Bienvenido Benavides



La última columna la destinamos a ponderar la decisión de Codelco en cuanto puso a disposición de los tribunales -originalmente vía denuncia y luego a través de querella- antecedentes serios y bastantes que involucran a quien por años fuera su principal ejecutivo, en lo que parece ser un flagrante conflicto de interés tipificable como tráfico de influencias.

Pues bien, cuando todo parecía que lo prudente era cambiar de tema -por cierto que hay una larga lista-, la estatal nos lo impide. En efecto, Codelco ha hecho público que interpuso una nueva querella, ahora por hechos susceptibles de encuadrarse por los tribunales como estafa provenientes de eventuales sobreprecios en los costos de seguros de vida y accidentes, pactados por los sindicatos de dos de las más importantes divisiones de la cuprífera, estimando la empresa que las sumas defraudadas superan los 20 millones de dólares. Hechos írritos, que en sus orígenes datarían de quince años atrás.

El modus operandi de quienes desde las cúpulas sindicales se concertaban con un agente intermediario de seguros, según la información revelada, consistía en manipular los protocolos de contratación y renovación de los seguros. Los mismos antecedentes indican la existencia de pagos sin causa lícita a los dirigentes sindicales, por parte de la corredora intermediaria. Todo parece indicar que se trata de una maquinación fraudulenta, que por cierto debe ser determinada por los únicos llamados a dictar sentencia, los tribunales de la República.

Los aludidos antecedentes entregados por Codelco tampoco dejan en buen pie a una de las más importantes compañías de seguros, Chilena Consolidada, hoy controlada por inversores extranjeros. Hemos conocido una inserción de la aseguradora en la que deslinda responsabilidades. Sin embargo, no tiene la misma opinión la empresa denunciante, quien en estos días ha obtenido un logro procesal importante. La justicia acogió una medida cautelar que obliga a la compañía de seguros a exhibir los documentos base de la contratación de seguros.

También llama la atención, a propósito del desligue de responsabilidades, el hecho de que separa de sus funciones a su gerente general. En fin, el caso recién comienza y será productor de noticias. En ese sentido, los denunciados y mencionados tendrán -como corresponde- derecho a un debido proceso.

Pero, los interesados en cuidar el patrimonio de la principal empresa del país no podemos sino agradecer la decisión de sus actuales autoridades. Por eso, bienvenido Benavides, el presidente en funciones, que no se deja vencer por prácticas inveteradas, ni poderosas nomenclaturas, ni cúpulas sindicales. Era hora.

Por último, un pedido a los diputados respecto a que no se crucen con una comisión investigadora, que dejen que la causa judicial avance, y que Codelco despliegue, sin presiones, sus pruebas.

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