Infraestructura crítica: gobierno sufre severa derrota en la Cámara y esquirlas golpean a ministros políticos

Aunque los ministros culparon a la derecha, en la derrota también incidió la ausencia, el rechazo o la abstención de 16 diputados oficialistas. Ahora La Moneda está obligada a renovar el estado de excepción para el sur -medida resistida por el PC y el Frente Amplio- o presentar una nueva reforma para iniciar su tramitación desde cero.


“Lamentablemente seguimos sin comprender bien las razones de fondo”, dijo el ministro secretario general de la Presidencia, Giorgio Jackson, al comentar -sin atisbos de autocrítica- el duro revés que sufrió este miércoles el gobierno en el Congreso.

En los instantes previos, la Cámara de Diputados había rechazado -por 61 votos a favor, 69 en contra y 17 abstenciones- el veto del Presidente Gabriel Boric que buscaba corregir la reforma para proteger infraestructura crítica.

El resultado, además de estar lejos de los 93 votos necesarios, declaraba la muerte del proyecto y dejaba al gobierno sin margen de maniobra (salvo que reingrese una nueva reforma partiendo desde cero).

Si bien la iniciativa -de autoría de los senadores independientes RN Kenneth Pugh y Carmen Gloria Aravena- era resistida por sectores de oficialismo, La Moneda decidió hacerla propia, ya que entregaba nuevas herramientas al Mandatario para disponer de fuerzas militares frente a la escalada de violencia en La Araucanía, el Biobío y ahora también en la Región de Los Ríos.

Esta nueva potestad le ahorraba al Ejecutivo las dificultades de tener que solicitar -cada 15 días- un nuevo estado de excepción para el sur, en vista de las advertencias de legisladores del PC de que no volverían a apoyar esa medida. A diferencia, la reforma de infraestructura crítica le permitía al Presidente renovar el despliegue militar cada 60 días ante el Congreso.

Sin embargo, tras esta derrota, el Ejecutivo estaría obligado a solicitar una nueva prórroga del estado de excepción en La Araucanía y el Biobío y forzar una sesión especial de la Cámara y el Senado en medio de una semana distrital y regional, que no contemplaba inicialmente trabajo legislativo. Esta decisión se adoptará este jueves en una reunión de coordinación entre los ministerios del Interior y Defensa, en La Moneda.

Al analizar el resultado, los ministros culparon a la derecha. Aunque efectivamente los votos en contra de la UDI, RN, Evópoli y los republicanos fueron decisivos, dentro de las filas oficialistas también hubo 16 votos que no estuvieron (cuatro ausencias, cinco en contra y siete abstenciones). Tampoco apoyaron la propuesta los diputados del PDG y de la bancada ecologista independiente.

“Este no es un problema de contenido, sino, como ha quedado en evidencia acá, es un punto político (de la derecha) que en este caso no daña al gobierno, sino que finalmente daña a las personas”, dijo la ministra del Interior, Izkia Siches, que fue consultada al menos en cuatro ocasiones si el Ejecutivo se hacía una autocrítica.

Un parlamentario DC comentaba que si no fuera por la bancada falangistas, cuyos ocho integrantes apoyaron el veto, la derrota habría sido más profunda, ya que en la práctica sólo 53 diputados oficialistas acompañaron la propuesta del Presidente Boric.

De hecho, dentro de los votos en contra estaban Emilia Nuyado (PS), Éricka Ñanco (RD), Lorena Pizarro (PC), María Candelaria Acevedo (PC) y Ana Gazmuri (independiente). En las abstenciones, en tanto, figuraban Nathalie Castillo (PC), Camila Musante (independiente), Lorena Fries (indep.), Marcela Riquelme (indep.), Andrés Giordano (RD), Marta González (PPD) y Maite Orsini (RD).

Del optimismo a la preocupación

Hasta la mañana, antes de que comenzara la ceremonia por la cuenta pública del Congreso, a la que asistió el Presidente Boric, los pronósticos del gobierno eran optimistas, ya que el martes el Senado, con votos oficialistas, de la DC y la derecha, le había dado un respaldo contundente al veto.

Sin embargo, algunas señales de alerta se dieron a primera hora en la Comisión de Constitución, donde algunos legisladores opositores se abstuvieron tras escuchar a la ministra Siches.

Luego el cuadro cambió bruscamente a la hora del almuerzo. En las conversaciones dentro las bancadas de RN, la UDI y Evópoli comenzó a pesar el argumento de que aprobar implicaba ahorrarle un problema político al gobierno en su relación con el PC, ya que el plan del Ejecutivo era supuestamente reemplazar el estado de excepción por el uso de esta nueva herramienta para disponer de las FF.AA.

Tras el inicio de la sesión, los primeros discursos de diputados de derecha, anunciando su rechazo, comenzaron a configurar un panorama adverso. En esos instantes la apuesta de la derecha era lograr que el gobierno se comprometiera a mantener los estados de excepción en el sur, ya que la herramienta para proteger la infraestructura crítica no era suficiente, a juicio de la oposición, para garantizar el orden y la seguridad en La Araucanía, el Biobío y Los Ríos.

El ministro Jackson inmediatamente abrió conversaciones con las bancadas de la derecha, que le propusieron suspender la sesión para negociar.

“Siempre estuvimos llanos a renovar el estado de excepción y luego haber tomado la discusión del veto”, dijo la subjefa de la bancada de RN, Sofía Cid, quien, sin embargo, explicó que no estaban dispuestos a actuar bajo presión del gobierno ni del PC.

Adicionalmente, en la oficina de la Segpres se dio una intensa ronda de reuniones entre el ministro Jackson y diputados oficialistas tratando de contener los descuelgues. Sin embargo, varios se mantuvieron inflexibles.

Mientras se daban las conversaciones, la preocupación comenzó a hacerse evidente entre los ministros que llegaron a escuchar el debate. Además de Siches y Jackson, llegaron la titular de Defensa, Maya Fernández; la vocera, Camila Vallejo, y el ministro de Vivienda, Carlos Montes.

“Desde el Presidente de la República y todos los ministros que estaban en la testera cuando eran parlamentarios votaron en contra de este mismo proyecto hace dos años y ahora nos hablan de compromiso. ¡Nooo! La gente tendrá que juzgar por la historia”, dijo el jefe de la bancada de Evópoli, Francisco Undurraga.

Uno de los que salieron en defensa del gobierno fue el presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Soto (PPD). “La responsabilidad en este caso es exclusiva de Chile Vamos”, manifestó.

En tanto, el diputado Marcos Ilabaca (PS) aseguró que “algunos prefieren hacer un gallito político pequeño e inmaduro al gobierno”, en referencia a la oposición. Sin embargo, también cuestionó a “los amigos y amigas de Apruebo Dignidad que rechazaron”. “No es posible que un veto presentado por nuestro Presidente de la República sea rechazado. Le da la espalda también al Presidente”, señaló.

La diputada DC Joanna Pérez, si bien votó a favor, le recordó al Ejecutivo sus vaivenes en la tramitación. “Yo valoro que el gobierno haya entendido, y el ministro Jackson también, que se había equivocado cuando decía que no debíamos legislar en este proyecto”.

La derrota en el Congreso del gobierno -con desmarques de su propio sector- ocurrió luego de que el martes en la noche Boric se reuniera con parlamentarios e integrantes de la directiva del Frente Amplio en el Palacio Presidencial de Cerro Castillo, en Valparaíso. Entre quienes asistieron, aseguran que el encuentro, que se extendió hasta las 2.00 AM, tuvo como objetivo resolver cómo pueden tener “mejor relación con el oficialismo” y definir cómo enfrentar la coyuntura que marcará el trabajo del Ejecutivo.

La reunión estuvo marcada por el llamado del Mandatario a la unidad del oficialismo, como también por las conversaciones que hubo para fijar lineamientos en torno a las reformas que impulsa el Ejecutivo. También, según revelaron algunos, se le hizo saber al gobierno que sentían que particularmente el ministro Giorgio Jackson los había ‘dejado un poco de lado’, en comparación a los parlamentarios de otros partidos.

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