El queso es más sabroso cuando está a temperatura ambiente y no refrigerado. Para lograrlo, basta con poner una porción de queso (250 g) sobre un trozo de papel absorbente, sin tapar, en el microondas en potencia media. Los tiempos varían según la consistencia. Para quesos duros o firmes (suizo, gruyère, cheddar) son 25-50 segundos; para semiblandos (mantecosos), 20-30 segundos; y para muy blandos (camembert o brie), 10-15 segundos.