La carta de renuncia de Alberto Undurraga a la presidencia de la DC tras apoyo del partido a Jara
El parlamentario tomó la decisión luego de que la junta nacional de la colectividad resolviera respaldar la candidatura presidencial de Jeannette Jara (PC).

Esta noche Alberto Undurraga dio un paso al costado de la presidencia de la Democracia Cristiana (DC).
De forma interina, el cargo lo asume el primer vicepresidente de la colectividad, el senador Francisco Huenchumilla.
Undurraga tomó la decisión luego de la junta nacional de la colectividad, la máxima instancia de decisión partidaria de la DC, resolviera respaldar la candidatura presidencial de Jeannette Jara (PC), lo cual se da a menos de cuatro meses de las elecciones presidenciales de noviembre, en un clima de tensión interna y de posicionamiento estratégico dentro del bloque oficialista.
Undurraga explicó su decisión ante la junta, señalando que “quiero presentar mi renuncia indeclinable a la presidencia del partido. Es lo que corresponde cuando la tesis de un presidente no es respaldada por la junta nacional. Es lo que han hecho nuestros antecesores. Deseo éxito a quienes asumen la conducción. A todos y a todas, muchas gracias por lo que hemos construido en estos tres años. Vuelvo a la base, como un militante disciplinado”.
Por su parte, la secretaria nacional de la DC, Alejandra Krauss emitió una escueta declaración ante la decisión del diputado, sosteniendo que “agradezco las palabras de nuestro presidente nacional, que acaba de presentar su renuncia. Trabajé más de un año al lado del diputado Alberto Undurraga, pero bueno... Decirles que... pedirle a la presidenta del tribunal supremo, Julia Panez, que le informe a la junta cuál es el procedimiento o la forma de subrogación que contemplan nuestros estatutos”.
Cabe señalar que Krauss fue una de las principales promotoras de la candidatura de Jara al interior de la DC.
“Lo correcto y ético es dar un paso al lado”
En una carta pública dirigida a la militancia, el diputado anunció este sábado su renuncia indeclinable a la presidencia nacional de la tienda falangista, recordando que asumió el liderazgo de la DC hace tres años en un contexto de fuerte adversidad, marcado por la salida de militantes, pérdida de representación territorial y tensiones internas.
“Trabajé con convicción junto a las Mesas Nacionales que encabecé para que nuestra Democracia Cristiana recuperara su relevancia y volviera a ser un espacio convocante para quienes creemos en un proyecto humanista cristiano, de centro progresista, lejos de los extremos”, señaló.
El ahora expresidente de la colectividad reiteró que su postura era mantener la independencia del partido en primera vuelta y no respaldar una candidatura del Partido Comunista o del Frente Amplio, por razones “doctrinarias, programáticas, políticas y electorales”.
Recordó que propuso realizar dos primarias, una oficialista y otra de centro progresista, lo cual no prosperó. “Hoy el centro progresista no tiene candidatura presidencial”, lamentó.
El legislador calificó el respaldo institucional a Jeannette Jara como un “error”, y trazó un paralelo con el apoyo de la DC a la propuesta de nueva Constitución en el primer proceso constituyente, lo que a su juicio alejó al electorado tradicional del partido.
“He planteado que cuando se abandona nuestro electorado, izquierdizando nuestra propuesta, la gente no nos sigue, como fue el apoyo institucional al Apruebo a la primera propuesta constitucional”, remarcó
Sin embargo, enfatizó que la Junta Nacional es soberana en sus decisiones y que, por coherencia y convicción, renunciar a la presidencia es “lo correcto y lo ético”.
“Estimo que quienes han triunfado en su tesis lideren ahora el partido, con plena responsabilidad y convicción. Esto permitirá generar el entorno adecuado para implementar las decisiones que se han tomado”, agregó.
En su misiva, el diputado destacó el legado histórico de la DC, a pocos días de que el partido cumpla 68 años de existencia, y expresó su agradecimiento a las bases y a todos los militantes que siguieron creyendo en un proyecto de centro con raíces humanistas cristianas.
“Mi gratitud a cada camarada de base, por su compromiso y por seguir creyendo en la posibilidad de reconstruir un proyecto humanista cristiano para Chile”, concluyó.
La renuncia de Undurraga a la presidencia del partido marca un nuevo capítulo en la ya fragmentada interna de la Democracia Cristiana, partido que busca reubicarse en el mapa político tras varios ciclos electorales adversos y en medio de debates sobre su identidad ideológica y alianzas estratégicas de cara a los comicios de noviembre.
Lee a continuación la carta:
Estimadas y estimados camaradas:
Permítanme comenzar esta carta saludándoles con afecto, en la antesala de una fecha significativa: el próximo lunes 28 de julio, nuestro partido cumple 68 años de vida al servicio de Chile y su gente. Una historia marcada por el compromiso con la democracia, la justicia social y la dignidad de las personas.
No podemos desconocer que estos años han estado marcados por salida de militantes, pérdida de representación a lo largo del país, y que las tensiones de convivencia han vuelto en estos últimos meses a ser una realidad. Asumí la presidencia del partido hace tres años en un contexto adverso. Trabajé con convicción junto a las Mesas Nacionales que encabecé para que nuestra Democracia Cristiana recuperara su relevancia en la opinión pública y volviera a ser un espacio político convocante para quienes creemos en un proyecto humanista cristiano, de centro progresista, lejos de los extremos, con propuestas concretas frente a los desafíos de seguridad, desarrollo económico, justicia social, democracia, derechos humanos, medioambiente y diversidad cultural. Estoy convencido de que nuestra gestión dio señales claras en esa dirección.
En marzo pasado, la Junta Nacional me otorgó el honor de ser proclamado candidato presidencial, responsabilidad que asumí con compromiso y entrega, hasta que decliné por las razones que expresé en su momento. Planteamos la propuesta de dos primarias para así convocar a miles de ciudadanos que no se sienten convocados por el oficialismo. No fuimos escuchados y no participamos en las primarias porque no podíamos comprometer un apoyo a candidatos del PC y del FA. De hecho, hoy el centro progresista no tiene candidatura presidencial.
Siempre he promovido la unidad interna del partido, en el convencimiento de que solo con cohesión podremos proyectar nuevamente a la Democracia Cristiana como una fuerza política relevante, con vocación de futuro. He recorrido Chile, escuchado a todas las instancias partidarias, al consejo, presidentes regionales y comunales, consejeros y militantes. A las ex autoridades del partido, con todos he tenido espacios de diálogo y reflexión. Dije en las instancias partidarias y públicamente que de perder mi posición en la Junta Nacional daría un paso al costado, permitiendo que la opción triunfadora asuma el liderazgo.
Hoy la Junta Nacional ha decidido respaldar en primera vuelta a la candidata presidencial del oficialismo. He planteado en el debate que esta decisión es un error, por diversas razones doctrinarias, programáticas, políticas y electorales. He planteado que cuando se abandona nuestro electorado, izquierdizando nuestra propuesta, la gente no nos sigue, como fue el apoyo institucional al Apruebo a la primera propuesta constitucional. Pero la Junta Nacional es soberana en las decisiones.
Por las razones expuestas he decidido dirigirme a toda la militancia para comunicarles mi renuncia indeclinable a la Presidencia Nacional de la Democracia Cristiana a partir de hoy, tal como señalé hace unos minutos en la Junta Nacional del partido. Es lo que corresponde cuando un Presidente plantea una convicción en un tema relevante y la Junta Nacional define otro camino. Lo correcto y lo ético es dar un paso al lado. Estimo que quienes han triunfado en su tesis lideren ahora el partido, con plena responsabilidad y convicción. Esto permitirá generar el entorno adecuado para implementar las decisiones que se han tomado.
Quiero reiterar que la fraternidad partidaria y el amor por Chile han sido siempre el eje de mis decisiones. Agradezco de corazón, la oportunidad de haber sido presidente del partido. Es, sin duda, el más alto honor al que puede aspirar un militante.
Mi gratitud a cada camarada de base, por su compromiso y por seguir creyendo en la posibilidad de reconstruir un proyecto humanista cristiano para Chile.
Un abrazo.
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