La hipocresía: falsos rostros, sonrisas fingidas
Jeannette Jara está desplegando una estrategia que Pablo Ortúzar denomina hipocresía. Efectivamente es así, puesto que en la búsqueda del poder actúa con simulación y disimulo. He leído que Carl Jung, haciéndose cargo de este fenómeno, atribuye la hipocresía, entre otras conductas, a individuos que promueven la revolución y el derrocamiento del orden existente bajo el manto de la responsabilidad social y la pretensión de virtud.
En la carrera por la Presidencia, Jeannette Jara no ha podido dejar de participar en debates en la Cámara de Comercio, la Sofofa, la industria minera, y otras que reúnen al mundo privado. Allí ha hablado de crecimiento, seguridad y empleo con un lenguaje que ha causado perplejidad. Lo que dice es lo contrario a la doctrina del Partido Comunista en que milita obedientemente desde su juventud. En el pensamiento marxista, el Estado suprime la actividad privada y no otra cosa significa haber anunciado en su programa la nacionalización del cobre y del litio. Desdecirse, atribuyéndoselo a un “error”, no es un cambio de pensamiento, es táctica. Lo mismo ocurrió con el abandono de otro de sus ejes programáticos, en que el desarrollo económico sería guiado por la demanda interna o soberanía alimentaria, que no es otra cosa que destruir las exportaciones para bajar los precios. El programa dice que “Chile produce riqueza, pero se reparte de manera injusta”, o “debemos colocar en el centro el bienestar de las personas y no la utilidad de unos pocos”. A través del economista y vocero de la candidatura Luis Eduardo Escobar, cambió la oferta de la sepultura de la economía por otra, totalmente contradictoria: no habrá 750 mil pesos como sueldo mínimo, se borra el anuncio de eliminar a las AFP. El Programa, sin embargo, sigue igual: “Se creará un inversor estatal sin fines de lucro y pondremos término a las AFP”. Como Lautaro Carmona es cínico hasta por ahí no más, sentenció: “Escobar no debió haberse metido en eso”.
¿Qué sigue? Jara deberá explicar qué significa “seguridad pública con enfoque social” o enfrentar la delincuencia siguiendo “la ruta del dinero””, es decir, autorizar al Estado para revisar el patrimonio de las personas y terminar con el derecho al secreto bancario. Lo mismo ocurrirá con el desarrollo inmobiliario, donde el Programa propone “fiscalizar estrictamente el mercado inmobiliario, y con el control de la economía, donde anuncia que “promoveremos la participación ciudadana en la supervisión de empresas”.
Los 20 pilares del Programa Presidencial de Jeannette Jara expresan con claridad el ideario comunista, que no es otro que someter a las personas a los designios del Estado, igual como lo pretendió en la fracasada Convención Constitucional. Sin embargo, la estrategia del partido que ella representa no es la de defender sus postulados, sino capturar el poder político por medio de la simulación y el disimulo, es decir, mostrando algo distinto de lo que es y ocultando lo que no quiere mostrar. Leo en un poema: “En el teatro de la vida/ se despliega la hipocresía/falsos rostros, sonrisas fingidas”. Mucho de eso hay en la candidatura.
Por Álvaro Ortúzar, abogado
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