
Columna de Patricio Morales: Chile entre Trudeau y Bukele

El Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, son los líderes internacionales mejor evaluados por los chilenos, según la encuesta Cadem. El Mandatario canadiense obtuvo un 78% de aprobación y el Presidente salvadoreño un 77%. Más allá de una valoración internacional, esto nos da luces de las expectativas políticas de los chilenos. Ni el viraje a la izquierda postestallido del primer proceso constituyente, ni el movimiento pendular hacia la derecha más conservadora, que lidera el Partido Republicano, han sido capaces de canalizar y conducir el malestar ciudadano. La opinión pública está abierta a sintonizar con otras alternativas.
Aunque a muchos no nos guste, existe algo común en la valoración de Trudeau y Bukele, ambos liderazgos se hacen cargo de los problemas inmediatos de sus países, y sus políticas de seguridad, de migración y de empleo son percibidas como eficaces. Sin embargo, el perfil político de ambos es totalmente distinto. Trudeau es un liberal igualitario, una alternativa de cambio institucional que busca avanzar recogiendo toda la pluralidad democrática de su país. Bukele, por su parte, desarrolla una plataforma populista, un esquema que pasa por sobre la separación de poderes del Estado, que persigue la pluralidad, que reprime el disenso y que desarrolla acciones públicas que bordean el autoritarismo, que erosionan las libertades esenciales. El problema de lo anterior es que en el corto plazo resaltan más sus similitudes que sus diferencias.
La ebullición del estallido social tuvo un retroceso como muchas veces ha ocurrido en la historia. Una contracción conservadora que también, como muestra la historia, puede devenir en autoritarismo y populismo. Sin embargo, la valoración sobre Trudeau se vuelve interesante cuando apreciamos otro resultado de la misma encuesta. Consultados por un modelo político/económico de otro país, los chilenos se inclinaron por Australia y Nueva Zelanda, ambos países con un 28% de las preferencias, seguidos por Canadá con un 22%.
Si bien Bukele se ha vuelto un referente internacional que da credibilidad a posturas que creíamos más cercanas al autoritarismo que a la democracia; la opinión pública y la ciudadanía chilena se mantienen arraigadas a la democracia liberal. El liberalismo igualitario de Trudeau puede ser una vacuna frente a la fiebre populista de Bukele y a muchos otros traficantes de ilusiones. Un proyecto político que ve la libertad y la igualdad como un complemento. Un proyecto económico capaz de modernizar el aparato productivo incluyendo al sector privado y al sector público, pero donde nadie se queda atrás. El último congreso del Partido Liberal canadiense, del que pude ser parte, destacaba su programa “Hope and hard work”. La política chilena debe leer a la ciudadanía, no basta con esperanza o miedo. Los chilenos no se regalan a las ilusiones, necesitan evidencia, cambios tranquilos y sobre todo trabajo duro y serio.
Por Patricio Morales, cientista político y ex presidente del Partido Liberal
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
2.
3.
4.
Contenido y experiencias todo el año🎁
Promo Día de la MadreDigital + LT Beneficios $3.990/mes por 6 meses SUSCRÍBETE