento sensual representado por Thäis antes de su cambio. En el primer acto incluso hay una suerte de orgía y ella trata de seducir a Athanael", explica Núñez, quien agrega que en lo musical la partitura es "de un refinamiento exquisito, en el estilo francés tradicional, sin nada que ver, por ejemplo, con la ópera italiana".
Thäis habla también de la vocación religiosa: el personaje que inspiró a France supuestamente existió y murió en un monasterio del desierto egipcio. "Ella termina redimida y Athanael acaba como un pecador", concluye Núñez.
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