La generación perdida

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Es fundamental tener ciertos cuidados, sobre todo en invierno.


El gobierno anunció su reforma previsional. Esta promesa de campaña debe dar a los jubilados una respuesta a un problema real: las pensiones son muy bajas respecto del nivel de vida de su etapa activa. Y las razones son múltiples.Desde la perspectiva del sistema en el futuro, hay una presión suave pero sistemática derivada de la mayor longevidad. Cualquiera sea la edad de jubilación, una mayor expectativa de vida resulta en más años que financiar y, por lo tanto, menores pensiones.

Sin embargo, desde la perspectiva del futuro del sistema, el problema son las lagunas previsionales. Pero no se trata de las lagunas recientes. Examinar el ahorro previsional es como estudiar el fósil de un tronco: se pueden apreciar los efectos de cambios climáticos pasados. De igual forma, el ahorro previsional es un relato de la historia laboral y financiera pasadas.

Una mujer que jubila hoy a la edad legal tenía 22 años en 1980 y un hombre 27. Entre 1980 y 1990 la tasa de desempleo promedio fue aproximadamente un 12%, el subempleo e informalidad masivos y la duración del desempleo muy larga. En promedio en esa década, una mujer de esa edad cotizó un 20% del tiempo y un hombre, un 31%. La razón era el desempleo provocado por la masiva reasignación de recursos producto de la apertura comercial y la crisis de 1982-83, en que el PIB cayó un 17%.

El desempleo involuntario causó onerosas lagunas en términos de ahorro previsional, porque entonces las rentabilidades fueron muy altas. Una estimación conservadora del impacto sobre el ahorro previsional, es que ello pudo significar un 30% de menor pensión por las cotizaciones no enteradas y el efecto del interés compuesto.

Hay 2.449.000 personas que empezaron su vida laboral en los 80 y hoy tienen entre 55 y 65 años. La estabilidad del sistema previsional requiere darles una respuesta creíble.

Hasta donde sabemos, la reforma del gobierno no lo hace. Se propone fortalecer el Pilar Solidario con cargo a inciertas "holguras" futuras del Estado, pero éstas dependen de las urgencias coyunturales. La reforma de 2008 iba a aumentar el Pilar al 1,1% del PIB. Nunca ocurrió. Esta generación podrá beneficiarse del seguro solidario financiado con el 0,2%, pero eso será en 30 años más y solo si se encuentran en condiciones extremas de abandono. También podrán postergar su jubilación pero, aun si tienen trabajo, difícilmente lo harán hasta los 65 años las mujeres y 70 los hombres para compensar las rentabilidades perdidas en su juventud.

Hay dos formas de estabilizar el sistema previsional en las próximas décadas. Una es mediante una masiva inyección de recursos al Pilar Solidario (al menos el doble de lo comprometido), pero el Fisco no está en condiciones de hacerlo. La otra es establecer un seguro universal para la cuarta edad que la reforma no contempla.

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