VW Suran :Un monovolumen hecho a la medida de las familias
Construido en Argentina sobre la misma plataforma del <strong>Volkswagen</strong> Fox, este vehículo sorprende por su gran espacio interior que no sacrifica su buen andar. <br />
Es sorprendente lo que una marca puede hacer con un auto. Al igual que los artesanos con la greda, los fabricantes toman una plataforma y le dan la forma que quieren, logrando crear una familia vehicular amplia y diversa, y que, además, tiene costos de desarrollo y fabricación acotados.
Volkswagen lo hace con la plataforma del Fox, uno de los modelos estrellas en Brasil, y sus resultados han sido óptimos. Primero sacó el deportivo y juvenil compacto, luego agregó el Crossfox, una versión que tiene pinta de todoterreno, y más tarde impulsó la fabricación del Suran, el modelo familiar o monovolumen, que si bien se ve completamente diferente, en rigor es el mismo coche.
Y aquí radica la fortaleza que tiene el modelo que acaba de introducir la marca en Chile: deriva de un auto pequeño, pero no tiene nada que envidiarles a rivales que en los números son más grandes, cumpliendo con mucho más que lo mínimo requerido para luchar en el segmento familiar.
El Suran es un monovolumen compacto hecho y derecho. Tiene un cuerpo central relativamente alto (1.547 mm) y ancho (1.654 mm), y la línea del capó sigue casi fielmente a aquella trazada por el parabrisas. Lo sorprendente, es que de una plataforma tan pequeña (2.464 mm entre los ejes), se consiga tanto espacio interior.
Esto se explica porque el Suran fue desarrollado bajo el concepto DAP ("design around the passenger"), donde lo primordial es conseguir la plena satisfacción de los ocupantes. Para ello, la marca utilizó pequeños trucos que permiten aprovechar de mejor manera los espacios, que en su conjunto dan forma a un vehículo versátil, funcional y mucho más grande de lo que debería ser.
Por ejemplo, la banqueta trasera tiene desplazamiento horizontal, lo que permite dar más espacio para los pasajeros o más lugar para la carga; las puertas tienen una apertura amplia, de casi 800, lo que facilita los accesos a todo tipo de personas; la consola interior es limpia, pero el interior está lleno de portaobjetos, útiles cuando se viaja con niños.
Buen equipamiento
Asimismo, el equipamiento que trae el nuevo Suran está acorde con lo mejor que ofrece la competencia. En su versión única, el modelo fabricado en Argentina incorpora vidrios y espejos eléctricos, cierre centralizado (sin mando a distancia), dirección asistida, frenos ABS, doble airbag, neblineros, y una radio externa con CD y lector de MP3, que permite insertar tarjetas SD y enchufes USB. Esta radio cuenta con sistema bluetooth incorporado, lo que facilita la conducción con manos libres. Eso sí es un diferencial respecto de los otros familiares del segmento.
Hay detalles que no le sientan bien al Suran, y que son propios de un auto barato más que de un atractivo monovolumen. Por ejemplo, no hay chapa en la puerta del acompañante, por lo que el auto sólo se abre desde el lado del conductor; el sistema de ventilación tira demasiado aire incluso en su posición más lenta; el respaldo de la banqueta trasera no se parte; se extraña un lugar para dejar cosas entre los asientos.
Estos detalles se subsanan con la gran habitabilidad del modelo, que permite trasladar cómodamente a cinco adultos, sin problemas de lugar para las piernas o las cabezas. Quizás si en el ancho podría no ser lo amplio que se requiere, pero se va bien atrás.
La posición de manejo es la típica de este tipo de autos, bastante alta y más sentado que estirado, lo que permite tener una excelente visibilidad exterior y buen acceso a los comandos del coche.
También buena es la mecánica del Suran, muy consistente con el tipo de producto, pero hay que decirlo, emociona poco. No hay sensación de empuje vertiginoso, hay escasa capacidad de recuperación, y la dirección está tan bien asistida, que no transmite sensaciones al conductor.
Pero, claro, el Suran es un vehículo familiar, no un deportivo, y pensando en ese target de público, está muy bien equilibrado. La suspensión es suave como para las calles santiaguinas, y no se deforma cuando se le exige en velocidad (en ese sentido, es muy segura); los frenos son efectivos y frenan el auto derecho; la caja es típica de Volkswagen, de tacto firme y durable, y con un recorrido de palanca muy preciso; el motor es eficiente para mover este peso, no se sobrerrevoluciona ni va enrollado, y si bien nos gustaría que sonara un poco menos, tampoco es muy ruidoso.
Eso sí, esta mecánica 1.6 litro de 101 caballos de fuerza es algo vieja, y por lo mismo, no es tan económica. El Suran llega para luchar por lo suyo, con todo lo que una familia busca de un vehículo compacto, que de pequeño tiene bien poco.
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