SEÑOR DIRECTOR
En un día como hoy, hace 178 años, se fundó la Universidad de Chile. Como todas las grandes universidades públicas latinoamericanas, su instalación tiene que ver con la consolidación de las naciones de la región luego de nuestros procesos de independencia. Las universidades públicas son elementos estabilizadores que, a través del conocimiento, aportaron a entregar credibilidad, confianza y un sentido de cohesión en momentos en que los proyectos país estaban aún por definirse.
Casi dos siglos después el continente y el mundo enfrenta cambios cuyas consecuencias aún están por verse. A las reconfiguraciones económicas y políticas globales se suma la incertidumbre que provocan los efectos de la crisis climática. Y, como si todo lo anterior no bastara, la pandemia de Covid-19 despejó cualquier duda sobre lo profundamente conectada que está la comunidad global.
Una de las bases del pensamiento moderno es que no existen verdades reveladas y eternas. La libertad, el pluralismo y el compromiso con “las necesidades de Chile y su pueblo”, para usar las palabras de Andrés Bello, están en la esencia de la Universidad de Chile. En una etapa global y nacional de cambios profundos, podemos apoyarnos en ella para enfrentar las incertidumbres del país.
Alberto Van Klaveren
Académico, Instituto de Estudios Internacionales y Fac. de Derecho Universidad de Chile
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