40 horas y 1.091 campamentos



SEÑOR DIRECTOR:

En una misma semana vivimos estos dos anuncios en nuestro país. El primero, sobre el avance del proyecto que reduce la jornada laboral, anunciado y celebrado por quienes nunca han necesitado trabajar. El segundo, el aumento de las familias que viven en campamentos, reflejo de un mercado laboral precario, informal y donde hace falta el trabajo. Coincidencia, al menos, incómoda.

Joaquín Godoy Z.

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