Idea de acusar constitucionalmente a ministro Ávila toma vuelo entre diputados opositores

El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, en los pasillos del Congreso este martes, luego que parlamentarios de oposición anunciaran que pedirán interpelarlo.
El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, en los pasillos del Congreso este martes, luego que parlamentarios de oposición anunciaran que pedirán interpelarlo. Foto: Pablo Ovalle Isasmendi / Agencia Uno.

Hasta este martes en la mañana, el anuncio de un libelo, esbozado por las diputadas Sara Concha (Partido Social Cristiano) y Francesca Muñoz (ex-RN), era una jugada aislada de esas dos legisladoras evangélicas que fustigaban la guía del Ministerio de Educación sobre “sexualidad afectiva”. Originalmente, la mayoría de las bancadas de oposición se inclinaba por presentar una nueva interpelación al secretario de Estado. Sin embargo, después de algunos incidentes ocurridos antes de la hora de almuerzo, el cuadro comenzó a cambiar.


“Estas son las obsesiones que tienen estos”, fue la frase que expresó el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila (RD), fuera de la vista de las cámaras de televisión, pero a espaldas del diputado y secretario general de RN, Diego Schalper, mientras conversaba con una dirigenta del Colegio de Profesores que este martes concurrió al Congreso.

El comentario fue acompañado con una mueca labial de Ávila, que aparentemente apuntaba al legislador de RN.

En los instantes previos, desde el hall de la Cámara, Ávila había salido a defenderse, flanqueado por un grupo de parlamentarias oficialistas, frente a la seguidilla de críticas y acciones fiscalizadoras anunciadas por la oposición ante los programas de educación sexual.

Aunque desde el equipo del ministro señalan que la frase en cuestión no iba dirigida particularmente contra el diputado de RN -quien hace meses viene pidiendo la salida de Ávila con duros cuestionamientos a su gestión-, Schalper alcanzó a escuchar el comentario e inmediatamente, a viva voz, lo encaró. El hecho generó un momento de tensión en los pasillos del Congreso.

Hasta ese momento, el anuncio de una acusación constitucional, esbozado en la mañana por las diputadas Sara Concha (Partido Social Cristiano) y Francesca Muñoz (ex-RN), era una jugada aislada de esas dos legisladoras evangélicas que fustigaban la guía del Ministerio de Educación sobre “sexualidad afectiva”, que incluía ejercicios para niños de kínder.

Mayoritariamente, las bancadas de oposición veían con distancia la idea de una acusación (estrategia que se abandonó tras el fallido libelo contra la exministra de Justicia Marcela Ríos, en enero de este año) y se inclinaban por presentar una nueva interpelación a Ávila para abordar temas sobre educación sexual, la seguridad en los liceos emblemáticos y la deserción escolar.

Sin embargo, después del incidente con Schalper, quien anunció su disposición a firmar a título personal la acusación contra Ávila, el escenario comenzó a tornarse más negativo para el titular del Mineduc.

“Nosotros estamos en presencia de un ministro que en lo único que dedica empeño es en la agenda ideológica en materia de sexualidad. Hemos llegado a la conclusión, en atención a que este ministro infringe el derecho de los padres a escoger la educación de sus hijos, infringe la libertad que tienen las personas de poder escoger los modelos de sexualidad que estimen pertinentes para sus hijos, que está infringiendo esta Constitución y, por lo tanto, perfectamente es posible pensar en una acusación constitucional”, remarcó Schalper.

Por su parte, el diputado Sergio Bobadilla (UDI) también dejó abierta la posibilidad del libelo. “No compartimos en absoluto que la educación sexual sea la prioridad de este ministerio. Entendemos la inclinación sexual que puede tener el ministro, pero lo que no entendemos es que su inclinación la ponga como prioridad en los temas educacionales en nuestro país. Creemos que en la violencia que ha estado presente en distintos establecimientos, el ministro no ha utilizado la herramienta que el Estado de Derecho le entrega, como, por ejemplo, Aula Segura. Los overoles blancos han hecho y deshecho en distintos establecimientos y el ministro mira para el lado. La prioridad del ministro no está en recuperar los 50.000 alumnos que han desertado”.

A la hora del almuerzo, las bancadas de la UDI, RN y del Partido Republicano analizaron los dos escenarios: seguir con el plan de una interpelación o sumarse a un libelo, que a todas luces era una apuesta más compleja.

Si bien los principales liderazgos en la UDI y entre los republicanos seguían más inclinados por citar al ministro a una sesión de sala para que responda a los cuestionamientos, el cuadro en RN comenzó a “desbordarse” hacia un libelo, admitían en ese partido.

En la tarde, los jefes de bancada de RN, Frank Sauerbaum, y de la UDI, Guillermo Ramírez, intercambiaron visiones y constataron que efectivamente la presión para acusar a Ávila iba en ascenso.

“La propia actitud del ministro y los mismos hechos que dan cuenta de una clara tendencia a sexualizar la educación provocan mucha molestia. Además, los errores permanentes del ministro hacen que la acusación tome más fuerza. Entre ayer y hoy, hay un mundo de diferencia, hay más diputados que se han ido sumando y hay más ánimo en avanzar en una acusación”, comentó Sauerbaum.

Este escenario garantizaba al menos las 10 firmas necesarias para la presentar la acusación, independiente del desenlace que tenga una medida de esta naturaleza finalmente en la sala. Sin embargo, uno de los problemas es que la acusación por ahora sólo es una idea. Aún no hay un escrito.

De hecho, las diputadas Concha y Muñoz, las promotoras de la acción -a la que se sumaron otros legisladores evangélicos, como la jefa de bancada del PDG, Karen Medina, y el diputado RN Eduardo Durán-, recién encargaron la redacción del texto a sus equipos jurídicos.

Sara Concha explicó que la presentación se basaría en la vulneración del derecho preferencial de los padres a elegir la educación de sus hijos. “(Los programas de educación sexual) son una agenda ideológica en la que muchos padres están preocupados”, comentó.

“Se han creado instrumentos con una fuerte carga ideológica que vienen a confundir la identidad sexual de los niños”, añadió a su turno Francesca Muñoz.

Fuentes de la UDI, que hasta ayer era la bancada más interesada en seguir con la interpelación, comentaron que si la idea de acusar a Ávila sigue escalando, no descartaban cambiar de planes y presentar un libelo propio.

En tanto, la diputada independiente Mónica Arce, integrante de la Comisión de Educación de la Cámara, rechazó la intención de ingresar una acusación contra el ministro. “Se ha caricaturizado bastante este trabajo que el ministerio realiza en esta materia, por lo que yo les hago un llamado a toda la derecha y a los conservadores a que realmente se sienten en la mesa a conversar, pero a conversar en serio sobre este tema”, dijo.

Análisis interno Mineduc

Lo vivido en la Cámara dejó a Ávila descolocado. De hecho, sorpresa era el concepto que transmitían desde el entorno del ministro, donde creen que el trasfondo de esta ofensiva de la oposición radica en una animadversión a su persona.

Incluso, el secretario de Estado trató de desvirtuar las críticas explicando que los contenidos cuestionados fueron diseñados durante la segunda administración de Michelle Bachelet. “Lamento enormemente que se haya hecho uso de una publicación de un gobierno que no es el nuestro. Esto se publicó durante el gobierno de la Presidenta Bachelet y esas orientaciones de las que hace alusión un diario de circulación nacional se mantuvieron durante el gobierno del Presidente Piñera sin haber hecho ninguna objeción de ellas ninguno de los diputados y diputadas de esta Cámara”, señaló el titular del Mineduc.

Las impresiones en el entorno del secretario de Estado, en todo caso, son duales. Por un lado, de asombro, toda vez que no había nada que hiciera intuir que el día acabaría así, pero, al mismo tiempo, de saber que en cualquier momento podía ocurrir algo así, según dicen sus cercanos.

Dentro del análisis de la cartera, además, está que el origen de esta acusación constitucional radicó en una nota de prensa de El Mercurio, en la que se le atribuyó a la administración de Ávila las orientaciones educativas. Y que con ese elemento los parlamentarios argumentaron el posible libelo. “Se han estado creando instrumentos, donde tiene fuerte carga ideológica, dejando fuera a los padres que no comparten estas ideologías. Se está confundiendo la identidad sexual de los niños”, dijo, por ejemplo, Francesca Muñoz.

Esto último es justamente lo que critican desde el Mineduc, donde aseguran que las orientaciones para estudiantes de la diversidad a las que alude esa publicación periodística corresponden a información de 2017 y que las orientaciones para la inclusión de estudiantes LGTBIQA+ que presentó el Mineduc hace dos semanas no plantean actividades para ningún nivel.

El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, en los pasillos del Congreso este martes, luego que parlamentarios de oposición anunciaran que pedirán interpelarlo. Foto: Pablo Ovalle Isasmendi / Agencia Uno.
El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, en los pasillos del Congreso este martes, luego de que parlamentarios de oposición anunciaran que pedirán interpelarlo. Foto: Pablo Ovalle Isasmendi / Agencia Uno.

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