Patricio Melero, diputado UDI: "No midieron el grado de vulnerabilidad en que dejaron a Chadwick"

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Parlamentario advierte sobre acciones judiciales que se entablarán para vincular directamente al exministro con las violaciones a los DD.HH. que han ocurrido en el país. "No hubo una mirada excepcional para una acusación excepcional en un momento muy específico", lamenta.


Se conocen desde que eran universitarios, aunque uno estaba en la UC y el otro en la Universidad de Chile. Incluso, cuando ambos estaban recién casados, vivían en departamentos uno al frente del otro. Esa amistad de varias décadas y una vida política de cientos de batallas y desafíos desde la fundación de la UDI hacen que el diputado Patricio Melero se sienta tan dolido como el exministro del Interior Andrés Chadwick, sobre quien pesó una acusación constitucional que le imputó haber omitido deliberadamente actos que permitieran evitar las violaciones a los derechos humanos que ocurrieron los primeros días de la crisis.

A partir de esa cercanía, Melero analiza este capítulo y lo que se viene ahora en la relación con el gobierno y la oposición.

Se ha dicho que el resultado de la acusación contra Chadwick fue "doloroso". ¿Qué fue más doloroso, la falta de apoyo de algunos senadores que se pensaba que lo iban a respaldar, como José Miguel Insulza, o la falta de apoyo del gobierno, como denunció la UDI?

Lo más doloroso es haberlo acusado de omitir deliberadamente acciones que pudieran haber prevenido las violaciones a los DD.HH. y no haber considerado las prevenciones y acciones que Chadwick hizo para evitar lo máximo posible que esos hechos ocurrieran. Más aún, habiendo en la sala senadores que fueron ministros y subsecretarios del Interior y que, en el fondo, saben que les habría pasado exactamente lo mismo si hubieran estado ocupando el cargo de Chadwick.

¿Cree que el exministro fue usado como chivo expiatorio, tal como planteó la defensa?

Creo que buscaron consignar una responsabilidad política, pero no midieron el grado de vulnerabilidad en que dejaron a Chadwick a futuro, frente a acciones que ya se están instalando y otras que se van a generar en tribunales para tratar de establecer la responsabilidad directa de él en las violaciones a los DD.HH. Hay una incapacidad de la oposición de asumir que la interpelación que la sociedad nos hizo no los libera a ellos, que gobernaron durante 24 años, ni los libera de haber mirado esto desde una perspectiva no exclusivamente política, sino también en el marco de lo que una acusación constitucional permite.

Pero este es un juicio político y, por ejemplo, en el caso de Insulza, en que se apeló a la relación personal, lo que primó fue una decisión política.

La peor fundamentación del voto que vi fue la de Insulza, porque establece su fundamento en que este ha sido un mal gobierno. Y resulta que lo que estaba votando no era si este gobierno ha sido bueno o malo, sino que se estaba acusando a Chadwick de omitir deliberadamente acciones que evitaran violaciones a los DD.HH. Esa es una acusación gravísima, porque es establecer una intención de dolo, y ninguno de esos senadores puso una sola prueba al respecto y se fueron por la vertiente de establecer una responsabilidad política que, en este caso, tiene proyecciones futuras muy complejas. Por eso, le pregunto a la DC si acaso quiere generar otra situación como la que vivió con el asesinato de Edmundo Pérez Zujovic. Cuando invoco ese caso, lo hago para remecer en la conciencia de la DC la gravedad de la acusación que están formulando y que asuman, en toda su dimensión, las consecuencias que tiene.

¿Cree que alguien podría atentar contra la vida de Chadwick?

No, pero en el clima de odiosidad y violencia que vivimos, hay que prevenir toda acción extrema que pueda darse.

¿A qué se refiere cuando habla de "proyecciones futuras complejas?

Ya hay querellas presentadas, y el efecto de esta acusación constitucional es que va a ser muy difícil que alguien a futuro quiera ser ministro del Interior sabiendo el nivel de vulnerabilidad en que queda. En ningún minuto vi una mirada objetiva de que estos eran los hechos más graves que Chile había vivido desde la vuelta a la democracia. No hubo una mirada excepcional para una acusación excepcional en un momento muy específico.

Durante la dictadura, dirigentes de derecha justificaron violaciones a los DD.HH. por el contexto. ¿No se está haciendo lo mismo ahora?

No hay ninguna justificación para las violaciones a los DD.HH. que han existido en estos 50 días, que son gravísimas y tienen que investigarse y esclarecerse en los tribunales. El propio Chadwick fue quien encabezó las denuncias e instruyó que se hicieran, convocó al INDH, a Naciones Unidas, se abrieron las puertas con la máxima transparencia.

En este proceso hubo molestia de la bancada UDI con el gobierno, pues se dijo que abandonó a Chadwick. ¿Qué actitud hubiera esperado de parte del gobierno?

Lo que hubo fue una necesidad de mayor compañía y mayor apoyo presencial en los días de la acusación. Pero ya no hay reproche, las cosas quedaron debidamente aclaradas.

La semana pasada también se votó la acusación constitucional contra el Presidente Piñera. A partir de estos episodios, ¿se abre una nueva etapa de diálogo?

Nunca se han cerrado las puertas del diálogo. Quizás, se ha debilitado la amistad cívica, porque la magnitud y la injusticia de estas acusaciones nos dolieron. Pero también tenemos que tener la capacidad de mirar que el país sigue su marcha y la ciudadanía espera que podamos seguir concretando la agenda social.

¿Las confianzas están quebradas?

Hay un sector de la oposición que tiene una desconfianza intrínseca con el gobierno. Los motiva derrocar al gobierno, de manera que de ellos, ni antes ni ahora, esperamos nada.

¿A quiénes se refiere?

Al PC, que ha sido de una conducta muy antidemocrática e intransigente. Y también al Frente Amplio. Y son los dos partidos o movimientos que han sufrido las peores derrotas y debilitamiento en la crisis.

La diputada María José Hoffmann planteó que "la UDI ha pagado un costo bastante alto por su lealtad". ¿Comparte esa opinión?

Más que pagar caro la lealtad, hemos asumido y pagado un alto precio por haber tenido la responsabilidad de conducir cargos de la mayor importancia en el gobierno, como es el caso del exministro Chadwick.

En ese sentido, ¿cree que lo ocurrido con Chadwick fue también una forma de enjuiciar a la UDI?

El enjuiciamiento es al gobierno y a Chile Vamos en su conjunto. Obviamente, nos golpea más directamente a la UDI por ser Andrés militante nuestro, pero aquí el costo mayor lo está pagando el gobierno en su conjunto y, probablemente, el Presidente -como cabeza más visible- más que nadie.

¿Cuál cree que es el próximo desafío, dado el panorama actual?

El desafío mayor es el mes de marzo. No nos puede ocurrir que se nos aparezca marzo y tengamos un rebrote de la crisis porque la ciudadanía no perciba en forma tangible los cambios que estamos desarrollando. Por eso, tiene que haber sentido de urgencia en estos meses, de manera tal que en marzo las alzas de pensiones se estén pagando plenamente, los beneficios sociales que hemos legislado se estén recibiendo, el proceso de reforma a la Constitución esté en marcha, y lo que no hayamos alcanzado a concretar, esté al menos acordado con la oposición. Me preocupa que si no llegamos a eso en marzo, podamos tener un rebrote incluso peor de lo que tuvimos en octubre.

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