SEÑOR DIRECTOR

¿Dónde comienza y dónde termina el arte en el espacio público? El borrado del mural en Lastarria volvió a abrir esta pregunta, que se presenta por cada obra que se instala en la calle. Si bien la intervención del artista Luis Núñez era parte del "Hecho en Casa 2017" y tenía como condición su temporalidad -en un acuerdo entre vecinos, el Ministerio de Cultura y la municipalidad- cabe reflexionar sobre su pertenencia. De ésta y otras obras, en tiempos en que crecen iniciativas como 100 en 1 día, el trabajo de Galería Lira y Metro 21, del Persa Víctor Manuel, las Plazas de Bolsillo y comercios que han apostado por el muralismo para generar impacto.

Los artistas están conscientes de lo efímero de su trabajo y saben que una vez que dejan su trazo en las paredes, deja de pertenecerles. Los transeúntes se la apropian y le otorgan un valor que se escapa de cualquier plan urbano. Las creaciones se transforman en experiencias, en hitos para identificar barrios y en telones de fondo para guardar recuerdos.

Sin embargo, estos telones están en constante cambio. En el mismo barrio, lo vimos con los murales a la salida del metro Bellas Artes, que ya lleva tres intervenciones: de Agatha Ruiz de La Prada, de Inti Castro y de Inti con el Mono González. A metros de ahí, en Mosqueto, Francisco Maturana pintó donde antes estuviera un mural de Diego Roa. Y en Providencia, el titánico dibujo a lápiz que hizo Vagabundo fue reemplazado por colores abstractos.

Podrán seguir divididos los propietarios del edificio de calle Rosal 312, los vecinos y las voces en las redes sociales, pero una cosa es clara: los murales también son de quienes pasean por la calle.

Paulina Cabrera C.                                                                                                                                                         Fundadora de Amo Santiago