Chile en la encrucijada: unidad o retroceso
Chile corre el riesgo de que la continuidad del gobierno de Boric quede en manos de Jeannette Jara, candidata comunista. Prometieron justicia y administraron privilegios. No abordaron ninguno de los problemas sociales que, según ellos, motivaron el estallido de violencia del 2019. Tampoco lo hubiera resuelto su fallida Constitución identitaria. Se repite la fórmula, con Jara a la cabeza. La Democracia Cristiana canjea convicciones por candidaturas.
Así está la clase política: enredada, egoísta, alejada de la realidad de los chilenos. Mientras la izquierda se ordena en torno a una sola candidata, la oposición se dispersa. Cinco candidatos. Cinco apuestas personales. Ningún aprendizaje. Recordar Venezuela: la oposición dividida ha sido el mejor aliado de Maduro. ¿Le abrirán la puerta a seguir gobernando a quienes han demostrado no solo incapacidad para resolver los problemas, sino que su agravamiento?
El crimen organizado avanza y penetra instituciones. La economía está estancada, el desempleo crece, la salud y la educación se deterioran y miles de familias pierden toda esperanza de acceder a una vivienda digna. Frente a esto, el gobierno no ha respondido. Y la candidata oficialista tampoco propone soluciones reales.
La clase política carente de generosidad, envuelta en los egos y privilegiando sus intereses por sobre las necesidades colectivas de los ciudadanos, solo puede llevar al fracaso de una sociedad.
Gobernar requiere algo más que consignas. Se necesita experiencia, equipos sólidos, capacidad de diálogo, vocación de acuerdos y mayorías parlamentarias para avanzar con rapidez en las reformas que el país exige. La fragmentación opositora atenta contra esta posibilidad. Quien se negó a primarias, quien impidió una lista única parlamentaria, debe asumir su responsabilidad. Es posible triunfar, pero solo si hay unidad en torno a una figura con liderazgo, credibilidad y capacidad de gobernabilidad.
Evelyn Matthei reúne esas condiciones para un amplio espectro de la política. Tiene experiencia en el Ejecutivo, cuenta con un sólido equipo, ha ganado elecciones y ha demostrado voluntad para dialogar y construir. En tiempos de incertidumbre, esta vocación y las mayorías parlamentarias son más importantes que nunca. Los logros compartidos son los únicos que permiten avanzar.
Más que elección, esta es una encrucijada histórica: o se recupera el país, o se lo deja caer.
En 2021 Boric le ganó a Kast con un 55,9 %. Hoy, muchos aún no deciden su voto. No conocen bien a los candidatos ni sus propuestas. Pero saben que viven con miedo, que hay menos trabajo, que sus hijos aprenden menos, y que la política está lejos de sus necesidades.
Chile merece certezas, no experimentos. Gobiernos responsables, alternancia democrática y fin a las refundaciones. Es tiempo de una reflexión sincera y del coraje ineludible que impone el amor a la Patria.
Por Iris Boeninger, economista y ex embajadora de Chile en Uruguay
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