La inocencia al poder
El nuevo libro de Daniel Mansuy, Los inocentes al poder, es una contribución relevante al debate público. El texto revisita la historia del Frente Amplio (FA) sobre la base de una premisa central —la “inocencia” como artilugio político—, idea que se funda en la preservación de la pureza como objetivo fundamental.
El diagnóstico que se describe es tan oportuno como lapidario: el proyecto frenteamplista ha tenido un éxito inusitado, pero presenta graves grietas estructurales.
La primera grieta es la falta de un programa compartido. Más que una visión articulada de país, lo que hay es una acumulación inorgánica de malestares: en el FA conviven neomarxistas, feministas interseccionales, ecologistas radicales, populistas y, al mismo tiempo, admiradores de las sociedades nórdicas. Esa fórmula puede ser útil como herramienta de impugnación, pero se vuelve un lastre a la hora de gobernar. Basta recordar la resistencia de su bancada parlamentaria a la agenda de seguridad o a la reforma que reduce la permisología.
La segunda grieta es la “trampa de la representación”. El FA busca los beneficios de participar de las instituciones sin asumir sus costos. Ha oscilado entre denunciar las reglas del juego y aprovecharlas, lo que es una contradicción insalvable. El mejor ejemplo es la “mesa del poder” de la franja de Gonzalo Winter: se critica justamente lo que se ejerce. Pero no se puede ser revolucionario y demócrata al mismo tiempo. Como en la historia de los anillos de Tolkien, el poder inevitablemente deja huella.
La tercera grieta es quizás la más crítica: el desprecio por la realidad. El FA desdeña todo lo que no encaje con sus convicciones: la complejidad social, el misterio de las motivaciones humanas, el rol de los incentivos, las restricciones de la burocracia. Pero gobernar no es declamar eslóganes, es lidiar con el mundo real. Y en los hechos, el desmentido ha sido brutal: hoy gobiernan con más y no menos Carabineros, más y no menos Estados de Excepción, más y no menos AFP, más y no menos TPP.
A lo anterior se suma el lamentable rol que cumplieron durante el estallido social, que en el fondo es su gran derrota. No solo porque fue el periodo en el que mostraron su cara menos democrática. Sobre todo porque buscaron dotarlo de una épica revolucionaria —la idea de “octubre como un todo”— que en el fondo ocultaba la falta de un proyecto coherente. Pero el castigo llegó rápido: el mismo pueblo que los respaldó en las elecciones de 2021, les dio la espalda de manera implacable en el plebiscito de 2022. Y ese fracaso ni siquiera ha sido procesado, porque hacerlo significaría renunciar a su bien más preciado: la inocencia.
La lectura del libro plantea dos reflexiones adicionales, una explícita y otra implícita. La primera es sobre el costo que pagó la centroizquierda por haberle cedido todo al FA: su legado, su identidad, su liderazgo. Desde permitir la colaboración crítica con la Nueva Mayoría, hasta aceptar los “círculos concéntricos” de Giorgio Jackson, la relación ha sido una renuncia permanente. Y el costo ha sido enorme.
La segunda, aunque no aparece en el libro, es igualmente evidente. Es posible que todo esto se esté repitiendo en la vereda contraria. Hoy vemos a una derecha radical que ha irrumpido con fuerza, premunida de herramientas parecidas: la pureza de sus convicciones, la fuerza incontestable de su voluntad y el desprecio por aquellas prácticas democráticas que hicieron de Chile una admirable historia de progreso. La idea de la política como un arte prudencial y deliberativo, que se funda en la amistad cívica, la búsqueda de acuerdos amplios y la construcción gradual de los avances.
¿Cuánta inocencia se estará incubando por la derecha? Aquella duda se irá develando en los próximos meses. Aunque, como lo advirtiera Marx, la historia cuando se repite, primero es como tragedia y luego como (mala) comedia.
Por Gonzalo Blumel, Horizontal.
Lo último
Lo más leído
1.
3.
4.
Contenido exclusivo y análisis: suscríbete al periodismo que te ayuda a tomar mejores decisiones
Oferta Plan Digital$990/mes por 3 meses SUSCRÍBETE